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ASER FALAGÁN
SANTANDER.
Domingo, 3 de abril 2022, 07:54
El Racing imputará los cinco millones de euros que percibirá por el traspaso de Pablo Torre al ejercicio 2022-2023. Una decisión que va de la mano con lo pactado con el Barcelona, que pagará el traspaso del canterano una vez finalizada la temporada, ... por lo tanto, fuera del ejercicio 2021-2022, y que tendrá dos consecuencias muy claras en la economía verdiblanca.
Por una parte, el ejercicio se cerrará, como se preveía, con unas fuertes pérdidas, lo que obligará a sus accionistas de referencia a una inyección de capital o mantener abierta la línea de crédito, en especial si el club certifica el ascenso y debe cumplir los ratios que exige LaLiga para ejercer su derecho.
Televisión El Racing no sabe cuánto cobrará la próxima por derechos televisivos. Puede rondar los seis o siete millones.
Publicidad Si se certifica el ascenso de categoría el club tratará de incrementar los ingresos por publicidad.
Taquilla Todavía no se han definido precios de entradas y abonos. En 2020 supusieron 2,3 millones.
Por otra, al optar por esta solución, en cierto modo forzada por el momento en el que el Barcelona hará el pago, pero a la que existían alternativas, en caso de ascenso el club tendrá un techo salarial más amplio del que dispuso en la temporada 2019-2020, la última en Segunda División.
INCREMENTO
En consecuencia, en caso de que se certifique un ascenso ya muy encarrilado pero que aún no es matemático, el traspaso de Pablo Torre permitirá afrontar con mayor solvencia la temporada, al no encontrarse un techo salarial tan estricto como el que tuvo hace tres años. Eso desde el punto de vista normativo, puesto que se deben tener en cuenta otros factores.
La deuda con el Grupo Pitma no ha dejado de crecer, y un nuevo esfuerzo salarial podría, pese a que los ingresos televisivos se multiplicarán, obligar a incrementarla aún más. Y para ello se debe contar con el beneplácito de unos Alfredo Pérez y Pedro Ortiz que suman ya varias temporadas comprobando cómo el Racing les genera pasivo. De hecho, este fue el principal motivo, en palabras de Pérez, que les llevó a desligar el Racing del Grupo Pitma y convertirse en propietarios del club de forma directa, a través de una sociedad creada a tal efecto.
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En consecuencia, tener el permiso de LaLiga para un mayor esfuerzo salarial no significa necesariamente que se pueda ejecutar ese gasto. El Racing aún no conoce qué ingresos televisivos percibiría y al no estar ascendido tampoco ha analizado todavía sus cuentas con LaLiga. Además, parte del traspaso se destinará a pagos pendientes. En la negociación para alargar los plazos de algunas deudas pendientes, el club se comprometió con esos acreedores a saldar su deuda -o al menos una parte- en el momento que llegara un ingreso extraordinario, y ya ha comunicado que cumplirá su palabra. Dicho de otro modo: disponer de un mayor techo salarial no significa necesariamente que se cubra, pero sí ofrece esa posibilidad y permite acudir con mayor solidez al mercado.
El auditor Manuel Expósito cifra en 10,5 millones de euros el tope que podría tener el club en Segunda División de acuerdo con las ratios de LaLiga en caso de imputar los cinco millones íntegros para masa salarial, pero según ha podido saber El Diario, la cifra será menor al tener parte de estos ingresos otro destino. Pero el club sí confirma que habrá un sensible incremento del techo de gasto respecto a la temporada 19-20.
En aquella ocasión el equipo tuvo un límite de 5,078 millones de euros, para lo que fue necesario además una ampliación de capital de dos millones que Alfredo Pérez y Pedro Ortiz asumieron capitalizando deuda, de modo que de facto quedó como un apunte contable y de facto, como una pérdida financiera de dos millones de euros para el grupo Pitma. Posteriormente, la venta de Yoda y otros pequeños ingresos permitieron ampliarlo a 5,827 en la ventana invernal de fichajes, lo que sin embargo no sirvió para evitar el descenso como colista a pesar de que cinco clubes tenían un límite inferior al verdiblanco.
De hecho, el entonces director deportivo, Chuti Molina, ni siquiera llegó a alcanzar esta cantidad, que la propiedad sí puso a su disposición. Se hizo el esfuerzo económico, pero el Racing no se movió bien en el mercado y los refuerzos, que no fueron los inicialmente esperados o elegidos, llegaron a última hora y una cantidad quedó sin invertir.
Al no computar el traspaso de Torre en el ejercicio en curso el Racing presentará este año unas cuentas deficitarias, como se informó a los accionistas y a la masa social y muestra el presupuesto aprobado en la última junta, que prevé unas pérdidas de 2,584 millones de euros. De hecho, de haberse computado el traspaso del de Soto de la marina en el curso vigente (había fórmulas) hubiera arrojado beneficio, pero a costa de hipotecar su futuro techo salarial en caso de ascenso y dejarlo, a grandes rasgos, en la misma cantidad que hace tres años.
Esta situación obligará a sus accionistas de referencia a seguir avalando -a través del Grupo Pitma- la línea de crédito del Racing en otro curso deficitario y, probablemente, a capitalizar deuda de nuevo. De hecho, y más allá del resultado negativo, el club reconoce que al cerrar la contabilidad de cada mes el club está haciendo uso de esa misma línea de crédito.
El Racing ya trabaja con la hipótesis de que el año que viene tendrá un techo salarial sensiblemente superior al que tuvo en el curso 19-20. Sin embargo, no ha hecho aún un cálculo exacto, pendiente como está no solo de certificar el ascenso, sino de diferentes variables que aún son una incógnita, como el citado caso de los ingresos televisivos.
Expósito calcula que de no haber contado con los ingresos que se percibirán por el traspaso de Pablo Torre el Racing tendría la próxima temporada un techo salarial de aproximadamente cinco millones y medio de euros, siempre en el supuesto de ascenso a Segunda.
En cambio, con estos ingresos extraordinarios el auditor calcula que podría llegar a los 10,4 millones, es decir, el doble de la cantidad con la que partió el club hace tres años para buscar la permanencia en su breve regreso al fútbol profesional.
El Racing confirma el diferente escenario que se plantea, pero con un matiz: dado el destino que se dará a parte de esos ingresos aclara que, si bien es previsible que el techo salarial crezca ostensiblemente, no lo hará hasta ese extremo, y advierte además que aún no se ha comenzado a trabajar en el presupuesto del próximo curso ni analizado en profundidad todos los requisitos y la cuantía exacta de los nuevos ingresos. El Racing es aún a todos los efectos un club de Primera RFEF y no quiere comenzar la casa por el tejado, aunque tiene la documentación preparada para el momento en que deba acometer todos los trámites que trae consigo el ascenso. O mejor dicho, poder ejercer el derecho a ascender.
Como referencia, esta temporada el equipo con mayor permiso de gasto en Segunda División es el Eibar, con 30 millones de euros, seguido por el Valladolid con 29 y el Leganés con 26,4. Es decir, los tres recién descendidos de Primera. En la cuarta posición se sitúa el Huesca, con 18.6 millones.
En la parte contraria, el techo más bajo es el del Girona, con 3,9 millones de euros, seguido por el Amorebieta (4,6), el Lugo (4,8), y el Burgos (5,5). En consecuencia, el Racing debería armar, de acuerdo con su presupuesto, un equipo para la permanencia, pero en una situación de igualdad con sus adversarios en el objetivo de mantener la categoría. Todo, claro, si certifica el ascenso y el Grupo Pitma mantiene su línea de crédito al 4%. El camino al equilibrio presupuestario pasa por un ascenso... o por dos.
hubiera sido, aproximadamente, el tope salarial sin contar con los ingresos de Torre
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