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Rompe con estruendos silencios y murmullos, levanta impulsos, abate esperanzas, estremece redes, provoca gritos de júbilo y lamentos de queja. El silbato lo sigue marcando, aunque el VAR nos deja un tiempo muerto de retención de dudas y emoción contenida. No importa cuánta tecnología se ... pueda introducir en nuestras pasiones. El gol seguirá siendo la carga más potente de fortuna o desgracia que puede estallar en un terreno de juego, y el goleador, el mesías más esperado del pueblo del fútbol.

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