El racinguista que sufrió la gripe española

En 1918, cuando la Gran Guerra aún estaba asolando Europa, se estaba gestando otro gran conflicto bélico contra un virus que mataría entre 50 y 100 millones de personas en todo el mundo. Fue una pandemia que se llamó 'gripe española', aunque no se originó en nuestro país (el primer afectado se localizó en Estados Unidos durante la primavera). En España morirían unas 100.000 personas por esa causa.

Dicen que el virus de aquella gripe entró en Cantabria a finales de agosto, aunque la epidemia se confirmaría en septiembre cuando un seminarista de Burgos la trajo al Seminario Pontificio de Comillas, localidad donde se registraron los primeros casos. Uno de los afectados sería el jugador racinguista Fernando de la Torre, circunstancia que inquietaría a toda la familia del conjunto santanderino que seguiría con mucha preocupación el desarrollo de su estado de salud.

Fernando era un jugador muy querido por la afición racinguista. Era uno de los habituales de las alineaciones del equipo que entonces estaba iniciando una etapa brillante, ya que el 6 de octubre de 1918 se estrenaba en la máxima categoría de la Federación Regional Norte con una victoria ante el Erandio (3-1) que tuvo lugar en los Campos de Sport. Entre los jugadores racinguistas jugó Fernando de la Torre, un medio que en el ala derecha defendía su posición con tal tesón y entusiasmo que el público le apodó 'El clavo', porque se clavaba materialmente en su zona y no dejaba pasar a ningún rival. Su excelente rendimiento y el cariño que despertó entre la afición, motivaron al club a sufragarle las 500 pesetas que le liberarían del servicio militar que le hubiera llevado a la guerra de África. Pero los virus no perdonaron y días después, Torre enfermó de la maldita gripe que tenía en vilo a toda la población.

Debido a la pandemia la competición se aplazó, no tanto para evitar contagios entre los espectadores, sino porque había varios casos de gripe entre los futbolistas. Hay que tener en cuenta que las medidas sanitarias se concentraron en los espectáculos que se desarrollaban en interiores. Así que se jugaron varios partidos amistosos, entre ellos dos del Racing contra el poderoso Athletic Club al que se derrotó en los Campos de Sport (2-1 y 4-0), dedicando los jugadores racinguistas la segunda victoria a Fernando, su compañero convaleciente que semanas después se incorporaría sano y salvo al equipo.

Recuperado Torre, la sensibilidad del club por aquel grave problema le llevó a colaborar en la organización de un festival benéfico contra la epidemia que se celebró el 27 de octubre de 1918 en los Campos de Sport, aprovechando la paralización del campeonato. El festival incluyó en primer lugar un partido entre el Club Siempre Adelante y el Esperanza F. C. Posteriormente, se celebró el partido entre el Racing y una selección de jugadores procedentes del Club Deportivo Cantabria y el Barreda Sport que supuso un éxito de recaudación apoyada por donativos de conocidas familias de la ciudad y por los propios socios del Racing. Aquel éxito económico no se correspondió con el espectáculo deportivo, porque hubo demasiada dureza entre el Racing y sus rivales que terminaría con el triunfo de los organizadores del festival por cinco a tres.

La gripe continuaría atacando la salud de los cántabros, aunque no se mostraría tan agresiva como en otras provincias españolas. Las medidas adoptadas y las murallas naturales de la Cordillera Cantábrica y el mar, atenuaron el balance de víctimas. Por su parte, Fernando de la Torre continuaría jugando en el Racing hasta 1921, pasando posteriormente a jugar en la Gimnástica de Torrelavega (1921-23) y el Barreda Sport (1923-27).