El Racing llama y su afición responde

No sorprende. Hay verdades incontestables. Grandes como puños. Certezas tan claras como que si llueve y uno no tiene paraguas se moja o que la suma de dos ángulos rectos es igual a 180 grados. Pues así de irrefutable es que el Racing cuenta con una afición de Primera. Una masa social que lo sigue si viaja y lo arropa si juega en casa, en El Sardinero. Y eso mismo se ha propuesto el racinguismo en este sprint final de temporada.

Noticia relacionada

Escalar como el Gato de Pámanes

El estadio no solo lucirá su mejores galas, es que se convertirá de nuevo en una olla a presión para arropar al Racing tras la derrota ante el Burgos -donde se congregaron más de 4.000 verdiblancos- de la pasada jornada. Un traspié que dejó a los jugadores tocados, e incluso a alguno le hizo derramar alguna lágrima. Por eso la afición piensa que ahora más que nunca es el momento de mostrar cariño a una plantilla que tiene por delante siete finales. 21 puntos en juego para meterse de nuevo en puestos de play off y acariciar el sueño del ascenso.

Los precios de las localidades oscilaban entre los 38 euros, la más cara, y 18 la más asequible, en el caso de los adultos, porque en el caso de los más pequeños, el Racing lanzó una promoción para menores de 7 a 14 años y estos solo tendrán que abonar dos euros por entrada.

Así, en Preferencia sur los asientos para adultos tiene un precio de 18 euros, mientras que en Preferencia oeste el coste es de 23 euros. En Tribuna sur las entradas pueden adquirirse por 23 euros, y en las Tribunas central y principal ya no quedan localidades. En el caso de menores entre 15 y 17 años, englobados en categoría júnior, el coste será de 10 euros en las zonas disponibles del campo.

Las entradas están disponibles en venta electrónica y en las taquillas de los Campos de Sport, que permanecerán abiertas hasta el viernes de 10.00 a 20.00 horas. El sábado atenderán al público a partir de las 10.00 y hasta la hora del inicio del partido, siempre que no se agote antes el papel o el partido se declare de alto riesgo, en cuyo caso solo lo harían para resolver incidencias.