El racinguismo da la espalda a Anduva y apenas retira entradas

Los racinguistas que el domingo acudan al estadio burgalés lo harán de un modo particular y no como consecuencia de un viaje organizado. Es la respuesta a lo ocurrido la pasada campaña, cuando al no haber más que una sola puerta para acceder al estadio, pequeña y angosta, un incidente con el control de accesos a la zona acotada para los aficionados visitantes deparó un enorme atasco, hasta el punto de que un nutrido grupo de racinguistas se perdió hasta media hora de partido en la fila y accedió a Anduva con el encuentro ya muy lanzado. Por un momento, los empleados del club ni siquiera sabían por dónde debían entrar los verdiblancos.

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Para llegar a esa puerta, además, la única posibilidad que hay es circular por una estrecha callejuela que dificultó aún más la situación. El calor era sofocante, tanto que incluso alguno de los seguidores sufrió un golpe de calor como consecuencia de las altas temperaturas de aquel día, la aglomeración y la larga espera de más de una hora. Lo único que no se puede reprochar al Mirandés y a su campo fue lo del calor, pero lo de modernizar el estadio, y en particular la grada donde se aloja la afición foránea sí que empieza a ser una prioridad, máxime ante el precio de las entradas.

Por si fuera poco, ese día también se produjeron incidentes con la seguridad privada de Anduva, que algunos peñistas consideran se excedieron con la fuerza. Se obligó a desalojar a un joven de trece año delante de sus padres.

Por todo esto, el Mirandés hoy no tendrá tantos invitados de verdiblanco. Una lástima, puesto que cuando se les pregunta a las peñas racinguistas por el desplazamiento a Anduva todas coinciden en que «da gusto y la relación con la afición del Mirandés es perfecta. Nunca ha habido un solo problema».

El domingo será la primera vez que no haya viaje organizado hasta Miranda, donde el Racing ha protagonizado varias películas. Si bien el año pasado llegó con un calor enorme, hace varias temporadas recibió la nevada del año. Y todo, en la grada de Anduva. A la intemperie.