Esto tiene mala pinta

¿Hasta cuándo tienen vigencia los típicos tópicos argumentos de que es pronto, de que hay que encajar las piezas, de que si los procesos...? Cuatro jornadas. Cuatro derrotas. Cero goles. Esta vez, en Tenerife, ni merecimientos. Con la ternura habitual en ataque y con un enorme y sonrojante agujero en el centro de la zaga, el Racing tiene mala pinta. Con pocos visos de mejora temprana y ya sin el 'a ver qué pasa' en el mercado veraniego, duele pensar en lo largo que se puede hacer esto.

En su once, Guillermo Fernández Romo fue valiente en las bandas, conservador y continuista en el doble pivote y consecuente en la delantera. Ante la ausencia de los laterales titulares, Unai Medina y Eneko Satrústegui, colocó a los dos especialistas que le quedaban, ambos con un perfil más ofensivo. Ypor delante, le dio la titularidad a Mboula por la derecha y mantuvo a Íñigo Vicente por la izquierda. Otra vez se cargó a Rubén Alves –que podía haber actuado como lateral zurdo– y le dio el centro de la zaga a dos diestros como Pol Moreno y Germán Sánchez. Terrible decisión. La pareja irrompible formada por Íñigo Sainz-Maza y Fausto Tienza para dominar una sala de máquinas en la que el Tenerife centraba la mayor parte de sus bajas; con Juergen Elitim como mediapunta, y la delantera, la responsabilidad de comerse el rosco, para el recién llegado Sekou Gassama. La verdad es que la alineación, esta vez, tenía bastante miga.

Es pronto, eso es evidente, pero los problemas del Racing se han ido acumulando en la mochila de los futbolistas. Quizá por eso los nervios. La incomodidad de los primeros minutos de encuentro. Imprecisiones, alguna mala gestión y un posible penalti de Pol Moreno que el colegiado, por fortuna, decidió que no era. Suspiro de alivio.

Los verdiblancos estaban a merced de la posesión poco puntiaguda del Tenerife, aunque mira, la primera oportunidad fue para los cántabros. Un robo de balón de Íñigo Vicente en la medular y un genial amago de Sekou Gassama le llevaron la pelota a Mboula en la derecha, que recortó y buscó la rosca con la pierna izquierda pero su tiro se marchó fuera.

Cerrado el mercado, Romo ya tiene todas las prendas de su traje. Tiene trabajo por delante, porque el rival, con muy poco, le volvió a sacar los hilos de las costuras. Mo Dauda, en carrera hacia un balón profundo, dejó a Germán Sánchez tirado en la cuneta. Parera se jugó el tipo y tapó bien. Acto seguido, y tras ser atendido sobre el césped, el meta tuvo que parar un tiro cruzado de Borja Garcés, con esta vez Pol Moreno evidenciado en velocidad. Papas 'arrugás'. En el otro área, Íñigo Vicente hizo lo que buenamente supo con un buen centro de Mboula desde la derecha. El cabezazo, defectuoso, se fue muy alto.

Al de Derio le funcionan mucho mejor los pies. Vaya jugadita que se inventó por la izquierda. A Mellot le hizo dos rotos. Primero, un autopase. Fantástico. Después, en el intento del lateral de recuperar la dignidad, le quitó la bravura con un 'ahora la ves, ahora no la ves' y el duro disparo del vasco se estrelló en el cuerpo de Juan Soriano. Tras el córner posterior, lo intentó Saúl con un tiro lejano que no vio puerta.

El Racing se entonaba de centro de campo en adelante. Atrás, era como meterse a dar un paseo por el recinto de los tigres de Cabárceno. Cada vez que vienen, a temblar. Menos mal que el felino canario tenía los dientes limados. Enric Gallego pilló en su tercer sonrojo a la pareja de centrales y Borja Garcés fue incapaz de anotar, solo ante un Parera con más trabajo que Tomás, el de mantenimiento de los Campos de Sport. El portero no alcanzó un cabezazo certero de Enric Gallego que no subió al marcador tras señalar el árbitro un claro fuera de juego. El mismo juez que fue benévolo con un Pol Moreno que se pasó de vueltas en una entrada justo antes del descanso.

El Racing de la primera parte fue un faquir de los malos. Estaba jugando con fuego atrás y, si Guillermo Fernández Romo no era capaz de corregir los problemas en la zaga no iba a tardar mucho en tener el disgusto nuestro de cada partido. Mojo picón.

Arrancó la segunda parte e Íñigo Vicente seguía revoltoso. La primera posesión verdiblanca terminó con un tiro del extremo que le salió demasiado blando, con poca dificultad para la detención de Juan Soriano. La historia se volvió a repetir. El equipo cántabro pisaba campo contrario hasta que, tras pérdida, el cuadro canario se encontraba el puzle verdiblanco desmontado. Gracias que está Parera. El balear, quizá con un poco de fortuna, hizo una parada brutal al remate de Borja Garcés. El Racing continuaba su desangre por el centro de la defensa.

Y pasó lo que tenía que pasar. Al equipo de Romo le pueden dejar el balón en campo rival, porque no hace pupa ni queriendo. A Germán le pillaron la espalda por enésima vez. Waldo centró desde la derecha lo introdujo en la portería Borja Garcés en pleno tropiezo. El entrenador estaba avisado.

La desesperación empieza a acuciar al técnico madrileño, que optó por cambiar el dibujo con sus dos primeras sustituciones. Retiró a Fausto Tienza y a Mboula y dio entrada a Peque y a Rubén Alves. 3-5-2. Lo que viene a ser un aporrear las teclas. Un centro de Saúl lo cabeceó, desviado, Sekou Gassama.

Lo único que consiguió es que, con el beneplácito tinerfeño, lo único que pasase en el Heliodoro Rodríguez López fuese el tiempo. Conticinio futbolístico. Marco Camus y Aldasoro sustituyeron a Saúl y a Juergen Elitim. Ydespués, como tampoco sucedía nada, entró Matheus Aiás y se marchó Sekou Gassama.

Por fortuna, el cuarto árbitro anunció únicamente cinco minutos. Porque podrían haber sido dos horas más sin sucesos. Porque ya son 360 minutos –más los añadidos– en los que para el Racing no pasa absolutamente nada bueno. Como que a Germán le expulsasen con roja directa en el minuto 93. Redondeó su actuación. Y la de un Racing que no permite ningún atisbo de ilusión.

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