El Racing se agarra a tres apuestas

Convertirse en el hombre gol en un equipo que lleva cuatro partidos consecutivos sin marcar en el arranque liguero es una alta responsabilidad. Eso es lo que le ha tocado a Sekou Gassama. El problema es que sus números previos no sirven para apaciguar la sed anotadora del conjunto verdiblanco. Es verdad que, si se profundiza en sus cifras, tampoco ha tenido excesiva continuidad allá donde ha estado. Su mejor balance se produjo en Almería, donde hizo seis tantos en catorce partidos. Hasta antes de ser traspasado. Y en Fuenlabrada marcó cinco en nueve encuentros, hat-trick incluido. En la última campaña en Málaga, vio puerta tres veces en 22 choques. Eso sí, sólo siete de ellos como titular. Ahí, en lo que no pudo ser, radica la esperanza del racinguismo, que espera ver en el ariete catalán al futbolista poderoso que se llevó los tres puntos de los Campos de Sport con el Almería. En Santander ya han visto a la pantera gatear.

El sábado, en Tenerife, ya fue titular en su primera semana como racinguista. Mal momento para un estreno, en el peor de los cuatro partidos del equipo de Guillermo Fernández Romo hasta el momento.

Nada más llegar, ya ha adelantado por la derecha en la jerarquía del entrenador para la delantera. Ha superado a un Matheus Aiás que había sido el elegido en las tres ocasiones anteriores y también a un Cedric, máximo goleador del curso pasado en Primera RFEF, que arrastra problemas físicos y que, probablemente, tardará un tiempo en volver a estar a pleno rendimiento.

En edad juvenil, Jordi Mboula era uno de los futbolistas más prometedores del panorama nacional. Rápido, descarado, con gol... Internacional en las categorías inferiores de España. Canterano del Barcelona, entre que en el club azulgrana no le dieron toda la bola que quería y los cantos de sirenas millonarias que llegaron de Mónaco, el club del Principado se llevó al futbolista tras pagar una cláusula de rescisión de tres millones de euros. A partir de ahí, de un lado a otro sin asentarse. Huesca, Mallorca, Estoril y ahora el Racing. Es joven, tiene aún 23 años, pero cada vez es más difícil considerarle una promesa. Y, como realidad, está bastante lejos de lo que se esperaba de él. De ahí que Santander sea una oportunidad para el catalán que no puede desaprovechar.

Así que, para el club cántabro es otra apuesta de incierto resultado pero en la que ha depositado gran responsabilidad. Porque Mboula es uno de esos fichajes, con vitola de experiencia en Primera División, que el director deportivo, Mikel Martija, ha incorporado durante el mes de agosto con la intención de dar un salto de calidad a la plantilla. El extremo diestro ya debutó frente al Oviedo, desde el banquillo, y fue titular el pasado sábado en Tenerife. De momento, chispazos aislados. Parece que hay madera, pero Guillermo Fernández Romo debe hacerla arder para convertirle en un futbolista desequilibrante en la parcela ofensiva de un equipo que, hasta ahora, se ha mostrado muy poco dañino para los contrincantes.

Hay dos tipos de Jorge Pombo. Todo depende de a quien se le pregunte. Si el cuestionado es un aficionado del Zaragoza, hablará maravillas de un canterano del club aragonés que deslumbró por su talento en La Romareda. Si se pide referencias a alguien del Cádiz o del Oviedo –sus últimos clubes– las alabanzas caen en picado. Eso sí, todos ellos se ponen de acuerdo en que las botas del aragonés desbordan talento.

Así que, si Guillermo Fernández Romo tenía poco trabajo por delante, además debe recuperar, por su bien y por el de su equipo, la cara más valiosa de un futbolista que todavía tiene 28 años. Él mismo se plantea su fichaje por el club cántabro como su oportunidad para renacer: «El Racing es un buen sitio para aportar y recuperar mi mejor versión».

Pombo es, junto al segundo portero, Jokin Ezkieta; el hasta hace poco lesionado Álvaro Mantilla, y el central Pablo Bobadilla; el otro futbolista que resta por debutar en la plantilla verdiblanca. Fichó en el último día del recién cerrado mercado estival y no llegó a tiempo para entrar en la convocatoria para Tenerife. Salvo sorpresa, se estrenará en la expedición para Gijón. Y quién sabe si como titular. De preferencia mediapunta, ha aterrizado en Santander para ocupar una posición en la que Guillermo Fernández Romo está empleando a un mediocentro ofensivo, pese a que tiene otras opciones, como Íñigo Vicente o Peque, que se ajustan más a esa demarcación. Una zona, además, oscurecida por la larga sombra del canterano Pablo Torre.