Un partido casi, casi de Primera División

Y en esas está José Alberto, con toda la plantilla disponible y con ganas de cambiar algo que le saque el hueso de aceituna que tiene en la garganta desde hace siete días. Sin desvelar mucho, lo que sí le ha dolido al míster es lo de encajar goles. Ocho, en tres partidos, es preocupante. Tanto como que tienes que ser muy bueno si quieres ganar con esos números.

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Así las cosas, ha tirado por la calle del medio y para evitar tanto agujero modificará la defensa. Hoy regresará Álvaro Mantilla al lateral derecho, donde era un eventual que hizo méritos para que le hicieran fijo y por contra, en el centro de la zaga, volverá Rubén Alves, que también era un fijo y sin embargo José Alberto le obligó a cogerse una excedencia. Hasta ahí puede ser hasta comprensible, lo que no encaja mucho es ese lateral izquierdo que ayer ensayó en La Albericia: Dani Fernández. Si el madrileño no está fino en su perfil... Cambiarle de banda para tapar el bajón de Saúl resulta cuando menos sorprendente, pero el entrenador es el que tiene mano. Desde fuera, aunque sin que haya nada que lo refrende se entiende que ha llegado la hora de Mario García, pero José Alberto manda. No está descartado el chaval, pero en las probaturas de ayer no estaba. Con todo este entramado que se menciona, el técnico pretende hacerse un poco más fuerte; la concentración de Mantilla y la contundencia de Rubén Alves se suma a una defensa que no estaba muy despierta en los últimos duelos.

Pero ahí no queda la cosa, porque se barrunta también un cambio en el centro del campo, donde el cuerpo técnico está pensando en buscar un híbrido entre el músculo y el toque más que decantarse solo por una de las virtudes. En esa ecuación parece quedarse fuera Iván Morante, a quien le puede pasar factura ese querer y no poder. El joven futbolista encaja en la hoja de ruta de José Alberto gracias a su pausa y temple, pero los resultados se le han comido. Todo hace indicar que volverá a acompañar a Clément Grenier en la manija, porque el francés es intocable -más ahora que aguanta los partidos completos- Aritz Aldasoro. El guipuzcoano era indiscutible hasta que una sanción le sacó del equipo. Hoy tendrá galones y se deberá pegar con Juric y Monchu, los dos mediocentros que menean al Valladolid. Solo si el vasco cumple con ese rol, su compañero, Grenier, rendirá como quiere el míster. División de trabajo en la zona ancha verdiblanca.

En la línea de ataque es donde no se pueden hacer muchos cambios porque los cuatro han demostrado que están por delante de sus compañeros de posición. Si acaso Arana y Ekain sí que se discuten el '9', pero en la línea de tres Íñigo Vicente, Peque y Andrés Martín son por el momento el armamento ofensivo de un Racing, que pese a esta semana horrible que lleva solo hay cinco equipos que marcan más goles que él y uno de ellos no es el Valladolid.

El partido de hoy huele a Primera, no en vano el Racing es el decimoquinto equipo en la clasificación histórica de clubes y el Valladolid el decimotercero. Los cántabros estuvieron 44 temporadas en Primera y los pucelanos 46. Son primos hermanos y sus duelos son ya un clásico. Quizás por eso, y por la cercanía, han decidido declarar el partido como de Alto Riesgo, aunque realmente lo que ocurre es que es un lujo. Vamos, como dice José Alberto que está el Racing, «de lujo». Estrenará asientos hoy casi medio estadio, ya pintados y adecentados la gran mayoría. El Sardinero luce de verde y habrá cerca de 15.000 espectadores. Otro lujo.