El sábado al sol de Miquel Parera

En la primera parte, Miquel Parera pasó calor en los Campos de Sport. En el segundo tiempo, pasó frío. Poco más haría falta para resumir el debut en Liga del hasta ahora portero suplente del Racing, que vivió con una tranquilidad casi absoluta el encuentro frente al Club Deportivo Calahorra. De luto riguroso, cada vez que movía los brazos para hacer alguna indicación -le gusta gesticular, parece- desde la distancia se apreciaban con nitidez sus guantes blanquísimos, impecables. Una blancura que no engaña: eran los guantes de un portero que apenas ha tenido que tocar el balón.

Y es que, durante largos, larguísimos minutos, Parera caminó arriba y abajo, de su portería al balcón del área, y media vuelta. Como el Racing atacaba, pero tampoco es que hubiera inclinado el campo, poco pudo explorar mucho más allá. Repasó sus marcas en el césped una y otra vez. Recolocó terrones, calculó y recalculó pasos y distancias. Hasta habría tenido tiempo de contar uno a uno a todos los espectadores del estadio, si le hubiera dado por ahí.

En el primer tiempo, bajo el inesperado sol de otoño, se acercó un par de veces al poste, para buscar la toalla. La noticia era que el sol pegaba, y bien. Los rivales llegaron una vez, tras un resbalón de Unai Medina, que concedió un remate de cabeza a su extremo, que Miquel blocó bien, abajo. Por fortuna, porque tiene que resultar difícil mantener la concentración cuando uno acaba convertido casi en un espectador. Pero los reflejos bien, gracias.

Y es que la titularidad de Miquel Parera había sido la gran sorpresa de una alineación en la que resultaba la principal novedad con respecto a los últimos partidos. Sin previo aviso, sin señales de alarma o siquiera pista alguna, Romo había cambiado de portero. Exactamente igual que al comienzo de la temporada, cuando quiso mantener la incertidumbre sobre el cancerbero titular hasta el mismo día del inicio liguero. Entonces optó por Lucas Díaz, una sorpresa, pues la rumorología aseguraba que Parera había sido una petición expresa del míster.

Sin embargo, Parera había lijado banquillo hasta el pasado miércoles, cuando le llegó su oportunidad en la Copa Federación. Y debió de convencer al míster, hasta el punto de darle las llaves de la cancela. Poco importa si sería un relevo definitivo, o bien para dar descanso a Lucas de cara a la segunda ronda copera; lo realmente importante es dar la talla cuando llega tu ocasión.

En la segunda parte, Parera se mostró mucho más activo. Sin sol, debía de hacer bastante frío sobre el 'prao', y el arquero correteaba, con saltos y pasos laterales, para entrar en calor. Cuando marcó Cedric, fue a celebrarlo tocando madera. Luego el mallorquín señaló al cielo con las manos.

Aunque quien le quitaría de verdad el frío sería un tal Cristian, que le golpeó cuando se le adelantó en el saque de una falta. Dos minutos en el suelo y asistencia médica serían todo el balance de daños. Con el partido encarrilado, y el Racing en modo homenaje a Maguregui, por fin Parera empezó a entrar en juego. Aunque sin exagerar; estuvo a punto de lucirse en un disparo demasiado cruzado de Imanol Barece, pero que el portero solo acompañó, ya que se marchó fuera. Pero ni entonces conseguiría eludir la inactividad porque, a falta de recogepelotas, los rivales le traían el balón para que sacara. Sí pudo, en el último suspiro, firmar una intervención de mérito para evitar que se moviera el marcador.

Así, el debate sobre el cambio en la portería tendrá que esperar a futuros encuentros; al menos, a alguno más exigente para el cancerbero, que tampoco pudo mostrar mucho más que aplomo, y un buen desplazamiento de balón.

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