Racing y Córdoba, vidas a contracorriente

Córdoba y Racing parecen empeñados en llevarse la contraria. Mientras que los cántabros firmaron un arranque de Liga de récord, igualando los mejores registros a domicilio de la categoría con siete triunfos consecutivos, los andaluces no fueron capaces de arrancar hasta pasados los dos meses de campeonato. El Córdoba visitó El Sardinero en la jornada 11, cuando el Racing era líder con siete puntos de ventaja sobre el segundo, el Zaragoza, y para entonces los califales tan solo habían sumado un punto a domicilio; la misma renta les separaba del descenso. El Racing era imparable como foráneo y el Córdoba se hacía fuerte como local. Fue tanta la fuerza que el conjunto de Ania tomó en El Arcángel que en Navidad cerró una vuelta al calendario completa sin perder ante su afición, la mejor racha del club en medio siglo. Precisamente sus mejores números llegaron cuando el Racing se topó con su criptonita y se bajó del pedestal para comenzar una sequía de dos meses sin conocer la victoria. Ver para creer. Ni en el sur se creían lo que estaba haciendo su equipo, con una plantilla recién ascendida y un presupuesto justo para soñar despiertos. Ni tampoco se lo querían creer en Santander, ya que el equipo pasó de la noche a la mañana de ser el enemigo a batir a una víctima propiciatoria sin darse cuenta. Vidas a contracorriente.

Ambos se enfrentan hoy con el mismo objetivo con el que empezaron los campeonatos, pero situados mucho mejor de lo que hubieran imaginado. Los de José Alberto son segundos, en puestos de ascenso directo, algo que resulta difícil de creer después de los siete partidos que se quedaron sin ganar. Con un mínimo bagaje de tres puntos de 21 posibles, el conjunto racinguista ha logrado contra todo pronóstico mantener su privilegiada posición, obviamente a costa de perder la cómoda ventaja y de ver cómo se le acercan los rivales, pero sigue en lo más alto. Mientras al Racing le pasó todo esto, el Córdoba fue escalando posiciones en la tabla gracias a sus resultados en su estadio, hasta el punto de que los andaluces llegan a este duelo entre ambos más cerca de las plazas de play off de ascenso a Primera que de los puestos de descenso.

El contexto de ambos equipos es diametralmente opuesto. Sin embargo, en uno de esos caprichos del destino, lo que realmente les une son los banquillos. Hoy se enfrentarán dos vecinos –nacidos en Oviedo–, casi de la misma quinta, que han triunfado como entrenadores del Racing. Por un lado, Iván Ania, a quien su paso por El Sardinero le situó en el mapa de los entrenadores y, por otro, José Alberto, que pese a que ya vino con cierto recorrido a Santander por el fútbol profesional con su paso por Sporting de Gijón, Mirandés y Málaga, ha sido aquí donde ha hecho cátedra.

Ania apareció por Santander después de hacer algo de 'mili' en el fútbol modesto asturiano y en el Villanovense para ascender a Segunda y devolver la ilusión a la grada. Quince partidos y una victoria fue su equipaje en el fútbol profesional de verdiblanco, antes de que se le parase el reloj y se fuera por donde había venido. Fue el pagano de un director deportivo imprevisible y de una plantilla un tanto de chiste –con perdón– que estaba de vuelta de todo. A Ania empezó a irle todo mal y acabó fuera. Todo lo contrario que a José Alberto, que aterrizó cuando todo era ya un despropósito y no hizo más que mejorar. Dos años en los que se pasó de solo mirar para abajo a aspirar a todo. Ania es uno de los últimos entrenadores que se acercó a la mítica marca de las dos temporadas completas en el banquillo racinguista, algo que ahora mismo, después de superar también los dos años naturales, su paisano José Alberto ya lo tiene a tiro para batir la marca de Felines.

Y todo ello con dos libretas similares, aunque con algún matiz; ambos quieren jugar por abajo y ser protagonistas y ninguno entiende el fútbol encerrándose y esperando a lo que haga el rival. Los dos son verticales y asumen riesgos. Ania le pide a su portero que sea el libre del equipo y José Alberto exige a su defensa que sitúe la línea bien adelantada. Los dos le dan prioridad a la creación en campo ajeno. Se parecen en casi todo y a los dos les gusta el 'rock and roll', pero en este concierto, por lo visto hasta ahora, los mejores músicos son los que marcan la diferencia.