Las peñas denuncian el trato recibido en Anduva y el caos en el acceso

Todo ello se produjo en un momento de extremas temperaturas en Miranda de Ebro, hasta el extremo de que algunas personas temieron sufrir un golpe de calor. No fue necesaria la intervención de los servicios sanitarios, pero la situación fue anómala y reveló problemas de coordinación. Así se comprobó cuando, para el momento del inicio del partido, buena parte de la expedición verdiblanca no había podido acceder al recinto. Y siempre habiendo llegado con mucha antelación. En algunos casos, hasta una hora antes.

Así lo denunciaron ayer la Asociación de Peñas del Racing y la Gradona de los Malditos, que agrupan a las peñas verdiblancas y, en el segundo caso y de forma más específica, a las de la grada de animación, en un comunicado conjunto: «Vivimos momentos lamentables debido a la clara y manifiesta incompetencia del Mirandés, lo cual provocó que la mayoría de aficionados del Racing no pudiera acceder al encuentro hasta que este ya había comenzado, estando en la cola una hora antes del inicio del partido».

Todo había transcurrido con normalidad «hasta que se tuvo que acceder al estadio de Anduva, momento en el que se desató el caos en la única puerta, por llamarla de alguna manera, habilitada para la afición visitante (único acceso para cerca de 1.100 espectadores)», continúa la nota.

Las peñas muestran además su malestar porque ningún miembro del Racing acudiera en representación del club para tratar de mediar en la situación. A Miranda de Ebro se habían desplazado parte de la directiva y diferentes responsables verdiblancos, que estaban ya en el interior del estadio cuando se produjeron los sucesos. En la línea de divorcio que existe, al menos en una parte de la afición, con algunas de las decisiones tomadas en los últimos tiempos, se demanda del club mayor atención a su masa social para evitar situaciones como la vivida el pasado sábado. O, de producirse, buscar una mediación.

«Los problemas de trato inhumano y contrario a los derechos fundamentales continuaron incluso durante la salida del estadio. La forma en que se trató a los menores de edad fue vergonzosa, como si fueran terroristas», añade el colectivo.

En resumen, la afición cántabra pasó más tiempo del necesario esperando colas por la mala organización y el angosto acceso a Anduva y salió además descontenta del trato recibido por una parte del equipo de seguridad en la ciudad burgalesa. Fue el momento que empañó una jornada, por lo demás, de perfecta convivencia y celebración del fútbol en Miranda de Ebro.

En su comunicado las peñas expresan, eso sí, su agradecimiento por el trato recibido de la ciudadanía y establecimientos hosteleros de Miranda y de los aficionados del Mirandés. Insisten en desvincular el desconcierto y caos vivido en la puerta del estadio de la institución y la ciudad como tal y destacan que se trató de una jornada «festiva,» solo empañada por los errores de coordinación y seguridad. «Nos hemos sentido acogidos con extrema amabilidad durante la previa del encuentro, convirtiendo la misma en una verdadera fiesta entre aficiones», añade el comunicado.

De hecho, la situación vivida hacia las cuatro de la tarde contrastó con el resto de la jornada, con una perfecta convivencia, ningún incidente y la presencia policial rutinaria en este tipo de partidos, pero sin que fuera necesaria ninguna intervención.