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La Fuente de Cacho volvió a sonar este sábado en los Campos de Sport después de meses. La última vez fue para celebrar el ascenso del Racing a Segunda División y este sábado los aficionados entonaban las mismas estrofas, con un nivel notablemente inferior ... de decibelios, para ver por primera vez y antes de que arranque el curso al Racing en su estadio. Y lo que vieron fue un empate a cero ante un Oviedo que fue mejor los primeros 25 minutos y después se desinfló. Algo que no aprovechó el Racing para llevarse el partido y comenzar a creer a base de victorias. A los de Guillermo Fernández Romo este sábado les faltó chispa, desparpajo en los últimos metros y como asignatura pendiente, desequilibrio.
Racing
Parera, Satrústegui (Saúl García m. 77), Pol Moreno, Bobadilla, Íñigo, Alfon (Camus .64), Fausto Tienza (Aldasoro m.64), VIcente, Medina (Dai Fernández m.77), Matehus Aiás (Cedric m.64), Arturo (Peque m.77).
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Oviedo
T. Nadal, Rodri Tarín, Luismi (Jimmy m.66), Viti, Borja C, (Sergi Enrich m.66), Borja S. (Marcelo m.66), Dani Clavo, Obeng (Javi Mier m.77), Hugo Rama (Bretones m.77), Pomares, Lucas.
Árbitro. Córdero Vega (Colegio Cántabro). Amonestó a Pomares (m.25) y Luismi (m.53).
Incidencias. Último amistoso de pretempoada disputado en los Campos de Sport. Antes del choque se guardó un minuto de silencio por el exjugador Julio Santamaría, fallecido recientemente.
Para el estreno en El Sardinero Romo echó mano de su esquema de cabecera. El 4-2-3-1 dispuso un once reconocible. En portería Miquel Parera, Unai Medina en el lateral derecho, y volvió a colocar a Satrústegui en el izquierdo a pesar de contar ya con un jugador específico, el canterano Saúl. Pero el técnico madrileño confía en el navarro y de momento prefiere que se siga desempeñando como lateral en lugar de hacerlo en el centro de la zaga. El muro en torno al portero mallorquín lo completaron Bobadilla y Pol Moreno; mientras que la medular fue para la pareja formada por Íñigo Sainz-Maza y Fausto Tienza. En la banda izquierda Arturo y por la derecha Alfon, con Íñigo Vicente en la mediapunta y Matheus Aiás en punta de lanza.
Las cadenetas de las ferias, instaladas en el aparcamiento del estadio, daban vueltas en el aire por encima del partido, pero el mareo era para los jugadores del Racing, que poco a poco se fueron despejando, pero no lo suficiente. El Oviedo mandaba más y tenía más oportunidades. Los de Bolo querían el balón y los cántabros se lo cedieron, aguardando una oportunidad que tardó en llegar. Tanto que el propio Romo, en la pausa de hidratación, que se produjo a la media hora de partido, no se cansó de pedir algo de 'vidilla' a sus jugadores hasta por gestos. La música de las atracciones se mezclaba con los sonidos del partido, y quizá por eso los jugadores del Oviedo decidieron subirse a los coches de choque. Primero derribaron a Íñigo Vicente, con una falta de Lucas para cortar una primera aproximación al área del de Derio, que se llevó unas cuantas tarascadas a lo largo del partido. Después le tocó a Íñigo Sainz-Maza y hasta Arturo se quedó tendido en el suelo hasta que entraron las asistencias después de que lo barriese Pomares, que no se libró de la amarilla aunque los árbitros también están de pretemporada.
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Leila Bensghaiyar
El Oviedo avisó con una primera aproximación que resultó en fuera de juego, pero poco después volvían a la carga los de Bolo por medio de Viti, que se acercaba peligrosamente a la portería de Parera hasta que una bala con el 17 a la espalda, Unai Medina, se le anticipó basculando y cerrando bien para rebañar el balón, una aparición que le valió el aplauso de El Sardinero. Empezaba poco a poco a despertar el Racing, pero todavía no había conseguido equilibrar el partido. Fausto Tienza perdió la que podría haber sido una buena ocasión cuando conectó con él Íñigo Vicente en las inmediaciones del área asturiana. El extremeño estaba perfilado para el disparo, pero no se atrevió e intentó buscar a un compañero inexistente. Nada. De momento a Nadal no le entraba ni un leve temblor porque el Racing no inquietaba. Y eso que insistió por medio del capitán casi desde el córner izquierdo, con un lanzamiento que el meta de los asturianos atrapó sin problemas.
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Y en esas llegó la más clara para el Oviedo, que ya llevaba tiempo dando la lata a la defensa verdiblanca con un incansable Viti. En esta ocasión un envío de quilates de Hugo Ramos lo remató Obeng de cabeza, pero si alguien sabe estirarse para atajar el balón es Parera, que repelió en lanzamiento.
La intensidad que pedía Romo desde el banquillo no terminaba de aparecer, pero el Racing sí empezaba a tener presencia en el área. Aunque lentamente. Algunos decían que ver una película del francés Èric Rohmer eran «como sentarse a ver crecer la hierba», y este sábado el Racing se lo estaba tomando con la misma filosofía, despacio, pero sin descanso. Y así llegó una ocasión por banda derecha con una internada de Alfon y Matheus esperando el remate con la avidez del cazador, pero esta vez no encontró donde percutir el brasileño. Faltaba chispa.
El paso por vestuarios le sentó bien al Racing, que metió una marcha más mientras el Oviedo se desinflaba y bajaba el ritmo. Romo hizo sus primeros cambios y dio entrada a Alves y Juergen por Bobadilla y Alfon. A ver si la presencia del colombiano en el centro del campo surtía el efecto de revulsivo en el terreno de juego. Pero fue Matheus quien decidió tomar cartas en el asunto. Tras un despeje de Lucas el brasileño remató con un zapatazo que atrapó Nadal, y como no le pareció suficiente, insistió terco unas jugadas después el ex del Oviedo. Cuando le llegó el balón él solo se fue a la guerra, pero su lanzamiento lo repelió un defensa. Le dio igual. De nuevo a la carga. Remató el rechace en los minutos más explosivos del Racing, que en ese momento logró arrancar gritos y cánticos de la grada, pero Romo ya había pedido los cambios y a Matheus le tocó dejar su lugar a Cedric, que entró al campo con un vendaje en la mano. Junto a él, Aldasoro yCamus por Fausto Tienza y Alfon.
A partir de aquí llegaron los mejores momentos del Racing con un Juergen gambeteando, con continuos cambios de dirección y amagos que descolocaban a la defensa del Oviedo. Mientras, el resto de jugadores verdiblancos se subía al carro y no hacía concesiones, asediando sin descanso el área asturiana entre los aplausos de los aficionados en El Sardinero, que mostraban ya ansiedad esperando el momento de poder celebrar un gol.
Romo movió banquillo. Turno para Saúl García, Dani Fernández y Peque, que ocuparon los puestos de Satrústegui, Medina y Arturo. Minutos para todos. El reloj corría inexorable y el gol no llegaba. Antes del encuentro le otorgaron a Cedric el trofeo Óscar como máximo goleador del equipo el curso pasado, pero ayer no pudo sacar su bota a pasear. La expectativa de despedirse de la pretemporada con una victoria y ante un rival de la misma categoría se iba esfumando, para un Racing que había ido de menos a más en el partido. Y no por que los verdiblancos no la buscasen. En los compases finales los de Romo hicieron méritos. Lo intentaban y bregaban, pero los 93 minutos que duró el partido no fueron suficientes para lograrlo.
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