Un Racing para el ascenso

El proyecto de cantera que se inauguró el año pasado debe dar sus frutos en este con la consolidación de aquellos jóvenes jugadores que ascendieron desde el Rayo Cantabria. Sin embargo, al menos al principio de temporada ningún otro futbolista formado en La Albericia ha ascendido al primer equipo como miembro de pleno derecho y se ha vuelto a una política de infinidad de fichajes en un nuevo cambio de rumbo y estrategia. Un bandazo, eso sí, obligado, porque tras el fracaso de los últimos proyectos el Racing buscará una vez más el ascenso como único objetivo.

La crítica a esa multitud de fichajes anuales, un mal endémico en el Racing -y de la inmensa mayoría de clubes punteros de lo que era la Segunda B- desde su primer descenso a Segunda B, se debe sin embargo ponderar: ninguna cantera puede nutrir de media docena de futbolistas al primer equipo año tras año, y menos la temporada siguiente a que ascendiera precisamente esa cantidad: media docena. Además, se debe tener en cuenta la política de tierra quemada que llevó a cabo Chuti Molina con los canteranos, que el Racing sigue pagando.

Guille Romo ha seguido un guion claro: mantener a los canteranos del curso pasado y alguna que otra pieza más y construir al mismo tiempo un bloque con jugadores expertos, rondando la treintena, con el que armar un equipo para el ascenso. Se buscan resultados a corto plazo, pero con futbolistas con al menos dos o tres años más de trayectoria sin fichas abultadas y que no condicionen el futuro. Eso sí: falta por comprobar si para que el proyecto de futuro lo sea realmente se mirará al Rayo para que los jóvenes sigan creciendo. A cambio, no se heredarán las hipotecas de otros cursos.

De hecho, el fracaso de la temporada pasada trajo consigo la enésima limpia estival, de la que solo se salvaron los canteranos y un puñado de futbolistas que por diversos motivos demostró lo útil de su continuidad: Isma López, Bustos, Soko y Cedric. En consecuencia, la situación se puede mirar de diferentes modos: solo cinco canteranos con ficha del primer equipo, pero hace dos años había solo uno y era un regresado como Mario Ortiz.

Miguel Parera será salvo sorpresa el portero titular, relegando a la suplencia a Lucas Díaz. Al menos el balear parte como principal favorito a defender la meta. En la defensa continúan tres jugadores de la temporada pasada: los canteranos Diego Ceballos, Álvaro Mantilla e Isma López. Los laterales estarán ocupados por dos futbolistas de similar perfil: del 90 y formados en el Athletic: el recién incorporado Unai Medina por la derecha y el citado Isma López por la izquierda. El primero con mucha experiencia en Segunda y el segundo incluso en Primera División.

Bobadilla, Pol Moreno, Satrústegui, veterano que llegó a tocar Primera, y Mantilla son los cuatro centrales, en principio con los dos primeros como titulares. Moreno es un hombre de confianza de Romo, que ya lo ha tenido a sus órdenes en el Cornellá y al que decidió traerse según se comprometió con el Racing. El catalán ha tenido muy buenas actuaciones tanto en el Sabadell como posteriormente en el propio Cornellá. A sus 27 años nunca ha jugado en Segunda, pero sí en el extranjero, y en la nueva Primera RFEF parece una categoría en la que puede ser uno de los centrales de referencia. Junto a él, Ceballos y Mantilla deben seguir creciendo, para lo que necesitarán minutos. Desde el Rayo buscará su oportunidad el comillano Juan.

En cuanto al eje, Íñigo Sainz-Maza es el único que continúa de la temporada pasada. De menos a más durante todo el año hasta convertirse en uno de los futbolistas más importantes, el canterano, nuevo capitán, tendrá mucha competencia en la medular, pero tampoco el año pasado partía como titular (de hecho comenzó jugando como lateral) y se impuso a base de buen rendimiento. Tres experimentados futbolistas que rondan la treintena han llegado para su puesto: el experimentado Fausto Tienza, que incluso llegó a jugar brevemente en Primera, la supera, y cerca de ella está Sergio Marcos, previsiblemente también titular con Borja Domínguez, también de 29 años como otra de las alternativas.

Pablo Torre, que ya cuenta con contrato profesional y más cerca de la madurez física, puede ser el jugador franquicia tras el curso de aprendizaje que tuvo en la última campaña. En las bandas siguen los titulares de la temporada pasada, Soko y Álvaro Bustos, junto al canterano Marco Camus. Ejercerá como comodín Manu Justo, un mediapunta llegado del filial del Celta aunque formado en el Coruxo, que a los 25 años busca su alternativa definitiva y llega como una de las incógnitas.

La delantera navega entre la apuesta y la incógnita, pero hay motivos más que suficientes para obtener, al menos, esperanzas. La gran duda es Jack Harper, que pese a su nombre y procedencia escocesa nació en Fuengirola y ha desarrollado toda su carrera en España. No ha debutado ni se sabe muy bien qué ocurrirá con él y su lesión. Junto a él estará Cedric, que tras superar su bloqueo mental ha demostrado estar a gusto en Santander y ha decidido seguir en el club. Fue de menos a más durante toda la temporada pasada y, si es el de fin de curso, ya con continuidad y adaptado al equipo, puede convertirse en ese delantero franquicia que ya se esperaba la temporada pasada. Dos futbolistas con nacionalidad escocesa y nigeriana que sin embargo hablan un perfecto castellano con acento andaluz y catalán, respectivamente.

La otra gran referencia para el 'nueve' es Castro, que por el momento ha dejado muy buenas sensaciones en la pretemporada. Llega tras unos malos años, pero doce goles en Primera y una edad perfecta para un futbolista le avalan. La delantera, en la que también está Manu Justo, ha generado, en definitiva, expectativas que ahora debe confirmar.