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Guille Romo ya tiene el centrocampista que buscaba.Un futbolista, además, que conoce muy bien y de su plena confianza: Arturo Molina. El Racing anunció hoy la incorporación de un eje creativo con experiencia enSegunda, donde ha jugado esta misma temporada, que se convierte así ... en el primer refuerzo del primer equipo en la ventana de fichajes de invierno.
Molina, que había comenzado la temporada en el Fuenlabrada de Segunda División, se había convertido en agente libre tras alcanzar esta misma semana un acuerdo para su rescisión con el club madrileño, con el que había jugado doce partidos, tres de ellos como titular. Ocupa así la ficha dejada libre por Carlos Castro, de modo que el Racing completa su cupo de plazas absolutas y cualquier nuevo fichaje, a menos que se trate de un futbolista sub 23 (el club sí tiene puestos libres de este tipo en su primera plantilla), significaría la salida de otro futbolista.
Precisamente el interés del Racing fue lo que llevó al murciano a negociar su baja con los madrileños, pero el club verdiblanco ha esperado a que se disputara el partido ante la Sociedad Deportiva Logroñés para oficializar la contratación de un futbolista que ha firmado hasta el próximo 30 de junio, aunque dispone de varias cláusulas de renovación por objetivos, y que ya se entrenó este mismo domingo, como tiene previsto hacerlo hoy, con sus nuevos compañeros en las Instalaciones Nando Yosu. De hecho, el Racing anunció su contratación al mismo tiempo que el futbolista salía al césped de La Albericia con el resto de futbolistas que no participaron en la victoria en Las Gaunas, aunque hizo trabajo específico.
El fichaje de Molina responde a las necesidades que había expresado el entrenador: un jugador que pudiera reforzar tanto la faceta creativa del centro del campo como actuar en banda derecha, posición a la que ya llegó a desplazar a Íñigo Saiz-Maza en un partido, y con su incorporación inmediata a la dinámica de grupo se espera que pueda debutar a la máxima brevedad. Ni siquiera se puede descartar que entre incluso en las convocatorias de los dos partidos consecutivos que los verdiblancos deben afrontar esta misma semana.
El entrenador verdiblanco ya había anunciado su interés por reforzar la plantilla, y más en concreto con un futbolista diestro de las características de Molina, algo en lo que insistió en su rueda de prensa del pasado viernes, aunque añadiendo que no tenía «la última palabra» en materia de incorporaciones. Porque pese a ser el director deportivo del equipo necesitaba el visto bueno desde un punto de vista económico.
Si alguien conoce bien al nuevo jugador del Racing es precisamente el técnico madrileño, que en 2016, cuando era secretario técnico del Levante, le incorporó para el club azulgrana procedente del Murcia, donde el nuevo entrenador no contaba con él. Aunque Romo dejó unos meses después el Levante por el cambio en la presidencia, el club decidió ejercer su opción de compra por el centrocampista, que tras un paso de una temporada por el Castilla estuvo hasta 2020 en Valencia. Aunque llegó a entrenar con el primer equipo, solo una vez entró en la convocatoria liguera del primer equipo, sin llegar a debutar en la máxima categoría.
Nacido el Albarán (Murcia) el 18 de julio de 1996, Molina (181 centímetros y 77 kilos) se formó en las categorías inferiores del Murcia, con el que llegó a debutar con 18 años en Segunda División B, para pasar después por otros dos filiales: el Castilla y el Atlético Levante. En el equipo valenciano tuvo continuidad, pero no la suficiente para dar el salto a la élite. Ya con seis años de experiencia en la categoría de bronce, en 2020 se incorporó al Castellón de Segunda División, con el que jugó 18 partidos, y este verano se comprometió con el Fuenlabrada.
En total ha disputado 163 partidos en la extinta Segunda División B, en los que ha marcado 24 goles, y 36 en Segunda, categoría en la que no se ha estrenado como goleador. El murciano, que en toda su carrera deportiva nunca se ha enfrentado con el Racing, se ha comprometido con los cántabros en busca de minutos y con la expectativa de ascender a Segunda, supuesto en el que renovaría automáticamente en una política más o menos habitual en el Racing.
Su incorporación supone, eso sí, una acumulación de futbolistas en el centro del campo, y más en concreto en la posición de mediocentro. Si bien responden a características diferentes y el recién llegado puede actuar también en banda, el Racing cuenta en estos momentos con el propio Arturo Molina, Íñigo Saiz-Maza, Fausto Tienza, Sergio Marcos y Borja Domínguez en pugna por dos puestos en el 4-2-3-1 de Romo. En alguno de los casos pueden actuar también como mediapuntas, pero esta plaza está reservada, al menos por el momento, a Pablo Torre.
Aunque Molina es por ahora –y quizá de forma definitiva– el único refuerzo del primer equipo, el Racing ya había salido al mercado de invierno para contratar a Jorge Delgado para el Rayo Cantabria, donde debía suplir la baja de Dani Salas, cedido al Tropezón de Segunda RFEF hasta final de temporada. Delgado entrena y juega con el filial, pero su contratación se hizo con vistas a que eventualmente pudiera completar el primer equipo si fuera necesario. El otro fichaje rayista ha sido Pablo Díez, un suplente de Germán Fernández para la portería después de la marcha de Moha.
Además se han producido dos salidas en la primera plantilla: la de Carlos Castro, una apuesta para la delantera por un atacante con experiencia en Primera que no funcionó (tampoco habías sido buenas sus últimas temporadas) y la del canterano Diego Ceballos, con quien el entrenador no contaba y que finalmente se ha marchado al Teruel tras llegar a un acuerdo con el club para rescindir los seis meses de contrato que le restaban.
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