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El Racing va quemando etapas. Va cubriendo objetivos. Logros que no son vinculantes pero sí muy importantes de cara al futuro. El partido de Urbieta frente al Gernika no pasará a la historia ni por su belleza ni por su resultado. Un triste empate. ... Sin embargo, el punto, mezclado en una coctelera con la derrota del sábado del Barakaldo frente al Amorebieta, dejó un dulce regusto. El equipo cántabro amplió a siete su distancia con el segundo clasificado -ahora el Mirandés- y se aseguró ese título honorífico de campeón de invierno, a falta aún de dos jornadas para el término de la primera vuelta. El Racing cruzará el ecuador en la 'pole position' del campeonato y de momento mantiene una jugosa ventaja sobre sus perseguidores.
Decía el director deportivo del Racing, Chuti Molina, en una entrevista a este periódico a principios de noviembre que «de aquí a Navidad tenemos que hacer los máximos puntos e intentar que nos den un poco de tranquilidad. Y que no vayamos con esa presión añadida de tener que ganar en todos los campos». Entonces, el Racing aventabaja en tres puntos al Barakaldo. Su equipo, con la Copa de por medio, ha conseguido ese pequeño objetivo. Bien posicionado.
Con un asturiano -ex del Real Oviedo, para más señas-; con una meritoria participación en la Copa y campeón de invierno. Esta temporada tiene muchas similitudes con la 2013-14. ¿Culminará, como aquella, con el ascenso a Segunda División? El Racing de Paco Fernández es el espejo en el que mirarse. Aunque las circunstancias son muy distintas, el camino a recorrer es prácticamente el mismo que en aquella convulsa campaña.
Aquella plantilla cerró la primera vuelta como campeón honorífico, con 34 puntos -nueve triunfos, siete empates y dos partidos perdidos- en su casillero -eso sí, sólo se jugaron 18 encuentros al haber 19 equipos en el grupo-. Seis puntos menos que los que el Racing ya tiene en su poder a la espera de disputar los partidos frente a Oviedo B -sábado, 18.00 horas- y Unión Deportiva Logroñés -sábado 5 de enero, 17.00 horas-. En aquel curso, el Racing consiguió proclamarse campeón con antelación suficiente como para preparar con calma el play off y cerró las 36 jornadas ligueras con un balance de 66 puntos -17 victorias, 15 empates y cuatro derrotas-. Y al final, y pese a todas las vicisitudes vividas a lo largo de los últimos meses, Paco Fernández y los suyos lograron dar el salto a Segunda División. Aunque apenas un año duró la alegría en la casa del pobre verdiblanco.
En el curso 2015-16, con Pedro Munitis en el banquillo, el Racing vivió la otra parte de los campeonatos de invierno. Fue la campaña del sorpasso verdiblanco. El equipo cántabro, después de un gran final de la primera vuelta, llegó al ecuador de la competición en tercera posición, con 34 puntos, a seis del entonces líder, el Racing de Ferrol. Los santanderinos continuaron con su impenitente escalada hasta superar al conjunto gallego sobre la bocina, en la última jornada del campeonato. El conjunto dirigido por el técnico del Barrio Pesquero cerró la Liga regular con 74 puntos, uno de ventaja sobre su principal contrincante. Sin embargo, tras el éxtasis por el título liguero, el globo se desinfló en el momento clave y los verdiblancos cerraron el play off de ascenso con un balance de cuatro derrotas en cuatro partidos, seis goles en contra y cero a favor. Un desastre.
Una circunstancia similar se vivió un año después, aunque el primer proyecto con Ángel Viadero al mando protagonizó una remontada sin premio. Al cierre de la primera vuelta de la temporada 2016-17 el Racing llegó con cinco puntos de desventaja sobre el líder, la Cultural Leonesa. Y eso, con unos números cercanos a los de la actualidad. Con 41 puntos llegó el equipo verdiblanco a esas alturas, por 46 de su principal rival. Los cántabros lograron enjugar esa renta. Incluso perdieron en Guijuelo la opción de haber asestado un golpe definitivo al campeonato. Y finalmente, con una puntuación que a día de hoy es récord absoluto de la categoría -86 puntos- tuvieron que conformarse con el segundo puesto por culpa de la diferencia de goles. Así que los de Viadero tuvieron que jugársela por el camino largo y, cuando todo parecía sonreír, el cuarto de hora tonto sobre el césped y en el vestuario mandaron al garete una campaña prácticamente para enmarcar.
Y en cuanto a la pasada temporada, el desierto. Ni título de invierno ni remontada ni nada que se le parezca. De mal en peor. Así acabó, como la peor en 105 años de historia. Aún con Ángel Viadero en el banquillo, el Racing cerró 2017 y la primera vuelta de la competición con 37 puntos, en tercera posición y a seis de la cabeza, que ocupaba el Mirandés. El problema no eran tanto los números como las impresiones que dejaba el equipo y lo viciado del ambiente, que al final acabaron por devorar a todo lo demás. La campaña continuó con la destitución del míster de Canalejas unas semanas después y la llegada de un Carlos Pouso que no sólo no mejoró la película sino que acabó con el Racing fuera del play off de ascenso a Segunda División. Con sonrojo, con reproches, con 68 puntos y en quinta posición completó el conjunto verdiblanco el campeonato.
La condición de mejor equipo de los 80 que componen la Segunda División B ha permitido al Racing también convertirse en el primero de todos ellos que sabe que iniciará la segunda vuelta de la competición mirando a sus perseguidores por el espejo retrovisor. Campeón de invierno por anticipado. El equipo de Iván Ania, con 40 puntos y siete de ventaja sobre el segundo, es el único que puede presumir del título honorífico. La Ponferradina (33 puntos en el grupo I) y Melilla (37 puntos en el grupo IV) podrían conseguirlo este próximo fin de semana si vencen y pinchan Fuenlabrada y UCAM Murcia, respectivamente, que marchan ambos a tres puntos de la cabeza. Mientras tanto, en el grupo III, el Lleida (33 puntos) tiene sólo un punto de ventaja con respecto al Villarreal B.
El Racing ya sabe que completará la primera mitad de la temporada en una situación inmejorable. Pero aún queda mucho. La Liga es casi eterna y aún restan 21 partidos para poder pensar de verdad en lo realmente importante: la lucha definitiva y encarnizada por el ascenso. Por volver a la élite. Lo que está claro es que lo que bien empieza tiene muchas más posibilidades de acabar de forma positiva. Y en ello anda el equipo cántabro, que hasta el momento, saca los deberes con nota.
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