«Va a ser un partido muy diferente a lo que la gente cree o prevé»

«Va a ser un partido muy diferente a lo que la gente cree o prevé», señalaba tras la penúltima sesión de entrenamiento en las Instalaciones Nando Yosu. «Evidentemente va a ser un partido difícil, porque el Elche tiene un estilo muy definido desde la temporada pasada, cuando sus porcentajes de posesión eran incluso mayores y jugaban aún más tiempo en campo contrario de lo que lo hacen ahora, pero en la ida –acotaba– nos ganaron con dos transiciones y una reanudación rápida de juego con su portero pegándole arriba».

En este sentido, el técnico destaca que «muchas veces nos fijamos en que el Elche es dominador, asociativo, combinativo y pasa mucho tiempo con el balón, pero allí nos ganaron en dos transiciones y un balón largo», de modo que «tenemos que dominar todas las situaciones».

Por eso lo que más le ocupa es corregir unos errores que las circunstancias, por otra parte, han penalizado más al Racing que a principio de temporada, cuando en buena dinámica el equipo tenía también esa dosis de fortuna que contribuye para ganar partidos. jugadas muy ajustadas, mayor o menor tino o actuaciones individuales defininitorias en algún cara o cruz. Así lo indica el asturiano, que sin eludir la autocrítica admite –o reivindica– que en ocasione «los resultados enmascaran muchas cosas. En las primeras jornadas siempre había circunstancias que nos caían favorables: un fuera de juego milimétrico, una intervención del portero que te salvaba en momentos determinantes del partido... Pero en volumen de ocasiones generadas por el rival no hemos cambiado demasiado durante la temporada».

En este sentido reivindicaba a los suyos y su propia propuesta sin ocultar que esas debilidades preexistentes, al margen de que se hayan podido incrementar, se han hecho más evidentes y han incidido en el marcador por circunstancias fortuitas o la mayor o menor fortuna en determinado momento: «Somos un equipo muy ofensivo que mete muchos jugadores delante del balón; el equipo de la Liga que más tiempo pasa en campo rival con y sin balón, y eso condiciona muchos aspectos de nuestro juego. Tenemos que saberlo y manejarlos mejor de lo que lo estamos haciendo, pero es nuestros estilo. Nuestra mayor virtud es a su vez nuestro mayor defecto».

En este sentido, sigue con el discurso de las últimas semanas, señalando los errores individuales y la contundencia, en especial en los duelos. Ya en varias oportunidades ha mostrado su malestar por esos lances puntuales y desajustes o errores que han costado puntos pero no ve propias de la calidad de la plantilla. Algo a lo que presta atención en los entrenamientos –aunque algunos de ellos «no son entrenables»– y para los que, más allá de lo que trabaja día a día con sus futbolistas, no ha ofrecido claves de forma pública más allá de lo ya indicado.

«El fútbol es contundencia en área propia y área rival –explicaba en la sala de prensa de La Albericia–. Los que sucede entre áreas es importante, pero no lo más importante. La manera de llegar puede ser muy distinta, pero lo diferencial es lo que sucede dentro del área, y ahí es donde debemos ser muchísimo más contundentes. En la nuestra y en la rival. Eso es lo que estamos trabajando e intentando mejorar».

Para ilustrar la situación buscó un ejemplo «muy claro». «Cuando me preguntabais en la primera vuelta por el balón parado», una faceta del juego que estaba entre los déficits del Racing y en la que ahora se muestra más sólido. «Me decíais que lo estábamos trabajando mucho pero no recogíamos frutos. Pues ahora estamos recogiendo muchos de aquel trabajo», se reivindica JAL.

«Hay momento de la temporada que por los motivos que sea, a veces son difíciles de explicar –insistía–, ocurren estas cosas. Esperamos a partir de ahora cometer menos errores y ser mucho más contundentes y sólidos, pero no solo la línea defensiva, sino el conjunto y el colectivo, que al final es lo importante». Esta es otra de sus líneas maestras: detecta un problema no en la línea zaguera en sí, sino en el rendimiento del equipo en bloque bajo y sin balón.

Sí detecta en líneas generales, aunque los resultados lleguen ahora por rachas –buenas y malas– recuperación tras el gran bache de diciembre, en el que incluye el empate a dos del sábado pasado en Eibar. Casi una semana después su sensación es «la misma que después del partido. Durante muchos minutos vi un equipo reconocible, con nuestra identidad y nuestro estilo innegociable, aunque con esos errores propios que tenemos que corregir. Durante muchos minutos fuimos dominadores, y lo único que nos hubiera gustado cambiar es, evidentemente, el resultado final».

También tiene «claro» el modo en que va a «encarar el partido».Es decir, tanto el once inicial como la táctica de la que echará mano.Deslizaba incluso algún indicio, pero no muchos «Tenemos clara la manera en que vamos a encarar el partido, pero está claro que la alternativa del 4-4-2 la volveremos a ver. Puede ser contra el Elche, porque es una opción que me gusta, tenemos gente arriba de muchísimo nivel y cuando alguien no juega siempre eres injusto con algunos de ellos. Pero no voy a dar pistas si va a ser este domingo o no».

También se preguntó al entrenador por las amenazas en redes que ha sufrido a finales de la semana pasada. En medio de una batería de mensajes ofensivos y de mal tono, probablemente emitidos por bots, llegaron incluso amenazas a sus hijos, siempre a través de cuentas anónimas en X, ante lo que el club y el propio técnico han actuado de forma inmediata.

José Alberto López es consciente de la situación y ya se ha actuado al respecto, tanto de forma interna como denunciándolo ante la policía. Las cuentas relacionadas con el penoso suceso ya se han borrado, pero la investigación sigue su curso.

El asturiano aprovechó la pregunta para ser muy claro y directo al mismo tiempo que destacaba el cariño recibido en Santander, que no ha dejado empañar por esa lamentable actuación.

«Estoy al margen de las redes sociales porque sé cómo funcionan –explicaba–, pero me llega todo porque me lo lleva una persona. Tanto esa persona como el club se pusieron en contacto para decirme lo que estaba sucediendo. Las críticas las aceptamos; cómo no. Forman parte de nuestro trabajo y además son buenas, pero lo que no voy a tolerar ni aceptar por parte de absolutamente nadie es amenazas, coacciones e insultos hacia gente que quiero y que no está en esta película, como es mi familia. Hay una denuncia interpuesta en la policía, que hará su trabajo, y veremos hasta dónde puede llegar».

Tras esas contundentes palabras dejó acto seguido «muy claro» su sentir respecto al racinguismo: «Este hecho puntual no me va a cambiar la opinión sobre nuestra afición. Me siento súper querido y súper respetado. Igual que cuando las cosas van bien se señala al responsable, cuando van mal o los resultados se tuercen un poquito también se mira al mismo. Son críticas que me ayudan a mejorar, que entiendo e incluso algunas las puedo compartir, pero cuando se traspasa la barrera, por ahí sí que no paso».