Soko acaba con el surrealismo

El Racing ya sabe lo que es estar invitado a fiestas de otros. Donde prácticamente no pinta nada. Como mucho, llevar los hielos para que los demás celebren. Le pasó en Reus. También en el Mini Estadi, contra el Barcelona B. De carabina. Con cara de tonto. Este sábado le tocó vivir una situación completamente diferente. El equipo verdiblanco estaba convocado para un más que posible funeral. Para una extremaunción. Y en una cita así hay que saber estar. Sin bromas ni salidas de tono. Aunque la defensa fue un cachondeo en la primera parte que sólo un acertado Soko, con un triplete, pudo arreglar. Ya puede comprar lotería para el miércoles el camerunés. Por lo demás, el equipo cántabro sacó adelante el choque más surrealista de la temporada y cierra 2021 como subcampeón virtual.

Guillermo Fernández Romo escogió para asistir al Francisco de la Hera el traje que tenía más planchado. Esta vez, los futbolistas que él consideró que mejor estaban para el choque entraban dentro de la lógica. Sin invenciones extrañas ni experimentos bizarros. Con Eneko Satrústegui sustituyendo a Simón en el lateral izquierdo, lo que permitió la entrada de Mantilla en el centro de la zaga; Fausto Tienza e Íñigo Sainz-Maza ejerciendo como doble pivote musculoso y la titularidad de un Manu Justo en racha en la delantera en detrimento de Cedric.

¿Cómo se viven los estertores de un club de fútbol? «Ahí podíamos haber estado nosotros», decía un aficionado racinguista desplazado hasta Almendralejo. Pues, con calma tensa. Con aparente normalidad. Como si no pasara nada. En el minuto 2, Varela estuvo a punto de adelantar al Extremadura. Un durísimo lanzamiento de falta provocada por un error de Fausto Tienza. El balón susurró la red, pero por fuera. El equipo local tenía reservados los regalos –salvo el ya entregado al Dépor, el vestuario azulgrana estaba en su derecho, aunque en Cantabria moleste– para el 6 de enero. Musa marcó dos minutos después. La única moribunda era la defensa del Racing. El remate del delantero entró llorando. Pero entró. Como ante Unionistas o Rayo Majadahonda... Remonta si puedes.

Lo cierto es que, aunque probablemente con poco merecimiento, los de Romo necesitaron muy poquito para igualar la contienda. Marco Camus avanzó fácil. En diagonal. Desde el flanco zurdo de la medular al vértice derecho del área rival. Allí, habilitó la subida de Soko. Y el nigeriano, con un tiro cruzado, hizo el 1-1.

Sin embargo, lo de hoy era un partido anormal. Aficionados del Racing animando al Extremadura. Por compasión. Seguidores locales, apoyando a los cántabros. Con retranca. Los de Almendralejo, con el empate, parecieron quebrarse definitivamente. Los siete meses de impagos; las mentiras; la tensión; la incertidumbre; las precarias condiciones de trabajo... Un centro de Unai Medina lo cabeceó en el segundo palo Soko para hacer el 1-2.

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✍️ Tres goles de Patrick Soko tumban las esperanzas de un gran Extremadura UD y afianzan al Racing, en continua progresión, como 2º clasificado del Grupo 1.

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Primera RFEF Footters (@Primera_RFEF) December 18, 2021

Pero, ojo, que de extrañezas está la historia del Racing llena. Pablo Torre colgó una falta al área y el balón, ante el desquiciamiento del meta local, se marchó al fondo de las mallas. 1-3. Los jugadores verdiblancos se van a celebrar el tanto al córner mientras el colegiado se arrepiente. Pita un presunto fuera de juego de Satrústegui. Pedro López, listo, saca en largo. Kike Márquez –en posible posición incorrecta– le hace el lío a Mantilla, que era el único que quedaba cerrando. El atacante local cedió a su izquierda, para la subida de Pastrana y este, a la segunda, firmó la inesperada igualada. De la tierra salió un brazo y agarró la pierna del Racing. Si alguien esperaba un 'bailaré sobre tu tumba', lo llevaba claro.

Con una intensidad rara por parte de ambos equipos y un nivel defensivo bastante deficiente en ambas áreas, aquello se convirtió en un no parar. Soko pasaba por allí y se llevó para casa un 'hat-trick'. Un córner botado al área lo remató el camerunés con una volea defectuosa entre las protestas por una posible falta de la zaga local. Al africano le mola Extremadura.

No hubo más goles en la primera mitad. Y no porque no lo intentasen ambos equipos ni por el buen hacer de las retaguardias. Pablo Torre lo buscó con dos disparos lejanos que se marcharon desviados. Musa estuvo a punto de poner las tablas ante la inexplicable –la del Extremadura tenía excusa, pero la verdiblanca...– verbena de la zaga del Racing. Su remate de cabeza, flojo, lo atrapó Miquel Parera.

Al poco de comenzar la segunda parte, Fausto Tienza intentó poner la guinda al partido más surrealista. El de Talavera la Real trató de marcar desde el centro del campo, aunque su tiro se quedó corto. Quien casi la lía fue Eneko Satrústegui. En ventaja, el navarro fue incapaz de despejar y Kike Márquez tuvo piedad de los verdiblancos. El tiro se marchó alto, aunque el árbitro señaló mano previa del atacante. En el otro lado, Pablo Torre buscó poner un poco de cordura con un disparo que se fue al lateral de la red tras tocar en el guante de Pedro López.

La primera parte había tenido tanta acción que los contendientes parecieron tomarse el segundo capítulo con más calma. Pero Pablo Torre tenía ganas de fiesta. Se marchó de media plantilla del Extremadura, se metió en el área y sacó una estupenda asistencia hacia atrás a la llegada de Manu Justo. «¡Cuerpo 'alante'», se le dice a los alevines cuando chutan así. El balón se marchó a la grada, muy alto. Morcillo la tuvo ante la otra portería. Su cabezazo, picado, sin problemas para Parera.

Marco Camus acabó con el suspense. El chaval no había tenido oportunidad de poner sus piernas a tope de revoluciones y necesitaba una carrera para limpiar la carbonilla. Le levantó el dorsal a Dani Pérez, recortó dentro del área para sentarle y batió por bajo a Pedro López.

Fernández Romo empezó el carrusel de cambios y el Extremadura optó por echar el resto. Nunca la expresión 'no tener nada que perder' cobró más sentido. Pablo Torre quería cerrar el año con un tanto, pero su tiro desde la frontal lo repelió Kike Márquez. El de Soto de la Marina se llevó otra cosa. Todo el público presente en el Francisco de la Hera, que no era numeroso pero sí generoso, premió la calidad creciente del cántabro con un aplauso generalizado.

El triste sepelio del Extremadura estaba ya para los rezos finales. Silencio, respeto y contrición. Esta última para Villacañas, que salió antes de tiempo de su más que probable último partido con el Extremadura por una dura entrada sobre Borja Domínguez. Expulsión directa. Después también se marchó a la calle Kike Márquez por dos amarillas.

El fantástico robo de Mantilla dentro del área a un Rubén Mesa que se durmió y el remate a bocajarro de Cedric que despejó el meta local casi sobre la línea fueron el broche final del Racing a un 2021 de esperpento en su primera mitad y de expectativas en esta segunda parte que terminó hoy y que tendrá continuidad a partir del 9 de enero. Ya se sabe que en este equipo, en esta categoría, sólo el ascenso le da sentido a todo lo demás.

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