Un desastre maquillado

A los canarios les ha cogido el arranque de Liga a contrapié y más en su isla, donde no han sido capaces de ser todo lo competitivos que adelantan su plantilla y sus objetivos. Son ahora mismo el equipo que más derrotas ha firmado en su estadio. Sin darse cuenta coquetean con los puestos de descenso y eso ha hecho sacar las garras a la hinchada y defenderse como gato panza arriba a la directiva. Resultado: medio divorcio.

Sin embargo, en el fútbol -a diferencia de los matrimonios- no hay nada que no se solucione con una buena tarde de domingo. Un buen paseo por la orilla de la playa o un triunfo y el amor vuelve a florecer. No falla. Y en ese escenario, el antagonista es un Racing que necesita estrenarse a domicilio, sumar de tres en tres de una vez y demostrar que lo que apuntan los entendidos sobre que «compite en todos los partidos» no sólo es una frase bonita. Ganar al Tenerife supone de una tacada salir del descenso, refrendar las buenas sensaciones, un respaldo anímico y un reforzamiento de la figura del cuerpo técnico. Todo de una vez. El bálsamo de una tarde dominical.

A Iván Ania, que como a John 'Hannibal' Smith, jefe del Equipo A, le gusta que 'los planes salgan bien', lleva once jornadas esperando decir «ya era hora», exceptuando el día que goleó al Mirandés. En casi todos los partidos se ha marchado mordiéndose el labio inferior y lamentando esto o lo otro. Siempre saboreando a medias. Hoy le toca a él y a su equipo acertar de pleno. Para ello todo apunta a que no va a tocar el plan de Huesca. No le queda otra que sustituir a Moi, que anda convaleciente y con molestias, pero el resto de mimbres tal cual. Cuatro en defensa, dos pivotes, una línea de tres ofensiva y un punta. Nada de dos delanteros.

Conoce perfectamente al rival y sabe que el Tenerife asume riesgos y por eso la intención de partida será la de esperar a que cometa fallos. Le gusta proponer y llevar la iniciativa, pero hoy lo va a hacer con el freno de mano puesto. Sí, pero no. Voy, pero no voy. Vamos, que le dará la pelota al rival para que en su casa y con la necesidad de ganar le entren las prisas. Con Nuha como punta de lanza y con un equipo bien ordenado y con paciencia.

Su espejo es Huesca, donde todo salió bien salvo la forma con la que le pintaron la cara en el minuto 95. Sin ese detalle -para nada baladí- se estaría hablando de otra cosa. Con el Tenerife encaja ese método. La única novedad que se intuye es la entrada de Aitor Buñuel tras su regreso internacional. El navarro volverá a adaptarse al lateral izquierdo como ya hizo en varias ocasiones para paliar las ausencias de Moi y Abraham. A Ania le gusta más ese apaño que no dar entrada a un central reconvertido a carrilero. Carmona ocupará el carril del diestro y la pareja de centrales volverá a ser Alexis-Figueras. Hoy es uno de esos partidos en los que ambos deben aportar un plus de experiencia; darle pausa y aprovechar ese golpeo largo y preciso que siempre tuvieron y que en este arranque de Liga se les echa de menos a ambos, sobre todo al catalán.

En el centro del campo no hay debate. Kitoko y Mario Ortiz tratarán de desconectar la sala de máquinas del Tenerife para que ese juego combinativo que propone López Garai (entrenador del equipo canario) de partida no funcione. Tapándole la circulación de balón en el centro del campo, el Racing tiene ganado mucho terreno puesto que su rival se encuentra incómodo jugando directo. En el banquillo para posibles eventualidades estarán Sergio Ruiz y Toribio, que son distintos a juicio del entrenador y que por eso se retroalimentan. Con Kitoko y Mario Ortiz Ania sabe que tiene asegurado el trabajo y a la vez confía en que sea suficiente parapeto para que Lombardo, Yoda y Cejudo puedan hacer lo que saben. Esa es la clave. Urge que sus tres hombres más virtuosos aparezcan más. Ojo, porque no sería descabellado pensar que Nico Hidalgo le arrebatara la plaza a Lombardo. El francés no tiene crédito ilimitado. De que Yoda no sea tan intermitente y de que Cejudo marque la diferencia depende el éxito de un Racing forastero en un campo hasta la fecha fácil de conquistar.

Cualquiera de ellos puede apagarle la luz al Tenerife, pero el Racing necesita que no sean paracaidistas y que no sólo luzcan de vez en cuando. El Racing, y por tanto su entrenador, ha apostado por las bandas a pie cambiado con lo que pierde la improvisación vertical de romper para fuera en virtud de hacerlo para dentro y en diagonal. Puede que se haya cansado si hoy salta al campo Nico Hidalgo. Simplemente es una intuición, pero...

La última pata del banco es Nuha, que con sus virtudes y sus defectos ahora mismo es juez y parte del juego de su equipo. Decir que condiciona parte de los planteamientos puede ser excesivo, pero tampoco descabellado. ¿Quién iba a contar que un delantero tan singular y llegado como refuerzo de segundo orden iba a modificar el estilo de juego? Deberá trabajar y apretar en busca de esos errores que el Tenerife suele conceder por su excesiva tendencia a salir jugando.

Lo dicho, buen momento para coger desprevenido a un enemigo que trata como puede de convencer con lo que hace. A López Garai ya le costó hacerlo la temporada pasada en el Numancia, donde la relación con la grada nunca fue buena. Fue criticado por su fútbol de toque y acabó con su salida de Soria. Curiosamente, con él en el banquillo, los sorianos acabaron siendo el segundo conjunto que peores resultados obtuvo como visitante. Parece que en Tenerife ha cambiado el guión y donde se encuentra a gusto es fuera de la isla.

Sea como fuere, el Racing juega contra un rival de la zona baja de la tabla y, por tanto, se abre hoy un periplo optimista y esperanzador que no debe dejar pasar. En poco más de un mes se enfrentará a seis rivales de su Liga y con ello a un tramo determinante para salvar la categoría. No hay excusas que soporten los malos resultados ante los clubes con los que luego tendrá que sortearse las cuatro plazas del descenso. Si en los duelos directos sale mal parado estará cavando parte de su tumba. Y es muy pronto para que eso ocurra.