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En las cuatro primeras jornadas de Liga, con el Racing de tropiezo en tropiezo, el racinguismo se miraba en el espejo del Burgos. Ese equipo al que hasta ayer era imposible hacerle un gol. Siete fechas después, cántabros y castellanos ya se asemejan. Porque ... los de Guillermo Fernández Romo han conseguido echarle el cierre a la meta de Miquel Parera. Encadenan cuatro encuentros seguidos con la portería a cero. Y son seis en las últimas siete jornadas. Es un tópico, pero las casas se hacen por los cimientos y el cuadro verdiblanco, pese a sus problemas en el área rival, ha logrado crecer desde su fortaleza defensiva.
De los seis tantos encajados en las cuatro primeras jornadas, el Racing ha pasado a sólo dos en las siete siguientes: los que le metió el Eibar en la derrota en Ipurúa. Sporting, Las Palmas, Málaga, Levante, Zaragoza y Huesca se han quedado con las ganas. Rosco. Si la Liga hubiese arrancado el 11 de septiembre, cuando el cuadro montañés ganó en El Molinón, hoy sería tercero en la tabla, con doce puntos, por detrás de Las Palmas y Alavés, y el segundo equipo menos goleado, con dos tantos encajados, superado únicamente por el Burgos, con uno.
605duelos ganados convierten al Racing en el mejor equipo en esta faceta
¿Qué es lo que ha cambiado en el equipo cántabro? Puede que sean esos procesos a los que siempre se refiere Guillermo Fernández Romo. Pero también es verdad que ha habido algunos cambios tangibles más allá del lógico aumento de la confianza después de la llegada, por fin, de los buenos resultados. Por ejemplo, la decisión, en parte obligada por las lesiones en el lateral derecho, de blindar la línea defensiva con cuatro centrales de origen. La irrupción de Mantilla en Gijón le dio una mayor fortaleza a la retaguardia. Algo que ha continuado pese a que el camargués cayó lesionado y el técnico ha tenido que colocar ahí a un mediocentro como Aldasoro o un especialista ofensivo como Dani Fernández.
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Además, esa zaga ha visto la consolidación de una pareja de hecho en el eje. Pol Moreno-Rubén Alves. Una unión ahora indivisible. Porque en Granada y Tenerife -segunda y cuarta jornada, respectivamente-, el míster optó por Germán Sánchez en lugar del hispanobrasileño y el experimento fue fallido. Romo tomó nota y, desde entonces, esos dos puestos son inamovibles para dos futbolistas que, además, van en un aumento paulatino de sus prestaciones. Cada vez mejor.
Como casi todo en la vida, lo de atrás tuvo efecto dominó. Porque ha habido cambios importantes en el equipo que en apariencia no tienen mucho que ver con el entramado defensivo pero, casualidad o causalidad, han coincidido con la mayor solidez del bloque verdiblanco. Como el hecho de retrasar a Juergen Elitim desde la mediapunta al mediocentro. Aunque eso haya significado mandar al banquillo a un futbolista de perfil más conservador y que, además, estaba funcionando bien pese a los malos resultados: Fausto Tienza. El colombiano, jugador de toque, ha sabido adaptarse a las exigencias del guion y ha sacado a relucir una faceta de más trabajo que acompaña, cuando es posible, con su capacidad técnica. Y con Íñigo Sainz-Maza ha encajado a la perfección.
Para que el de Cartagena de Indias se pudiese ir a su posición original, tuvo que llegar Jorge Pombo. Lo mismo. El aragonés no es un futbolista que intervenga directamente en el perfil defensivo del equipo. Sin embargo, desde que está, el Racing ha pegado un cambio. Quizá porque ahora el equipo verdiblanco puede tener el balón en campo rival con más criterio y, por lo tanto, mantener a sus rivales más lejos de su portería.
El Racing es a día de hoy el tercer equipo que menos tantos ha recibido en lo que va de campeonato, con ocho. Empatado con Levante, Huesca y Granada y sólo por detrás de Las Palmas (4) y el Burgos (1). Es, según los datos de LaLiga, el tercero que más faltas ha cometido (152), sólo por detrás de Alavés (160) y Levante (177). Y con 109 es el segundo de la categoría con mayor número de entradas con éxito. Pero si hay una estadística que resulta clave en el éxito defensivo racinguista es la de duelos ganados, una clasificación que los de Guillermo Fernández Romo dominan con 605.
Y después, en el plano individual, siempre es importante contar con futbolistas que aparezcan entre los mejores en las facetas defensivas. Uno de Manacor y otro de Ampuero. Bajo palos, Miquel Parera, con 31 intervenciones, es el tercer portero que más paradas ha realizado en estas once jornadas. Y eso que en partidos como el del pasado sábado en Huesca apenas tuvo trabajo gracias a la gran labor de sus compañeros en la escolta. Uno de ellos, precisamente, un Íñigo Sainz-Maza que está siendo uno de los 'rookies' de la Segunda División. El capitán racinguista, con 23, es el cuarto jugador con más recuperaciones de la competición.
El trabajo defensivo del Racing cobra aún más mérito tras actuaciones como la del sábado, donde fue capaz de dejar prácticamente inédito a Miquel Parera ante el Huesca en El Alcoraz. O en el último tramo del choque en el Ciutat de Valencia, en el que, con un futbolista menos durante veinte minutos por la expulsión de Aldasoro, logró que un Levante aspirante al ascenso apenas le inquietara. Aunque la verdadera clase magistral fue la del encuentro contra el líder, Las Palmas, en los Campos de Sport. Más de cincuenta minutos en inferioridad numérica por la roja vista por Jorge Pombo en la primera mitad y, aún así, la portería se quedó a cero y sin sufrir demasiado. Esfuerzo, orden y solidaridad.
Son avances importantes, pero Guillermo Fernández Romo aún tiene mucho trabajo por delante. Porque desde esta mejoría de la parte de atrás, el Racing debe crecer también hacia delante, donde el equipo tiene un grave déficit en el área rival. Y eso que tiene al futbolista que más disparos ha hecho en lo que va de campeonato: Matheus Aiás, con quince. Pero el acierto es otra cosa y el conjunto cántabro, con cinco tantos en once encuentros, no sale ni a 0,5 por partido, lo que le obliga a ser, como lo está siendo, prácticamente impecable en la retaguardia.
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Los avances en la enfermería racinguista van lentos. De cara al próximo partido –domingo, 14.00 horas– frente a la Ponferradina, el entrenador verdiblanco, Guillermo Fernández Romo, sólo espera recuperar a uno de los cinco lesionados. Un futbolista, Álvaro Mantilla, que regresará para reforzar aún más el entramado defensivo racinguista.
Mientras tanto, el técnico madrileño no es tan optimista con la evolución de Unai Medina, Sekou Gassama y Matheus Aiás. En el caso del zaguero vasco, cuya lesión en el bíceps femoral derecho le tiene fuera del equipo desde hace más de un mes, aún no ve la luz al final del túnel después de que hace tres semanas recayera de su dolencia, cuando parecía que podía estar en el tramo final de su recuperación. Mientras tanto, en la delantera, a Sekou Gassama y Matheus Aiás les resta, como mínimo y en el mejor de los casos, una semana más para volver a trabajar con el grupo. Así, unido a la ausencia de larga duración de Cedric, Romo tendrá que idear otra solución para el puesto de punta ante la Ponferradina.
Por otro lado, el próximo rival racinguista emitió un comunicado tras su derrota del sábado frente al líder, Las Palmas, para expresar su «profundo malestar» contra el estamento arbitral. Ante el equipo canario, los bercianos sufrieron la expulsión de su delantero Yuri y de su entrenador, José Gomes. «El club se siente agraviado y, por ello, obligado a reaccionar ante situaciones muy claras que le han perjudicado de forma evidente. Los aficionados han tenido la oportunidad de comprobar y analizar todas estas acciones», afirma el documento.
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