Segunda División

El Racing, a un punto de la permanencia

Hay un pequeño matiz. Para evitar sustos de última hora, interesa que el Villarreal B también sume al menos un punto. Porque en caso de triple empate a 49 entre el Málaga, los cántabros y el filial amarillo, sería el Racing quien ocuparía la última posición. Se trata de una posibilidad infinitesimal, pero que se debe tener en cuenta.

En cualquier caso, el saldo es absolutamente favorable. A falta de tres jornadas para que concluya la Liga, la única esperanza del Málaga es ganar sus tres partidos y que el Racing los pierda todos. Si el Málaga se deja un punto, chao. Solo con que los cántabros sumen unas únicas tablas, la permanencia será matemática.

Una vez concluida la jornada 39, el equipo aventaja al Málaga en ocho puntos y tiene además los enfrentamientos particulares ganados frente a los andaluces (empató en los Campos de Sport y ganó en La Rosaleda). Así que en caso de empate a puntos los cántabros saldrían beneficiados. En consecuencia, todo lo que sea sumar deja al Racing en LaLiga. Todo lo que no sea hacer un pleno desciende al Málaga, de moldo que este mismo sábado el Racing puede garantizarse seguir un año más en Segunda.

Ya nada más concluir el partido del sábado en Miranda de Ebro, José Alberto López apelaba a la unidad del racinguismo para la próximo cita, que puede ser la que ratifique el objetivo. No será sencillo.El domingo rinde visita el líder, el Eibar (Campos de Sport, 14.00 horas), pero el Racing ha acreditado una gran solidez en casa en los últimos tiempos y le basta con el empate. Incluso con perder, si un Málaga virtualmente desahuciado no gana al Mirandés en La Rosaleda. Después tendrá además dos partidos ante rivales que no se juegan nada, mientras que los andaluces deben enfrentarse al Alavés, que compite por el ascenso.

El fuerte sprint que estaban marcando los malaguistas amenazaba con provocar que la permanencia de esta temporada fuera la más cara de la historia. Los 48 puntos que suma en estos momentos el Racing han sido casi siempre suficientes (existen excepciones), y los 50 han sido siempre la referencia de cualquier equipo desde que la Segunda División cuenta con 22 clubes, si bien el Deportivo descendió hace casi tres años con 51.

Ahora, tras su derrota en El Toralín, los de Sergio Pellicer solo pueden aspirar, en el mejor de los casos, a sumar 49. Su descenso es ya virtual, pero para que se convierta en matemático, para que esa infinitésima posibilidad de que el Racing pierda la categoría ya no sea factible, es necesario ascender un último y pequeño escalón.

El calendario del Málaga es favorable, pero el verdiblanco tampoco es especialmente delicado. Su único compromiso complejo es precisamente el de este domingo con la visita del Eibar. Pero en las dos últimas jornadas, las que previsiblemente tengan horario unificado, se enfrentará a dos equipos que no se juegan nada. De hecho, es incluso posible que ese horario unificado no lo sea para los racinguistas porque, como sus rivales, no se jueguen ya nada.

El primer adversario será el Real Oviedo en el Carlos Tartiere. Último desplazamiento de la temporada a un estadio, además, muy cercano. Los antecedentes invitan a pensar en que el partido sea de alto riesgo, lo que dificultará, de confirmarse, que la afición desplazada sea tan numerosa como en otros campos, pero lo que está claro es que el Oviedo ya no se jugará nada. Los asturianos no tienen opciones de entrar en las eliminatorias de ascenso a Primera División ni riesgo de perder la categoría.

En la misma situación llegará el fin de semana del 28 de mayo, día de las elecciones municipales y autonómicas, el Cartagena en la última jornada de Liga. Como los carbayones, los murcianos ya se han asegurado la permanencia y no pueden optar al ascenso. En consecuencia, en esos dos últimos partidos el único que puede estar jugándose algo es el Racing.

El Málaga, por su parte, recibe el sábado a las nueve de la noche precisamente al último rival racinguista, el Mirandés, que con el punto conseguido el sábado en Anduva ya es matemáticamente equipo de Segunda de cara a la temporada 23-24. Pero a continuación debe jugar en Medizorroza frente a un Alavés que necesitará los puntos para seguir luchando por el ascenso directo a Primera División, una pugna que puede no resolverse hasta la 42ª y última jornada de Liga. Completará la competición, eso sí, con una intrascendente visita a La Rosaleda del Ibiza, que matemáticamente descendido se despedirá en la Costa del Sol de la Segunda División.

Además, la lucha por la permanencia, si es que aún se puede hablar de ella, no solo compromete al Racing. Los verdiblancos tienen los mismos puntos que el Sporting y el Huesca, que por lo tanto viven una idéntica situación: están salvados de facto, pero no de forma matemática. Además, sus victorias en los Campos de Sport y El Molinón dan ventaja a los de José Alberto en cualquier empate a puntos con los asturianos.

Diferente es el caso con el Huesca. Los dos enfrentamientos directos se resolvieron con empate (0-0 y 1-1), de modo que en caso de igualdad de puntos a final de temporada se deberá recurrir a la diferencia general de goles. A falta de tres jornadas, los aragoneses arrojan un saldo positivo de un gol y los verdiblancos, uno negativo de tres.

De todos modos, es extremadamente improbable que se deban hacer todas esas cábalas. El Racing, con la prudencia que siempre se exige en estos casos, ya puede –y debe– comenzar a planificar el próximo curso en la categoría de plata. E intentar que los últimos partidos se conviertan cuanto antes en intrascendentes.