Secciones
Servicios
Destacamos
Los que este domingo se jugaban el cocido no estaban en los Campos de Sport. Y qué gusto para los racinguistas vivir una última jornada de la temporada, en el fútbol profesional, sin apreturas ni lloros. Sin plebiscitos ni urnas... funerarias. Negro sobre blanco puso ... la escritora norteamericana Gayle Forman una frase que describe el cierre de campaña en El Sardinero:«Es tranquilo ahora. Tan tranquilo, que casi se pueden oír sueños de otras personas». Lograda la permanencia, el segundo paso, tras el ascenso, para conseguir la estabilidad del club, la parroquia verdiblanca puede pasar el verano soñando, en lugar de penar y maldecir su suerte. El intrascendente duelo ante el Cartagena fue un festival de fin de curso. Con cánticos, juegos, críos demostrando sus habilidades, el profe satisfecho, unas cuantas despedidas y el público con la baba cayendo.
Racing
Parera, U. Medina, Mantilla, Satrústegui (Bobadilla, min. 81), Mario García, Juergen E., Fausto Tienza (Íñigo Vicente, min. 58), Arturo Molina, Peque (Pombo, min. 81), Yeray (Mboula, min. 73) y Cedric (Baturina, min. 58).
3
-
1
Cartagena
Marc Martínez, Llambrich, Pablo V., Datkovic, Ferreiro (De Blasis, min. 63), Feuillassier (Iván Martos, min. 46), Luca Sangalli (Borja Valle, min. 63), Mikel Rico, Musto, Sadiku (Ortuño, min. 73) y Olivas (Darío, min. 46).
Equipo Arbitral. González Esteban, del Comité Vasco. Asistido en las bandas por Pérez de Colosia Alonso (Vasco) y Moleón Cuenca (Valenciano). Cuarto: Alemán Pérez (Canario); VAR: Vicandi Garrido (Vasco) y Busquets Ferrer (Balear).
Goles. 1-0, min. 3: Mario García. 2-0, min. 19: Yeray. 3-0, min. 26: Cedric. 3-1, min. 47: Pablo Vázquez.
Amonestaciones. Amarilla a los visitantes Darío, Llambrich y Mikel Rico.
Incidencias. Campos de Sport de El Sardinero. Césped en buen estado en una tarde soleada y calurosa. Se guardó un minuto de silencio en memoria del exárbitro cántabro y expresidente del Comité Nacional, Victoriano Sánchez Arminio. 9.831 espectadores, según los datos del club.
El once más distinto desde que José Alberto llegó al banquillo del Racing fue también el más previsible, porque el míster ya había dejado claras sus intenciones para la función final. Parera volvió a la portería; Unai Medina y Mario García ocuparon los laterales y en la parcela con más dudas, la del centro de la zaga, Satrústegui y Mantilla fueron los elegidos. Para el doble pivote, lo disponible: Fausto Tienza y Juergen Elitim. Con Yeray, Arturo Molina y Peque por delante. Y la esperada oportunidad para Cedric en la delantera.
En esto del fútbol, en las últimas jornadas suele ganar el que más lo necesita. Sin embargo, como ni Racing ni Cartagena tenían ansiedades, eran las ganas las que iban a marcar diferencias. Y el equipo de José Alberto salió bien. Intenso para lo que era el decorado y también disfrutón. Aún se estaban sentando en el palco los homenajeados héroes del Racing de los bigotes cuando el equipo cántabro se adelantó en el marcador. Una buena contra cultivada por Yeray, enriquecida por Peque y acelerada por Cedric terminó con el hispanonigeriano levantando la cabeza. Oteó el horizonte. Y allí, atrás, encontró la llegada del número 40. El último en aterrizar. Mario García, cuya zurda no es dudosa, la clavó en la escuadra. 'Y, ¿cómo se celebra esto?', debió pensar, eufórico, el chaval. Así se tira la puerta abajo.
El partido, en lo futbolístico, no tenía mucha historia. El Cartagena era muy pobre y el Racing, en ventaja, pues a lo suyo. Si se puede, bien. Y si no, pues también. Casi lo más interesante para el personal era contemplar el lucimiento de algunos futbolistas a los que había ganas de ver. Los chavales aprovecharon la oportunidad. Esta vez, el que llevaba el 41 a la espalda. Yeray agarró el balón junto a la banda derecha. No vio oposición por delante y encontró la ocasión perfecta para sacar la especialidad de la casa. Hacia dentro y zurdazo. Tuvo fortuna el de Isla, porque la pelota pegó en un defensa antes de colarse en la portería murciana. Pero la suerte es para el que la busca.
Noticia Relacionada
Con 2-0 en el marcador y con los dos jovenzuelos convertidos en protagonistas, la grada comenzó a repartir deseos. Era el minuto 19 cuando comenzó a sonar el otrora éxito musical 'Cedric is on fire'. Yeray le puso un fantástico balón al delantero, pero en su intento de batir a Marc Martínez por debajo de las piernas el balón se marchó fuera. Además, el asistente anuló la acción por fuera de juego. Pero la mecha ya estaba encendida. Siete minutos después, el nueve incendió El Sardinero. Otro balón al límite del fuera de juego. Esta vez, con todo en regla. Y, plantado ante un arquero condenado, el hispano-nigeriano fusiló. Un tanto muy celebrado. Casi el propio protagonista fue el menos efusivo. Por el significado. Por lo dejado atrás. Por la reivindicación. Sus compañeros le envolvieron en un sincero abrazo y alguno de los suplentes se levantó para festejar. En llamas, intentó hacer su segundo tanto, el cuarto del Racing, pero su duro disparo se estrelló en el lateral de la red tras ser desviado por el portero.
34 minutos tardó el Cartagena en hacer algo digno –y poniendo el listón bastante bajo– de plasmar en estas líneas. Un tiro centrado de Feuillassier que atrapó Parera y un disparo alto del exracinguista David Ferreiro fueron los primeros acercamientos visitantes.
Noticia Relacionada
El Racing contestó con un rondo, con una posesión larguísimaque la grada alabó con loas y olés. Había quedado más que patente quien de los dos equipos, dentro de la escasa importancia del choque, estaba más metido en la película. Y para ser un partido de chichinabo, mira que pasaron cosas durante la primera mitad. Llegó el descanso.
Ya estaba todo el pescado vendido, pero a José Alberto no le gusta perder ni al 'Veo Veo' con sus hijos. El Racing salió relajado en exceso del vestuario. Córner a favor del Cartagena. El balón es colgado al primer palo y Pablo Vázquez, solo, pero solo solo, ¿eh? cabeceó duro y Parera únicamente pudo tocar el balón antes de que se colase en su portería. El míster apretaba los puños en el banquillo y empezaba a ponerse rojo. Aguantando el mosqueo. Al final, estalló y el chorreó le cayó a Álvaro Mantilla. 3-1.
Noticia Relacionada
Marcos Menocal
El técnico asturiano llamó a Íñigo Vicente y Baturina. Los sustituidos fueron Fausto Tienza y Cedric. Y el aplauso a ambos sonó a despedida. Especialmente en el caso del delantero, pese a que tiene dos años más de contrato. Entre lágrimas, y arropado por una tremenda ovación, el hispano-nigeriano abandonó el terreno de juego de los Campos de Sport. Quién sabe si por última vez.
Estuvo a punto de tener su momento de gloria Peque. El centrocampista catalán recibió un pase de Juergen Elitim en el área después de una buena combinación de ataque racinguista. El mediapunta catalán intentó colocarla junto al palo, pero Marc Martínez sacó una buena mano abajo. En el otro área, Darío remató alto un un buen balón de Mikel Rico.
Pero el que tuvo el cuarto en sus botas fue Íñigo Vicente tras una buena jugada a medias con Yeray por la banda derecha, pero el disparo del vasco se marchó demasiado alto. Entonces, José Alberto puso en juego a Mboula, precisamente en lugar de Yeray. Pese a las últimas ocasiones, hacia rato que el festival de fin de curso se había quedado estancado en el discurso de la directora.
Ahora sí, y después de un buen rato esperando su momento, el entrenador llamó a Pablo Bobadilla, que iba a tener su mínima cuota de minutos para, al menos, dejar de estar inédito en una temporada aciaga para él. Junto a él salió Jorge Pombo. Los reemplazados, Satrústegui y Peque. Justo en el momento en el que la grada de los Campos de Sport comenzaban a hacer la ola.
Era ya el momento de saborear lo último. De arrascar el fondo del vaso. Porque esto se acababa. Todavía quedaba tiempo para ponerse alguna medallita, como la de Parera tras evitar el segundo tanto visitante con una fantástica parada que además sirvió de germen para la contra verdiblanca. Al fondo, ni Pombo ni Íñigo Vicente fueron capaces de sumarse a la nómina de protagonistas. Fallaron sus tentativas. En el caso del vasco, pese a que el partido no tenía demasiada tensión, tuvo lío con varios de sus rivales.
El cuarto árbitro señaló cinco minutos de añadido. Pablo Vázquez intentó repetir su gol, pero mandó la pelota fuera. Y Mboula estuvo a punto de marcar en un tiro demasiado cruzado que se marchó cerquita del poste. Mientras tanto, Bobadilla, que tenía ganas de salir en alguna foto por fin, estaba como loco por subir al ataque. No se le arregló al riojano. Porque llegó el final. Con conato de tangana entre Borja Valle e Íñigo Vicente que se quedó en anécdota. Y eso es to, eso es to, eso es todo, amigos. Por terminar en clave electoral, el Racing tenía una máxima en su programa, antes de empezar la temporada, y esta vez sí cumplió. Feliz verano a todos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.