«Pese a lo mal que estuvimos en la primera parte, conseguimos llegar vivos a la segunda»

La decoración cambió tras el paso por vestuarios, cuando Ania varió el planteamiento y obligó a los suyos a ganar metros en busca de dificultar el juego de los canarios. «Al descanso dimos un paso al frente, salimos a presionar más arriba, empezamos a estar más juntos y no aparecía la gente que en la primera parte estaba entre líneas». Pese a la mejora el partido se volvía a poner cuesta arriba con el tanto de Borja Lasso, un contratiempo que no supuso un paso atrás para los verdiblancos. «En la segunda parte les dominamos. El equipo tuvo fe, espíritu y capacidad de reacción incluso para hacer algún gol más».

Pese a la mala primera mitad y a los errores locales, que ayudaron en la remontada de los santanderinos, el entrenador asturiano quiso quedarse con la capacidad de reacción de los suyos. «No se trata de si el Tenerife lo perdió o el Racing lo consiguió. En todos los partidos hay momentos para cada equipo y la segunda parte fue completamente nuestra. Estuvimos todo el tiempo en campo rival, terminamos en su área y de ahí el fruto del gol de Karim –Yoda–, que es consecuencia de haber sido atrevidos, de haber sido valientes y de haber tenido la fe y la convicción de que se podía sacar adelante».

El Tenerife llegaba a la cita después de cuatro encuentros sin ganar en su estadio. «Sabíamos que si manteníamos la portería a cero durante largo tiempo podían entrar los nervios tanto a los jugadores como a la grada, pero no fue así. Ese escenario cambió rápido con los dos primeros goles».

Unos nervios que tampoco llegaron a la caseta racinguista, donde en el intermedio eran conscientes de que lo mejor era el resultado. «En el descanso pensamos que pese a lo mal que habíamos estado en la primera parte, estábamos vivos en el partido». Una reacción en la que fueron decisivos los cambios realizados desde el banquillo, que esta vez sí funcionaron. «Cejudo en el mediocentro nos dio mucho fútbol y la velocidad de Nico también».

Ania regresaba a la que fue su casa como jugador, aunque para el ovetense el reencuentro no supuso una sensación especial de volver a una ciudad que como técnico había visitado hace dos cursos para disputar la Copa Federación. «Ya había vuelto como jugador varias veces y hace dos años había venido con el Villanovense a la Ciudad Deportiva. El reencuentro ha sido uno más, como cuando voy a sitios donde estuve como jugador. Uno más».