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No son los Rolling Stones, es el racinguismo el que da espectáculo. En El Molinón se espera una actuación de más de 4.000 ... racinguistas. Los cálculos que barajan en Santander y en Gijón se acercan a los del derbi con el Oviedo. Si las previsiones se cumplen, se superarán los 25.000 espectadores en las gradas del estadio gijonés, un registro parejo -salvando las distancias- a los 26.794 aficionados que asistieron al duelo entre el Sporting y el Real Oviedo. No se trata de rivalizar, ni mucho menos, con uno de los partidos con más solera del fútbol español, pero es evidente que sirve como referencia de la verdadera magnitud que va a tener la visita del Racing a Gijón. En cualquier caso, exceptuando la entrada que se firmó en el derbi asturiano, El Molinón no ha recibido una oleada foránea como la del próximo sábado en toda la temporada y lo que está claro es que será la mejor de la era Orlegui, el grupo mexicano que controla el accionariado del conjunto rojiblanco desde junio de 2022.
Ya hay hora, las 13.00, y lugar, la Avenida del Jardín Botánico, en la Plazoleta Campu-La Guía. El año pasado aquello se convirtió en punto de encuentro para las peñas del Racing y aficionados en general. Allí se citaron para hacer piña y acercarse al estadio todos juntos. En 2023, el 'lumbreras' encargado de poner el horario del partido en LaLiga no había desayunado fuerte y lo fijó a las 14.00 horas de un domingo. Obviamente no lo pensó, pero en cualquier caso fueron cerca de 2.000 racinguistas los que acompañaron al equipo. Esta vez, al ínclito de los horarios le dieron vacaciones y llegó el sentido común. Las 18.30 horas de un sábado es sinónimo de éxito para todos. Tanto es así que los restaurantes anexos a la zona de la quedada racinguista ya se han puesto en contacto con algunas peñas para abrirles las puertas y acogerles con los brazos abiertos. Con más de 4.000 racinguistas en la ciudad y un horario tan oportuno en la previa del partido nadie pierde; ni los propios aficionados que disfrutan sin prisa de un día completo, ni los propietarios de los restaurantes, bares o cafés que saben que puede ser una jornada redonda, ni, por supuesto, el amante del fútbol que podrá presenciar un partido con 25.000 espectadores, algo que en Primera División no se da siempre y que en Segunda es casi una exclusividad.
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Y también salen ganando los dueños de las empresas de transporte de viajeros que durante estos días han cerrado la contratación de once autobuses. Esa es la cifra de vehículos que transportarán a las peñas desde Cantabria a Gijón. Serán tres más que hace quince días, cuando tocó en suerte viajar a Oviedo.
Once autobuses que se encargarán de llevar con tiempo a buena parte de los habituales, a esos racinguistas que forman la primera remesa de verdiblancos que se hicieron con las entradas llegadas desde Gijón y que se convirtieron en unos privilegiados. El lote correspondiente al acuerdo entre clubes fue de 1.075 localidades, de las que la mitad fueron a parar a los peñistas, gracias a ese modo con el que el Racing decidió desde hace tiempo redistribuir las entradas entre sus seguidores. Esta maniobra es, como la democracia, el menos malo de los sistemas, pero entraña injusticias e inseguridades que el club ha reconocido y confía en solucionar lo antes posible. Así las cosas, 538 peñistas consiguieron la entrada en función a su fidelidad. El resto, tuvo que buscarse la vida. «Es algo a lo que estamos acostumbrados», como reconocía Sergio Núñez, a pie de taquilla desde las 5.00 de la mañana el día que salieron a la venta las otras 537 del lote. Lo de la fila rodeando El Sardinero cuando aún no había salido el sol es una imagen para el recuerdo que ha llegado al sportinguismo. «Es un partido especial y eso es así. No se puede negar», confirma Jesús López, gijonés, simpatizante de la Peña La Sidrina y estudiante en Santander, quien lógicamente será uno de los que aproveche las vacaciones para regresar a casa por Semana Santa y rematar la faena con una tarde de fútbol en El Molinón.
La Peña San José de El Astillero ha vuelto a fletar por partida doble los autobuses; lo mismo que el personal de la Peña Nukleo Asón, que volverá a quedar en Colindres para salir juntos hasta Gijón. Los de la zona oriental son ya un clásico de los desplazamientos. Se ha tenido que agrandar la sociedad que tienen formada la Peña Zalo, Peña Aúpa Racing, Ojáncanos, Concanos... En alguno de los viajes les sirvió con un vehículo, pero esta vez la cosa no daba.
Desde el día en que las entradas se agotaron dejando con cara de póquer a un porrón de aficionados racinguistas que se agolparon en las taquillas para aguardar cola y se quedaron con el molde, comenzó la estrategia por conseguirlas de otros modos. Llamadas aquí, consultas allá y... Bingo. Más de 2.500, como bien recogen los medios locales, apuntan a que los aficionados verdiblancos se han afanado por hacerse con una localidad a través de la página web del Sporting. ¿Quién no tiene un amigo en Gijón para pedirle un favor?
«Yo les dije a unos colegas y ellos se acercaron a comprar. Fueron cuatro», explica Jesús López, el estudiante de Marketing y Relaciones públicas que ha hecho las prácticas estos días poniendo de acuerdo a los amigos del Racing y a sus vecinos del Sporting. «Pero en principio tampoco había muchos problemas, porque por la web se han podido comprar hasta que se acabaron».
Por si hubiese alguna duda de si se van a aprovechar todos los recursos, desde Gijón aseguran que al ser un fin de semana de vacaciones, algunos de los socios que no acudirán al estadio por estar fuera no se han olvidado de ceder el carné a quien lo quisiese.
Se ha vendido todo, pero algunos de los abonados no irán, son de fuera. Pero no serán muchos. Se superarán los 25.000, de eso no parece haber ninguna duda. Después de la quedada prevista en la Avenida del Jardín Botánico, está programado un pasacalles hasta el estadio. Es ya un ritual el de caminar todos juntos hasta los aledaños del estadio. Allí, dos horas antes, sobre las 16.30 horas, sin que se haya confirmado oficialmente, pero sí entre amigos, recibirá la afición del Sporting a sus jugadores. Para el sábado planea hacer algo especial, que por el momento no ha trascendido. Sin duda, la buena relación que existe entre las aficiones convertirá al protocolo de seguridad en testigos de excepción al poder presenciar -ese es el deseo- el espectáculo de más de 25.000 espectadores en los aledaños del estadio.
Todo el mundo gana con una fiesta así. Lo único con lo que no se puede es con el resultado, que será el que sea y existe una posibilidad en la que no gana nadie: el empate. Aunque bien mirado, un reparto de puntos... En fin, que comience el espectáculo.
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