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El Racing tiene un objetivo para junio: renovar a Peque. Pero tendrá que esperar hasta entonces o incluso algo más, porque ya ve la disputa ... del play off de ascenso como una posibilidad sólida e incluso hace cábalas sobre un hipotético ascenso directo. Y tanto para el club como para el futbolista el escenario será muy diferente según el Racing milite la próxima temporada en Primera o Segunda.
El propósito de ampliar el contrato del catalán es firme. Así lo tienen decidido Manolo Higuera y Sebastián Ceria y así lo ha hecho saber el propio presidente, pero será necesario esperar para que el club construya su base de trabajo de cara a la próxima temporada. Una planificación en la que Peque cuenta de todos modos, pero que será muy diferente, también en lo referido a la disponibilidad económica, según en la categoría en que se milite.
2025 es la fecha
de final decontrato del catalán,que llegó a Santanderen verano de 2022
4 millones de euros
cuestasu rescisión, una cantidadque el Racing ya hamanifestado que noestá dispuesto a negociar.
17 goles
suma Peque en Liga, nueve de jugada y otrosocho de penalti, ademásdel que marcó en Copafrente al Zamora.
El máximo goleador del Racing (y el segundo de la categoría, con solo un tanto menos que el espanyolista Braithwaite) termina contrato el 30 de junio de 2025 y tiene una cláusula de rescisión de cuatro millones de euros. Su salario está entre la clase media de una plantilla cuyo gasto ronda los siete millones de euros (el techo que se le permite es algo mayor, es de 7,8) con emolumentos máximos de alrededor de 600.000 y un mínimo que ronda los 100.000.
Con esta situación, el Racing está moderadamente tranquilo. El futbolista tiene contrato en vigor para la próxima temporada y está además a gusto en el club y la ciudad, donde vive con su pareja. Su excelente momento coincide con el de un equipo en crecimiento tanto en lo deportivo como en lo económico y lo social.
En resumen, el Racing tratará de retener por todos los medios a su goleador y eso para por renovarle. El propio Higuera lo dejó ayer claro en una nueva edición de 'Sonderklass', el programa oficial del club: «Lo dije en el mercado de invierno para que todo el mundo tuviera claro; de aquí no se iba a marchar nadie. Es una decisión que, como todo, vamos a tomar entre Sebas (Ceria), Mikel (Martija), José Alberto (López) y yo, pero el mensaje que tiene que mandar el Racing es que para consolidar una base y crecer año a año no puedes perder a tus futbolistas más importantes; los tienes que intentar retener por todos los medios». Referido específicamente al catalán, iba más allá: «Nunca quieres que tu futbolista se quede a la fuerza, pero, desde luego, el que quiera a Peque me lo va a tener que quitar».
El catalán ya disfrutó, quese comprometió en principio por dos años, de una ampliaciónautomática este verano.
Incorporado en 2022 conficha del filial, la exlosióndel catalán le ha dado unestatus mucho mayor delque tenía el verano pasado.
Existe de todos modos la posibilidad, la más perjudicial para los verdiblancos, de que algún club interesado opte por esperar un año más, hasta el verano de 2025, para hacerse con sus servicios de forma gratuita. Pero es una hipótesis que la directiva racinguista da como poco probable. Para que sucediera, Peque debería agotar su contrato y renunciar a ampliarlo, lo que le llevaría a perder –o dejar de ganar– mucho dinero la próxima temporada. La renovación que planea el Racing supondría un fuerte incremento en su retribución respecto a las actuales cifras, que datan de la época en la que el mediapunta llegó al club aún con ficha del Rayo Cantabria, aunque siempre fuera de facto un jugador del primer equipo.
En consecuencia, la prioridad absoluta es la renovación y la directiva ve poco probable que Peque continúe en Santander en 2025 sin haber prolongado su compromiso. Resulta más factible que algún equipo decida abonar los cuatro millones de euros o que las buenas expectativas del Racing seduzcan al futbolista para que continúe más a largo plazo –o se marche con un traspaso mucho más sustancioso por medio– en Santander. De nuevo, que se produzca o no el ascenso constituye un factor diferencial y la directiva es extremadamente optimista en caso de que finalmente el equipo regrese este verano a la máxima categoría después de doce años alejado de la élite.
En cuento a la cantidad en sí, cuatro millones de euros, la cláusula de rescisión puede parecer escasa dado el rendimiento del futbolista y su valor de mercado cuando ha marcado ya 17 tantos en Segunda División, pero se explica por el modo en que llegó a Santander y la evolución de su situación en el equipo.
A su incorporación en verano de 2022 con la carta de libertad después de desvincularse del Barcelona, con cuyo filial jugó desde principios de 2020, Peque se comprometió por dos temporadas ampliables automáticamente a una tercera por objetivos. Los cumplió en esa primera campaña 22-23, en la que a los órdenes de Guillermo Fernández Romo, primero, y José Alberto López, después, actuó con la primera plantilla pese a su citada ficha con el filial.
Durante el verano el técnico llegó a sopesar incluso cederle –nunca traspasarle o darle la baja– para que disfrutará del máximo de minutos y se fogueara en una estrategia de futuro. Sin embargo, Peque le convenció en pretemporada, fue titular ya en los primeros partidos de Liga, en los que la lesión de Pombo dejaba además al catalán sin recambio específico y en muy pocas jornadas se convirtió en imprescindible. En resumen, hace solo ocho meses esos cuatro millones parecían garantía más que sobrada para asegurar su continuidad, pero en ese periodo el de L'Hospitalet se ha convertido en el futbolista de moda de Segunda División.
Esta temporada, ya con un nuevo estatus económico y deportivo tras la prolongación automática de su compromiso, ha sido la de su eclosión y la que le ha puesto, a pesar del Racing en el mercado. Sin embargo, el presidente verdiblanco lo ha dejado claro: no negociará ninguna oferta por el que es junto a Íñigo Vicente su jugador franquicia. Si algún equipo está interesado en hacerse con sus servicios, deberá abonar los cuatro millones de cláusula, al margen de los esfuerzos que puedan hacer los verdiblancos para retener al jugador.
De hecho, Peque está en la agenda de clubes de Primera División como el Sevilla, pero ninguno se ha dirigido al Racing ni oficial ni informalmente. Las numerosas declaraciones públicas de Higuera sobre el futuro de Peque obedecen precisamente a esta estrategia: dejar claro que el futbolista no está en el mercado, al menos en la medida en la que la institución lo pueda evitar. Y otro mensaje claro: si quiere, continuará en Santander a pesar del evidente esfuerzo económico que significaría para un club que aunque cada ejercicio más saneado aún arrastra una fuerte deuda con su propiedad.
Lo que resulta seguro es que será necesario esperar hasta junio. Bien a principios, si finalmente los verdiblancos no acceden a la fase de ascenso –o consigue una de las dos plazas de ascenso directo–, o ya a julio, si como todo el club confía el Racing se ve inmerso ya en pleno verano en esa doble eliminatoria por regresar a la máxima categoría.
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