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«He vivido el partido como siempre, con mucha intensidad, pero hay días que para ayudar al equipo te tienes que pausar. No es sencillo. Soy una persona intensa y caliente y otras veces esa intensidad o calentura me impide estar fresco para tomar decisiones ... y hoy era un partido que había que hilar fino». José Alberto sí que estuvo más pausado que otras tardes. Lo mismo le pasó el miércoles en Zamora. Se le vio menos dinámico, gesticulero e impaciente. Al menos desde fuera sí que dio la sensación.
Y este domingo, los compañeros en las sala de prensa de Santo Domingo se lo recordaron. «Cuando las cosas vienen mal es cuando hay que intentar tener la cabeza fría», respondió, después de exponer que era necesario mantener la calma. «¿Qué si me preocupa? La verdad es que me hubiera gustado tener una semana mejor que la que hemos tenido, pero la Liga son 42 jornadas», añadió. Es obvio que queda un mundo.
El Racing encadenó tres victorias consecutivas y ahora tres derrotas... «No son tres derrotas, son dos y una eliminación», se apresuró a corregir el míster, que además dijo que «de cien veces, una perdemos el partido de Zamora y fue la del miércoles». En fin, que el fútbol «es como una montaña rusa y lo que realmente preocupa es que encajemos muchos goles. Eso es lo que más preocupa». Eso también es verdad, en el último mes el Racing ha recibido siempre al menos dos goles y eso hace muy difícil ganar partidos. Aún así, lo positivo es que «el equipo es reconocible, pero tiene que recuperar la solidez y mejorar el rendimiento individual para que el colectivo suba».
El entrenador del Racing sabía que por mucho que se explicase era difícil justificar lo que se vio. Por eso lo primero que hizo fue pedir perdón. «Quiero pedir disculpas a nuestros aficionados. Al final han hecho un esfuerzo por estar aquí y ver a toda esa gente en la grada y no hemos tenido el partido que queríamos». Y es que José Alberto admitió que están «en ese momento en que cualquier llegada del rival es gol, con muy poco nos hace gol». Rápidamente se dio cuenta de que el Alcorcón había hecho algo más y por eso dijo que «también ha sido mejor que nosotros y con eso no quiero decir lo contrario». Sin embargo, sí que entonó el mea culpa al señalar «dos ocasiones muy claras antes del segundo gol que no se pueden fallar». En eso sí que no hay más que objetar. No se pueden fallar si es que las tienes.
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Sergio Herrero
No contaba el míster con perder en Alcorcón, por eso explicó que «tenemos que mejorar y dar mucho más de lo que se ha visto». No obstante, y pese al paso atrás, José Alberto insistió en que «la situación general es buena». Y repitió que no se puede repetir lo de otras veces, «que se hacen cambios en el descanso, se hacen correcciones y se recibe un gol». Es obvio que algo pasa:«Tenemos que estar dentro de los partidos; hay ser más sólidos, más contundentes y el partido de hoy era de contundencia en las dos áreas». Y el Racing no lo fue. El técnico racinguista pidió una vez más calma, «porque estas cosas a lo largo de las temporadas, por desgracia, suceden».
«Imprecisos. Muy imprecisos». Así estuvieron los jugadores, según José Alberto, y así es muy complicado acertar. Respondió a la pregunta de por qué eligió a la pareja Grenier-Morante para dirigir el equipo y señaló que «la posición está cubierta. Hay cuatro jugadores y los cuatro son titulares». «Queremos ayudar al equipo –añadió–, pero a veces se acierta y otras no. Hoy no hemos sabido llevar el partido donde queríamos ni sacar el plan adelante», sentenció el míster verdiblanco.
Y terminó su exposición adelantando que lo mejor de todo es lo que viene ahora, cuando «hay que ser autocríticos. Analizar bien y seguir mejorando».
El presidente del Racing, Manolo Higuera, y el responsable de relaciones institucionales, Víctor Diego, cumplieron su intención de ver el partido desde la grada en solidaridad con la afición verdiblanca por los altos precios que impuso el Alcorcón a las entradas. El representante del club en el palco de Santo Domingo fue el director general, Felipe Llamazares. Pese a que la entidad alfarera anunció el viernes que se habían vendido todas las localidades y habría lleno para el partido, de los 5.100 espectadores que puede acoger el recinto, sólo se ocuparon 4.325 asientos. Es decir, casi 800 se quedaron vacíos. A pesar de que las entradas más baratas estaban cifradas en 36 euros, unos 700 aficionados verdiblancos se desplazaron hasta Alcorcón para acompañar a su equipo. 300 con las entradas que el club madrileño envió a Santander y los otros aproximadamente 400, que pasaron por taquilla y se rascaron el bolsillo en el intento de la entidad local de hacer caja con otro desplazamiento masivo.
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