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Que Pablo Torre tiene contrato con el Racing hasta el 30 de junio de 2025 es un hecho. Que lo firmó el 15 de abril de 2020 y que se lo mejoraron en 2021 es otro. Que tiene una cláusula de rescisión fijada de ... diez millones de euros si quiere abandonar el club antes de su finalización es otro más. Ahora bien, la cantidad a la que asciende esa indemnización previa, que no deja de ser uno de los secretos sumarísimos que el Racing y el propio entorno del jugador guardan como si se tratase del Santo Grial, será objeto de negociación. La cifra no la han confirmado ni el presidente ni, por supuesto, el entorno del futbolista. Pero El Diario Montañés ha podido conocer que es cierta.
El de Soto de la Marina la está rompiendo. En realidad lo lleva haciendo desde mucho. Prueba de ello es que firmó su contrato profesional con el Racing siendo juvenil. Eso de que el Real Madrid y el Barcelona -entre otros- se interesen por él no es de ahora, puesto que ya con edad cadete, cuando jugaba con el equipo juvenil verdiblanco, las llamadas desde la capital y la ciudad condal se repitieron. En aquellos momentos, Pablo Torre pudo salir de Santander rumbo a donde quisiese. Pero fue, precisamente, en ese tiempo cuando decidió quedarse y sellar un compromiso que beneficiara a ambas partes. Y en eso están.
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El joven jugador, asesorado por su familia, decidió no moverse de Santander, seguir formándose en el equipo de casa, no salir de su entorno familiar y de sus amistades y crecer. Rechazó las ofertas que le llegaron y selló un acuerdo largo con varias cláusulas de salida encaminadas a que el futuro y la proyección personal del chaval no se frenasen. Se dejó a un lado el aspecto económico en virtud de garantizar la posibilidad de que Pablo Torre pudiera competir en una categoría acorde a su calidad y rendimiento. Su familia, contenta con el trato del Racing, decidió firmar sin representante ni nada. Si el Racing podía ofrecerle esto, no hacia falta más. Y así fue. Además existía el profundo convencimiento de que sí el club cumplía con ese cometido, contribuiría fundamentalmente en el crecimiento futbolístico del joven talento. Así que su entorno aceptó esa famosa cláusula de rescisión que, por otro lado, puede ser uno de los salvavidas de la entidad en tiempos tan convulsos. Los reiterados ofrecimientos de clubes ayudaron a comprobar la posible cotización del mediapunta en el mercado. Y eso aún sin demostrar nada en un categoría mínimamente profesional.
Pablo Torre jugó con el Rayo Cantabria la fase de ascenso a Segunda B y acto seguido dio el salto al primer equipo. Firmó en abril de 2020 su primer contrato y un año más tarde, después de jugar 24 partidos, la entidad le mejoró las condiciones ante lo que era un clamor. El de Soto de la Marina, sin cumplir los 18 años, fue uno de los que dio que hablar en el peor Racing de la historia, aquel que con Aritz Solabarrieta en el banquillo se estrelló. Lo de esta temporada es una historia reciente que no hace falta recordar.
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«Pablo continuará mientras el Racing le pueda seguir dando posibilidades de crecimiento». Esto es lo único que ha salido de boca del presidente, Alfredo Pérez, pero no puede ser más elocuente y clarificador. El caso es un tanto especial, puesto que Pablo Torre está actualmente en el Racing única y exclusivamente porque ha querido él y su familia. Ni más ni menos. El club ha hecho lo que ha podido hasta donde ha llegado.
Así las cosas, el escenario es el siguiente. Tanto Real Madrid como Barcelona se encuentran en estos momentos en negociaciones con el jugador. El club blanco lleva tiempo acercándose, mientras que el culé, que no es tampoco nuevo, ha intensificado sus contactos. El joven futbolista atendió la llamada la pasada semana de varios técnicos blaugrana que quisieron hablar personalmente con él. El Barça apuesta fuerte en plena captación de jóvenes y ahora mismo quiere adelantarse a los blancos. Su futuro está fuera de Santander, ahora falta saber cuándo y cómo. Dos son los escenarios más factibles y en los dos, el jugador se compromete con un club grande. No hay vuelta de hoja. En el primero, tras el ascenso del Racing el club que se haga con sus servicios podría dejarlo cedido en Santander -como hizo el Real Madrid con Ezequiel Garay en su día- y en el segundo, no hay cesión y sí una despedida definitiva.
En el otro de los escenarios, en el que el Racing no asciende, Pablo Torre no está en la ecuación. Asimilado por el racinguismo que Pablo Torre se irá, lo que ahora centra la atención es el dinero que el club que se lo lleve dejará en el Racing. Si en realidad son diez millones, muchos de los problemas económicos de la entidad se mitigarán. El club que llegue tratará de negociar y será el Racing el que tenga la llave. Con ello, el futbolista y su entorno y los inquilinos de los Campos de Sport ya cuentan.
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