![El singular partido contra el Racing de Ferrol](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2023/10/28/88519853-kSSD--1200x840@Diario%20Montanes.jpg)
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Apocos días del 3 de noviembre, aniversario de la horrorosa explosión del vapor 'Cabo Machichaco' que sufrió Santander, la visita esta noche del Racing de Ferrol me evoca otra de las fatalidades que asoló la ciudad y que ocasionó el partido más extraño y singular ... que se haya jugado nunca en el fútbol español, también entre el Racing y su tocayo gallego. La fatalidad a la que está unido ese partido no tenía escondida dinamita en sus entrañas, ni centenares de muertos, pero el viento y el fuego lo harían desaparecer junto a la esencia de la ciudad.
El partido iba a disputarse el domingo, 16 de febrero de 1941, pero ese día amaneció con la luz del horror y la desolación a causa del gran incendio de Santander que se había extendido el día anterior, y que aún mantenía brasas de actividad. Así que nadie en su sano juicio pensó en ir al campo para verlo jugar. El viento había alcanzado los 140 kilómetros por hora, y cuando se acercaba la hora de la cena comenzaron a encenderse las antiguas cocinas de carbón mientras las chimeneas expulsaban chispas que con el viento avivaron pequeños fuegos. Las llamas se propagaron con rapidez y el casco viejo de la ciudad, con abundantes construcciones de madera, desapareció en pocas horas. Se destruyeron las 37 calles más antiguas de la ciudad, 400 edificios que además de los comercios albergaban 2.000 viviendas. El número de personas damnificadas se calculó en 10.000, cuando la ciudad tenía poco más de 100.000 habitantes. No hubo ningún muerto (más tarde murió un bombero), pero el fuego parecía que había calcinado la memoria de varias generaciones de la ciudad.
Pasados unos días, los santanderinos, amparados por la solidaridad del resto de España, comenzaron a despertar de la pesadilla y el fútbol volvió. En los campos donde acudía al Racing siempre había un emotivo recuerdo para los damnificados del desastre, además de varios encuentros benéficos que se organizaron en varias localidades. Cuando estaba a punto de finalizar el campeonato liguero, el Racing de Ferrol y el Racing seguían teniendo un partido menos, el que tenía que haberse jugado tras el incendio, pero dio la casualidad que en el sorteo de Copa, entonces llamada del Generalísimo, se emparejaron ambos equipos. Así que a alguien se le ocurrió la genial idea de que el resultado del partido copero en El Sardinero sirviera también para el campeonato de Liga. Dicho y hecho.
El partido más singular del fútbol español se jugaría el 23 de marzo de 1941. El Racing, dirigido por Manuel Vidal Hermosa, alineó a Carral, Ceballos, Víctor, Calvo, Modesto, Felipe, Cuca, Telete, Pombo, Iturbe y Álvarez. Los montañeses se adelantaron en el marcador gracias a un remate de Cuca que recibió un pase de Telete. Ya en la segunda parte, el ferrolano Landeta resolvería un barullo en el área para establecer el empate a uno final. Dijeron las crónicas que en el Racing abundaron los desaciertos y que su juego fue deficiente, aunque dominó y convirtió al guardameta rival en el mejor de su equipo. También se destacó la actuación del extremo racinguista Álvarez.
En aquel encuentro excepcional que valió tanto para la Copa como para la Liga, se confirmaría el declive del Racing. En el partido de vuelta encajaría una goleada de cinco a cero con el que fue eliminado de la Copa, y tuvo que conformarse con un punto más en la clasificación liguera que le mantuvo en la sexta posición entre los doce clubes que formaban el grupo primero de la Segunda División. El gran incendio de Santander marcaría un antes y un después para la ciudad, y también para el rumbo del fútbol y el destino del conjunto cántabro. El fuego de la destrucción también prendió en el terreno deportivo deshaciendo la solidez del equipo y atormentando a los racinguistas con el descenso a Tercera División, algo que sobrevino dos años después.
Está visto que el Racing de Ferrol no trae buenas noticias cuando viene a Santander. Cinco años después del ciclón incendiario del 41, el 8 de diciembre de 1946, también en un partido liguero que enfrentó a los dos equipos, se derrumbó una de las balaustradas que acotaban el campo arrastrando a varios espectadores, algunos de ellos contusionados, aunque sin gravedad. Y el 4 de septiembre de 1949, también con la visita del Racing de Ferrol en los Campos de Sport, el partido tuvo que suspenderse unos diez minutos debido a que un tornado se llevó la cubierta de la nueva tribuna Norte con la que se había ampliado el campo, cayendo sobre varios espectadores que resultaron heridos con lesiones leves.
Que el viento, el fuego y los derrumbes acompañen siempre el espíritu de los racinguistas cántabros para batir la portería rival, comenzando en el partido de hoy contra el Racing de Ferrol, cerca del aniversario de la explosión del Machichaco, para que la dinamita se concentre en las botas de nuestros delanteros.
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