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Como llenar una piscina y que tenga abajo un agujero. Los goles que entran, por los que salen. El Racing se las daba felices en Elda después de 74 minutos de partido. 0-3. ¿Qué podía fallar? Uno que se fue al baño pensando que ... su equipo ya había ganado, cuando volvió se encontró con dos puntos menos en el bolsillo. En apenas diez minutos, un Eldense lleno de fe y liderado por un enrabietado cántabro y exracinguista Mario Soberón fue capaz de poner el empate en el marcador. La pegada y la sangría de esta temporada en el Racing, a partes iguales.
José Alberto tiró de plan secreto. De jugar al despiste. De amago a un lado y salir por el otro. Hasta la hoja de alineaciones, el 4-2-3-1 de siempre. Incluso con los futbolistas colocados sobre el terreno de juego, mantuvo el engaño. Hasta que el balón se puso en juego y Dani Fernández –una de las novedades– se ubicó en su posición natural en el lateral derecho. Y así, con el madrileño, cinco defensas. Todo para buscar una mejor defensa ante un rival de fútbol directo y, porque aunque la dinámica era buena, lo de encajar goles a pares tampoco ha quedado corregido. De hecho, este sábado pasó de dos a tres. También volvió al once Germán Sánchez en el centro de la zaga e Iván Morante le quitó la titularidad a Aldasoro en el doble pivote.
Eldense
Aceves, Toni Abad, Íñigo Piña, Carlos Hernández, Sergio Ortuño, Jesús Clemente (Capó, min. 46), Iván Chapela (Joel Jorquera, min. 65), Marc Mateu (Doué, min. 75), Timor (Cris Montes, min. 46), Mario Soberón y Juanto Ortuño (Andone, min. 46).
3
-
3
Racing
Ezkieta, Dani Fernández (Lago Junior, min. 86), Saúl García, Mantilla, Rubén Alves (Pol Moreno, min. 46), Germán Sánchez, Íñigo Sainz-Maza (Aldasoro, min. 46), Iván Morante (Diego Campo, min. 79), Peque (Marco Sangalli, min. 65), Íñigo Vicente y Arana.
Equipo arbitral De la Fuente Ramos, asistido en las bandas por Pescador Hernández y García Aguilera, todos ellos del Comité de Castilla y León. Cuarto: Manrique Antequera (Andaluz); VAR: Gorostegui Fernández-Ortega (Vasco) y AVAR: Cid Camacho (Castilla y León).
Goles 0-1, min. 13: Iván Morante. 0-2, min. 45+8:Germán Sánchez. 0-3, min. 55: Arana. 1-3, min. 74: Mario Soberón. 2-3, min. 77: Cris Montes. 3-3, min. 84: Mario Soberón.
Amonestaciones Amarilla a los locales Andone y Timor y a los visitante Ezkieta y Diego Campo.
Incidencias Nuevo Pepico Amat. Césped en aceptable estado en una tarde soleada. 3.638 espectadores.
El plan se pudo ir al garete cuatro minutos después. Un balón al área que, sin más, le generó serios problemas a la zaga verdiblanca. Uno que no está, el otro que no despeja, el de más allá que llega tarde... Al final, la pelota le cae a Juanto Ortuño y, a la media vuelta, al caldero... El VAR entró para salvar la propuesta del míster. Tras el análisis, un fuera de juego del delantero anuló el tanto. Qué bien, pero estáis avisados.
El principal patrocinador del Eldense, una firma de estas de internet, tiene un macroproyecto para hacer un pedazo de estadio en Elda. Pero el Racing, que también luce una firma del gremio en su camiseta, encontró una conexión mejor. La de sus mejores futbolistas en ataque. Y también la de cierta dosis de fortuna. El balón le llegó a Iván Morante. El medio purriego la pegó fuerte, pegó en la entrepierna de Timor, se le coló por debajo al futbolista local y, tras botar en el suelo, superó por alto a Aceves. De rebote también cuentan.
Esta vez el gol subió al marcador. Inamovible. Aunque el partido quedó detenido. Un aficionado tuvo que ser atendido en la grada por un posible golpe de calor. Incluso el entrenador local, Fernando Estévez, acudió a echar un cable. Siete minutos estuvo parado el choque.
El Eldense salió del percance afilando sus armas. Balones al área y segundas jugadas, lo previsto. Ahí entró en juego Ezkieta. El arquero se mantuvo firme para despejar un duro remate de Carlos Hernández que botó en el césped antes de encontrarse con el cuerpo del arquero. Un fútbol más rudimentario pero poderoso contra el vértigo y el talento racinguista en la línea de tres cuartos. Íñigo Vicente encontró el desmarque de Peque y el balón atrás del catalán lo remató, forzado, Arana, al lateral de la red.
A partir de ahí, el primer tiempo se convirtió en un poco tostón. Con el Racing doblando la colada, en ventaja en el marcador, y con su rival frustrado y con pocos argumentos de cara la meta cántabra. Casi lo mejor fue una galopada de Dani Fernández por la derecha, en la que se fue de tres futbolistas, con caño incluido, y en la que arañó una falta en el lateral del área y una amarilla para un Timor que debía pensar por qué no se había ido de comida con los colegas, porque vaya tarde llevaba. En el balón parado, Peque remató alto tras un saque raso atrás. Bueno, eso, y el regate de Íñigo Vicente a De la Fuente Ramos en un resbalón del colegiado.
Pero aún restaban los diez minutos de añadido. Entre unas cosas y otras... Y el Racing aprovechó esa prolongada prolongación para pagar al Eldense con su propia moneda. A balón parado. Un córner botado por Íñigo Vicente desde la derecha del ataque, lo peinó Rubén Alves en el primer palo, y Germán Sánchez, fuerte y listo, cabeceó a gol en el centro del área pequeña.
Hubo meneo al descanso en ambos equipos. José Alberto retiró a Rubén Alves en el centro de la defensa para meter a Pol Moreno y en la medular a Íñigo Sainz-Maza por Aldasoro. Y el Eldense, obligado por las circunstancias, implementó hasta tres sustituciones. Lo importante a esas alturas era aguantar el arreón inicial de los alicantinos.
Decisiones arbitrales El VAR intervino para anular un gol al Eldense y rectificar un penalti en contra del equipo cántabro.
Cuesta abajo El primer gol local, con el Racing en inferioridad por lesión de Iván Morante, marcó el declive del conjunto dirigido por José Alberto.
Precisamente Pol Moreno iba a ser protagonista en la primera acción destacada de la segunda mitad. El equipo local pidió penalti, pero el colegiado no vio nada. Córner. Y ahí, el recién incorporado Cris Montes la tuvo para recortar distancias. Su disparo, buscando el palo largo, se marchó fuera por poco.
Y mientras el Eldense se iba ofuscando, el Racing aprovechó para castigar aún más a su rival. Íñigo Vicente la puso al área, su tocayo Piña la tocó con la cabeza y Peque la bajó en el segundo palo. El catalán atrajo al portero y la puso atrás, para que Arana marcase prácticamente a portería vacía.
A partir de ahí, a seguir igual mas con la tranquilidad de la goleada. Pero el Eldense no iba a dar el partido por muerto. El cántabro Mario Soberón lanzó un zambombazo que no encontró portería. Y, acto seguido, el colegiado iba a señalar penalti para el equipo local en una acción entre Dani Fernández e Iván Chapela. Sin embargo, otra vez el VAR intervino y de nuevo le echó una mano al equipo verdiblanco. Tras ver un rato la tele, De la Fuente Ramos dio marcha atrás en su decisión.
La comodidad del escenario le dio a José Alberto incluso para dar descanso de cara al inminente choque del martes frente al Andorra. El asturiano retiró a Peque y dio entrada a Marco Sangalli. Más aún, cuando ya lo que quedaba era guardar. Mantener. Gestionar. Vamos, lo que viene siendo no pegarse un tiro en el pie.
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Eso, y minimizar daños en forma de tarjetas y lesiones. A Iván Morante le iba a pasar factura su inactividad y, en un salto, el gemelo se le puso de corbata. Cuando el centrocampista verdiblanco estaba pidiendo permiso para volver a incorporarse al juego, Mario Soberón no marcó en la primera porque Ezkieta hizo una parada fantástica. Pero en la segunda, el de Unquera la puso lejos del arquero navarro para encontrar premio a su insistencia.
Y, sí, el Racing iba a ser fiel a su sangría defensiva. Se hizo esperar, pero llegó. Era el principal riesgo y el equipo cántabro se marcó un triple Froilán con doble tirabuzón. Diez minutos fatídicos. Ya en igualdad numérica, aunque con Iván Morante muy mermado, un córner mal defendido permitió a Cris Montes acercarse hasta la frontal del área y, desde allí, lanzar un latigazo que ponía a su equipo a un último paso del empate a falta de un rato. En otro saque de esquina, Jokin Ezkieta tuvo que sacar abajo un cabezazo de Carlos Hernández en el segundo palo. Germán Sánchez se desgañitaba. «Que tenemos el culo metido en el área», debía decir el andaluz.
Al Racing, fundido con el paso de los minutos, le quedaba el talento. Una buena acción de Diego Campo para pasar a Íñigo Vicente y el de Derio que asiste a Arana. El canario, con una vaselina, estuvo a punto de hacer un golazo y la tranquilidad para los verdiblancos. Pero, para golazo, el que iba a dejar al Racing con cara de tonto. Mario Soberón le partió la cintura a Germán Sánchez antes de ponerla en la escuadra. Literal.
José Alberto, a saber lo que se pasaba por su cabeza a esa hora de la tarde, retiró a Dani Fernández y metió a Lago Junior para pasar al habitual 4-2-3-1, con Marco Sangalli de lateral diestro. Algo desesperado, porque su equipo hacía rato que no estaba. Bastante tenía ya con mantener un empate que, antes del partido, estaba rico, pero después de ir ganando 0-3 era un auténtico tocomocho.
Pero aún le quedaba pegada en la recámara al equipo verdiblanco. Una falta colgada por Íñigo Vicente la cabeceó Lago Junior, obligando a Aceves a realizar una gran parada abajo para evitar un triunfo visitante que, a esas alturas, ya no parecía ni merecido.
Los once minutos de añadido terminaron sin novedad. Eldense y Racing parecían dar por bueno el empate después de poner la patata al máximo de revoluciones en un partido sin tregua. La cara de José Alberto, con los brazos en jarra y la mirada perdida, tras el pitido final, era la imagen del partido. «¿Qué ha pasado aquí?», se leía en el rostro del míster.
Marcos Menocal.- Un obrero del fútbol medio sentenció al Racing. Lo ajustició. El de Unquera anotó dos de los tres goles de un Eldense que ninguneó al Racing. Para el cántabro, a sus 26 años, el conjunto alicantino es el quinto equipo desde que agarró la mochila y se marchó de La Albericia. Allí llegó en edad juvenil y tras varias temporadas en el filial, en Tercera, decidió sacarse el carné de futbolista fuera. Se fue al Amorebieta y luego probó suerte en los filiales –ya sabía cómo funcionaban– del Valladolid y del Levante. Convenció de vez en cuando a los jefes de los mayores, pero no pasó de una promesa y tuvo que seguir madurando lejos. En el Logroñés empezó a curtirse en los campos de quita y pon y recuperó el olfato goleador que los que le conocían de verdiblanco siempre se lo reconocían.
Cuando gastaba las tardes en La Albericia se dejaba ver como un delantero con pegada, con regate y escurridizo en las áreas, pero aquellas credenciales no fueron suficientes para convencer a los entrenadores de un primer equipo que estaba huérfano de goles. Solo Iván Ania le dio cinco partidos y no desentonó. Pero no le dio para más. Jon Ander y Dani Segovia le pararon y para colmo... Llegó David Barral. A Mario no le quedó otra que hacer el petate. Y así las cosas, con horas de Segunda B apareció en Las Gaunas con siete goles para llamar la atención del Eldense. De nuevo al Levante y a seguir con el pico y la pala. Trabajar y trabajar. «No me queda otra», le decía a El Diario hace tres temporadas, cuando se enfrentó al Racing vistiendo de rojiblanco. Sus goles mantuvieron la poca esperanza que quedaba en Logroño.
La pasada campaña volvió a demostrar que en el área tiene algo. Once goles le colocaron al frente de la lista de artilleros y le supusieron una renovación automática para por fin debutar en Segunda, después de cinco años de exilio del cántabro. Y mira tú por dónde, iba a ser ante el Racing cuando se destapase. Con los de hoy suma seis goles en el fútbol profesional.
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