![Pablo Torre se recupera y Romo respira](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202109/10/media/cortadas/67482917-ktXC-U1504783691617NG-1248x770@Diario%20Montanes.jpg)
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Pablo Torre mejora y la pizarra de Guille Romo se aclara. El canterano condiciona buena parte de los planteamientos del entrenador, que hasta ayer mantuvo entre algodones al joven futbolista para que no falte a la cita de mañana en los Campos de Sport ... ante le Talavera. El míster ha reservado el puesto de la media punta para él y sin su presencia nada es igual.
La sesión de ayer fue muy liviana, la habitual 48 horas antes del partido. El de Soto trabajó al ritmo de sus compañeros -que fue suave-, por lo que parece que ha resultado el modo antirriesgos que el cuerpo técnico se impuso con el chaval desde que acabase cargado el pasado sábado ante el Logroñés, hasta el punto que tuvo que ser sustituido por Manu Justo antes de lo deseado.
Tanto el martes como el miércoles, Guille Romo redujo la dosis de entrenamiento a Pablo Torre para evitar cualquier tipo de recaída. No es nada nuevo que el joven futbolista vea mermada la cantidad de trabajo con el objetivo de sufrir molestias musculares. De hecho, durante el pasado verano el propio futbolista completó un trabajo específico para mejorar su adaptación y pudiera soportar la carga física mejor.
POR PRECAUCIÓN
La presencia de Pablo Torre es fundamental y Guille Romo, aunque no lo confirme, lo sabe. Lo fue y quedó constatado en la primera jornada, en la que después de arrastrar problemas físicos, debido a un esguince, el entrenador decidió reservarlo de inicio. Saltó al campo en el minuto 70 y revolucionó el encuentro. En Logroño su rendimiento fue más gris, pero en cualquier caso ningún compañero supo paliar ese mal día del joven jugador. Quizás por todo ello, Romo le ha dado prioridad absoluta a su recuperación y durante los últimos días el volumen de entrenamiento ha sido inferior al de los demás.
La buena noticia de ayer fue ver a Pablo Torre sin ningún impedimento. Completó los ejercicios que conformaban el menú, que fue poca cosa, y fue uno más en La Albericia. Tan solo se han jugado dos jornadas, pero si de algo ha servido es para confirmar que el equipo necesita que Pablo Torre juegue y aparezca. Un alto porcentaje del potencial ofensivo exhibido hasta el momento depende del buen hacer del canterano. Es un hecho.
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Guille Romo buscó el pasado martes alguna alternativa. Colocó a Manu Justo, como ya hizo en la jornada inaugural ante el Tudelano, en ese puesto de la media punta mientras Pablo Torre descansaba por precaución. El entrenador mantuvo una charla personal con el joven futbolista y continuó sus pruebas. Si bien la calidad de Manu Justo, demostrada la pasada temporada en el Celta B, se adapta a la demarcación al míster no le encaja como lo hace Pablo Torre. Pronto escoró al gallego a la banda derecha para probarle por allí. El de Soto de la Marina ahora mismo parece no tener sustituto natural y por eso el cuerpo técnico ha estado pendiente esta semana del chaval. Afortunadamente, a expensas de que hoy surja algo improbable, el cántabro ocupará esa zona de enganche entre el centro del campo y el ataque con el deseo de que sea tan decisivo como lo fue en la única victoria cosechada hasta ahora en Liga.
SU SUSTITUTO
«Todos sabemos cómo es Pablo Torre y el equipo se beneficia cuando él está en el campo y yo, particularmente, como delantero», aseguraba Cedric, el autor del único gol del Racing en estas dos jornadas, anotado tras aprovechar un pase medido del protagonista de esta crónica.
¿Es excesiva la dependencia que tiene el Racing de Pablo Torre? Esta pregunta surge automática. La dirección deportiva esta temporada ha firmado catorce incorporaciones y tan solo dos demarcaciones no han sido reforzadas con futbolistas específicos: la media punta y el lateral izquierdo. Tras la marcha de Martín Solar, el jugador con más argumentos para ocupar ese puesto intermedio y entrelíneas, el club fichó a Manu Justo y Carlos Castro, jugadores que han jugado en ese puesto pero que no son especialistas y cuya polivalencia les permite ocupar la zona pero de manera circunstancial. Esta coyuntura obliga al cuerpo técnico a proteger especialmente al canterano por una doble razón; la primera por la calidad indiscutible que tiene y, la segunda, porque su ausencia tiene difícil remedio.
«Todo lleva un proceso». Esta frase parece haber sido consensuada por todos en el vestuario de La Albericia. La pronunció el míster nada más caer derrotado en Logroño y han hecho lo propio todos y cada uno de los jugadores que comparecieron públicamente esta semana; Pol Moreno, Lucas Díaz y ayer, Unai Medina. En ese proceso también se incluye el grado de asimilación de la presión y la importancia que tiene en el equipo, Pablo Torre, a sus apenas 18 años. Sea como fuere, lo cierto es que Guille Romo, al menos para mañana, podrá contar con su piedra angular y no tendrá que improvisar -por llamarlo de alguna manera- alguien que le pueda reemplazar. Lo que tiene muy claro el míster es su dibujo táctico. Desde que comenzó la Liga no ha vuelto a ensayar -ni tan siquiera por si acaso- un sistema distinto al 4-2-3-1. Innegociable. Mañana, en la pizarra, Pablo Torre y diez más.
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