![El Racing avanza de nuevo](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2024/02/04/MATX7058-U2101431406733iEH-U2101431334606x5H-1200x840@Diario%20Montanes.jpg)
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Cuando dicen que el delegado del Racing, Delfín Calzada, está en todo, que no se le escapa una, ni es una frase hecha ni una exageración. Si los defensas no andan finos; si los delanteros no meten goles; si el entrenador no da con la ... tecla, habrá que buscar otras vías. Todos suman. Partido ante el Amorebieta, en Lezama. A Delfín se le enciende la bombilla en la semana previa. Recuerda que en la página 12 del libro que escribió el míster, José Alberto, cuenta cómo, en un hotel de Leioa, recibió la llamada que le metió en la rueda del fútbol profesional. Entrenaba al Sporting B. «Tienes que coger al primer equipo», le vino a decir su interlocutor. Así que el conseguidor verdiblanco se puso manos a la obra. Tenía que buscar un lugar donde la plantilla comiese este domingo, antes del encuentro. Hotel La Avanzada. Dicho y hecho. Una forma de animar al técnico. De aportarle buenas sensaciones en plena crisis futbolística de su equipo. Hasta el nombre del establecimiento tenía algo de premonitorio para el Racing. Había que sacar el coche del atolladero. Volver a avanzar. Y lo consiguió el equipo cántabro. Con una victoria de escaso brillo en lo estético pero flamante en importancia. Es lo de menos. También suma tres.
Más allá de la aportación anímica del delegado, José Alberto, con cromos nuevos, decidió darle una vuelta al calcetín verdiblanco. Sólo dio entrada a uno de los últimos fichajes. Al del morbillo. Un Manu Hernando que hasta el miércoles entrenaba en Urritxe con los futbolistas azulones, a los que saludó antes de entrar en el vestuario contrario. El palentino hizo pareja en el centro de la zaga con Germán Sánchez, escoltados por Dani Fernández y Mario García. Sin cambio en las bandas. Repitió también el doble pivote. Y en los extremos, huérfanos de Íñigo Vicente, Lago Junior se fue al flanco izquierdo y Marco Sangalli ocupó el derecho. En ataque, pese al renqueo de la rodilla izquierda de Arana, el canario recuperó la delantera.
Con mayoría racinguista en las gradas arrancó el encuentro. Y eso, lo de jugar en casa o como en, suele ser una garantía para este equipo. Necesitado, no tanto como su rival, pero sí, los jugadores verdiblancos andaban acelerados, imprecisos... Hasta que Peque domó la pelota. El mediapunta abrió hacia Lago Junior y este la echó atrás, donde llegaba Aldasoro. El remate del mediocentro fue malo, pero le salió un buen pase interior para Marco Sangalli. El '7', tras un genial gambeteo dentro del área, mandó el balón a la cruceta con la pierna mala. Uy.
Amorebieta
Pablo Campos, Etxeita, Bustinza, Yriarte (Sibo, min. 76), Dorrio (Morci, min. 62), Jauregi, Eraso (Unzueta, min. 62), Álvaro Núñez, Carbonell (Erik Morán, min. 76), Félix y Troncho (Seguín, min. 70).
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Racing
Ezkieta, Dani Fernández, Mario García (Saúl García, min. 46), Manu Hernando, Germán Sánchez (Rubén Alves, min. 61), Íñigo Sainz-Maza, Aldasoro, Marco Sangalli (Mboula, min. 46), Peque, Lago Junior (Grenier, min. 79) y Arana (Ekain, min. 71).
Equipo arbitral Caparrós Hernández, asistido en las bandas por García Lorenzo y García Andreu, todos del Comité Valenciano. Cuarto: Ruipérez Marín (Castellano Manchego); VAR: De la Fuente Ramos (Castellano y Leonés) y AVAR: García Aguilera (Castellano y Leonés).
Goles 0-1: min. 15,Dani Fernández.
Amonestaciones Amarilla a los locales Álvaro Núñez y Bustinza y a los visitantes Marco Sangalli, Aldasoro y Mario García.
Incidencias Lezama. Césped en irregular estado, en una tarde soleada y agradable. 1.766 espectadores. De ellos, unos 900 aficionados verdiblancos.
El pobre Arana ya es como Kenny, el de 'South Park'. «Han matado a Arana...». No llevaba ni diez minutos de partido y al canario ya le habían puesto un gorro de natación por una brecha en la cabeza. Pero mira, el Racing sacó provecho del saco de boxeo. El delantero verdiblanco recibió otra tarascada a unos 25 metros de la portería. Dani Fernández, encargado de lanzar la pena, la pegó perfecta. Fuerte. Sonora. A la puñetera escuadra.
Fue como descorchar una botella de champán. Por la celebración, pero, sobre todo, porque el Racing se quitó la presión de encima. Porque tres derrotas consecutivas pesan. Y la posibilidad de un cuarto tropiezo seguido, aprieta que no veas. Avanzada. El equipo cántabro se hizo dueño absoluto del encuentro. La tuvo Peque. Otro balón atrás de Lago Junior no llegó a conectarlo en condiciones el pichichi verdiblanco. Era clara. Como meridiana fue la posterior de Aldasoro. Esta vez fue Arana el que cedió a la llegada de su compañero y el vasco la mandó a Larrabetzu.
Media hora tardó el Amorebieta en decir 'aquí estoy yo'. El equipo azulón aprovechó una mala presión verdiblanca para salir desde atrás con vértigo y el duro disparo de Troncho desde la frontal lo tuvo que mandar Ezkieta a córner. El arquero navarro tuvo doble ración y, a la salida del saque de esquina, blocó, con acierto y lucimiento, el cabezazo de Etxeita.
El suceso le restó bravura a los de José Alberto y le concedió aire al Amorebieta. Los primeros dejaron de llegar con soltura y los segundos comenzaron a dar pasos adelante en campo contrario. Yla zaga verdiblanca, a dejar alguno de sus ya últimamente tradicionales 'susto o muerte'. Un horrible intento de despeje de Germán Sánchez estuvo a punto de costarle un disgusto al Racing. Tanto iba el cántaro vizcaíno a la fuente que el VAR tuvo que intervenir para analizar un posible penalti en el área de Ezkieta. Suspense. Sigan. Todavía tuvo que quitarle de la cabeza Dani Fernández a Dorrio un balón en el segundo palo. «Pita ya», pedía un aficionado verdiblanco desde la grada al colegiado. Empezaba a verlo regular. Y el árbitro le hizo caso. Descanso.
Tiempo que aprovechó José alberto para implementar dos cambios. El asturiano retiró al amonestado Mario García en el lateral izquierdo y dio entrada a Saúl García. Y abrió otro regalo del mercado invernal con la puesta en escena de Mboula en lugar de Marco Sangalli, que también tenía tarjeta. Juan Carlos 'Phelps' Arana mandó dos avisos. Agua. Ambos muy desviados.
El Racing ganó en movilidad arriba y, sobre todo, recuperó el dominio. De todas formas, no iban ni cinco minutos del segundo tiempo y el mismo aficionado de antes ya estaba pidiendo «la hora» a Caparrós Hernández.
Porque no era suficiente. Porque en una acción tonta, el Amorebieta podía empatar. Y cerca estuvo. Jauregi no acertó a embocar en el área pequeña un centro de Eraso, tras pillar el equipo vasco despistado a su rival atrás. El Racing había vuelto al punto de antes del descanso. La única diferencia es que Mboula tenía la moto arrancada y metía algo de susto. Pero la siguiente ocasión clara fue también para los locales:el propio Jauregi cruzó demasiado un cabezazo tras un saque de esquina. Ahí ya había tenido que hacer su tercer cambio el equipo cántabro. Rubén Alves sustituyó a Germán Sánchez, lesionado.
La cosa no mejoraba –tampoco empeoraba– y el míster llamó a Ekain, que sustituyó a Arana en la punta de ataque. El partido ya se había puesto tosco. De oficio. De buzo azul manchado de grasa, pico y pala. Porque había que mantener el resultado. Y si el Racing no iba a ser capaz de hacer el segundo, al menos que no le quitasen el cero de su portería. El último cambio fue para meter a Grenier en la mediapunta. Se marchó Lago Junior y Peque cayó a la banda.
El tiempo se iba consumiendo ante un Amorebieta cada más hundido. Cada vez más frustrado. Pero, si le das la espalda, hasta un animal agonizante te da una dentellada. A Dani Fernández le pilló Rayco desprevenido. Suerte que Ezkieta se echó encima del azulón para desbaratar la ocasión. Sin embargo, el suceso, al borde del noventa le dio un último borbotón de aire al conjunto vasco. Agobios con los que pudo acabar Mboula si hubiese acertado tras plantarse solo delante de Pablo Campos. La ejecución fue paupérrima.
Todavía tuvo que sacar Rubén Alves un disparo de Morci que se encaminaba a la meta de Ezkieta. Al final, una falta absurda de Erik Morán sobre Peque cuando el Amorebieta ya tenía lanzada la contra fue el remedio perfecto contra las apreturas. Entre protestas locales, se fue el tiempo. Y llegó la victoria. Por fin. Después de tres derrotas consecutivas. El primer triunfo de 2024. No fue brillante, pero sí necesario. Porque el Racing avanza de nuevo. Y así se celebró en Lezama.
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