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Después de anunciar ayer su marcha del Betis después de dos temporadas, Quique Setién ha publicado una carta de despedida a la afición bética en la que hace balance de su etapa en el Benito Villamarín. «Ambas partes hemos asumido que era la mejor ... opción», explica el técnico santanderino en su texto. Entre el balance y la autocrítica, el técnico, ahora agente libre en el mercado, repasa los últimos meses, en los que maduró su decisión después de un exitoso primer ciclo en Sevilla. «Siempre he asumido las responsabilidades de mi cargo y por eso siento no haber podido cumplir con las expectativas e ilusiones que se habían generado y que yo mismo tuve. Cada uno habrá sacado sus conclusiones sobre los motivos que nos impidieron llegar más lejos.», explica el cántabro. «Dejo muchos amigos béticos a los que deseo de corazón que les vaya muy bien».
Y es que las eliminaciones de la Copa, donde acarició la final, y la competición europea alejaron al entrenador del sector menos conforme con el juego preciosista y elaborado por el que apostó Setién desde su llegada a Sevilla, como ha hecho siempre en todos sus equipos. «Lo único que lamento de verdad es que en estos dos años no haya podido disfrutar más de esta maravillosa ciudad y de no haber podido, o sabido, empatizar mejor con la idiosincrasia y pasión de esta afición», recuperando la misma línea en la que ya se manifestó el domingo en la sala de prensa del Santiago Bernabéu tras ganar al Real Madrid por 0-2.
«Soy consciente y entiendo la frustración de ese sector de la afición que esperaba más de mi trabajo y que se ha manifestado en contra de mi continuidad, sobre todo tras nuestra eliminación tanto en Copa como en Europa League. Algo que considero, en parte, lógico, ya que en un breve espacio de tiempo se vieron truncadas nuestras aspiraciones en dos competiciones en las cuales teníamos depositadas muchas esperanzas. Más aún si tenemos en cuenta la brillante trayectoria que llevábamos en Europa y el hecho de que la final de Copa se disputada en nuestro estadio. Como consecuencia, el estado de ánimo se resquebrajó y todos nos vimos afectados. En el momento más importante sufrimos también, sin merecerlo, dos derrotas muy dolorosas en Liga que nos alejaron de la parte alta de la clasificación, una en el Pizjuán y la otra contra el Valencia», explica en su carta.
A la hora de hacer balance insiste en el gran recuerdo personal y vital que le deja Sevilla, aunque no oculta los malos momentos vividos en las últimas semanas. A cambio, reivindica a su ya exequipo y pone en valor a sus aficionados: «Me despido del Real Betis evitando caer en la tentación de recordar las faltas de respeto, insultos y menosprecios que he recibido (tristemente, cada vez más habituales en el mundo del fútbol), que nada tuvieron que ver con la crítica razonada y argumentada que siempre acepté independientemente de aciertos y errores. Desde luego, prefiero quedarme con el reconocimiento y la comprensión de gran parte de la afición, que me demostró su cariño, que disfrutó con el juego de su equipo, que celebró los cinco goles en el Pizjuán… Me quedo también con las 4.000 personas que nos esperaron felices en la puerta de nuestro estadio aquel día, las 7.000 que nos acompañaron a Milán… Y otros muchos momentos que nadie podrá arrebatarme jamás»
También por presencias y asuencias del texto se desprende la diferente relación que el técnico ha tenido con la directiva y el director deportivo. Mientras que el presidente y el vicepresidente apostaban por él, el divorcio con Lorenzo Serra Ferrer, a quien ni siquiera cita, parecía ya claro. «Queda dar mi agradecimiento a Ángel Haro y a José Miguel López Catalán por la oportunidad que me dieron de trabajar en esta histórica institución. Los béticos pueden sentirse orgullosos porque su club está en las mejores manos posibles. He sentido su apoyo personal y el institucional siempre, incluso en los peores momentos. Han valorado el trabajo y el esfuerzo y me han hecho partícipe del crecimiento del club. Han sido dos personas cercanas con las que fue fácil entenderse, al igual que con un gran número de empleados de la institución, que me hicieron a mí y a mis ayudantes la vida diaria más que agradable. A Marcos Álvarez, a Dani, a Nacho a Víctor, los más cercanos, que tanto nos ayudaron a ser mejores, y a todos los que han trabajado cada día junto a nosotros, que nos demostraron su cariño, respeto y profesionalidad siempre, y especialmente, en las últimas semanas.
Y, por supuesto, tiene un recuerdo para sus futbolistas en la persona de su capitán: «Termino agradeciendo a todos los jugadores, especialmente a Joaquín Sánchez, capitán del equipo y emblema de este club, el compromiso y la fe que tuvieron en lo que les propusimos, así como los momentos inolvidables que me brindaron a lo largo de estas dos temporadas; tesoros que guardaré para siempre en lo más profundo».
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