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Con el de ayer son tres los entrenamientos que Aritz Solabarrieta lleva al frente del Racing. El primero fue una activación, el segundo una puesta en común y el tercero -para el buen analista- una pequeña declaración de intenciones. El vasco sabe que el ... Racing ha de ser mucho más protagonista de lo que ha sido y para ello tiene que ser un equipo reconocible. Aunque esta última frase suele ser ese cajón de sastre en el que se refugian los discursos tácticos, en este caso no es más que una obligación ante la falta de identidad total y absoluta que ha mostrado en lo que va de Liga.
Nadie sabe a qué ha jugado este Racing y sus rivales han disfrutado de mucha permisividad. Esta circunstancia, por encima de las demás, es la que Solabarrieta debe mejorar cuanto antes. Su valedor en la comisión deportiva, José María Amorrortu, lo ve capacitado para modificar ese estado de ánimo que permita creer en lo que se hace.
El mandatario señaló su liderazgo y su motivación para sacar lo máximo de los jugadores, el otro debe con el que se marchó Rozada para Oviedo antes de tiempo. «Hay talento, hay buenos jugadores y eso nos da ventaja», indicó Solabarrieta en su presentación. Nadie duda que la plantilla que se ha construido este año acumule más nivel que cualquiera de las de los distintos equipos de su grupo, sin embargo no lo ha demostrado. «Esta plantilla rendirá en tanto y cuanto sea el cuerpo técnico capaz de sacar su mejor versión», declaró Rozada tras el primer partido amistoso. Cuatro meses después él mismo admitió no haberlo conseguido: «No fui capaz de sacar lo que normalmente acostumbro a hacer». Con ello está dicho casi todo. Solabarrieta ha de cumplir con los pronósticos y darle la razón a Amorrortu con su capacidad de extraer lo mejor de cada futbolista. De liderar el cambio y de modificar el rendimiento de casi todos, con honrosas excepciones. En el plano táctico tiene su cometido, pero mucho más en el anímico y en el de conducta. En estos dos ámbitos está casi todo por hacer.
Futbolistas como Cedric, Balboa, Nana, Villapalos, Maynau... O los ya conocidos Jon Ander y Álvaro Cejudo no se han dejado ver como deben. Es evidente que una pizca de reproche se ha de hacer al cuerpo técnico anterior -en realidad a Rozada, que es el único que ya no está-, pero no se le ha de señalar como el único culpable. Los jugadores no han aparecido ni han dado una nota. Nana o Villapalos, que han venido para llevar buena parte del peso del equipo se han ocultado tras el empuje de Íñigo o de Martín Solar -con cuentagotas este último- y no han respondido a lo que se les pide. Urge recuperarles cuanto antes. Otros como Cedric, con un bagaje de goleador reconocido; Balboa, con experiencia internacional, o Maynau, con veteranía en la categoría, han sido sombras de lo que se requiere en un equipo que aspira a todo. Solabarrieta tiene trabajo por hacer y poco tiempo.
Mención aparte tienen Jon Ander o Álvaro Cejudo, dos futbolistas importantes y que ya han demostrado lo que tienen en las temporadas anteriores. Al primero, las lesiones le han dejado al margen, y al segundo fue quizás el sinsentido de Rozada que no acabó de verle en el campo.
En la sesión de ayer, Solabarrieta sin mostrarse del todo, sí que dejó algunas señas de lo que pretende, que pueden explicar lo que quiere cambiar y lo que desea mantener. Mandó continuamente salir de su propia portería a las hipotéticas defensas que montó en el campo; quiere una zaga adelantada, un equipo junto, que presione alto, y que asfixie al rival. Esto último lo propuso Rozada, pero en los partidos no se vio reflejado. En ningún momento el Racing fue protagonista, quizás por esa extraña obsesión de plantear los partidos que tuvo el anterior técnico en función del rival. Solabarrieta no debe caer en ese error que ha condenado al equipo a perder once puntos con cuatro equipos muy modestos: Portugalete, Laredo, Leioa y Arenas de Getxo.
Ayer el equipo trabajó en el campo 3 de La Albericia, de hierba artificial, ante la abundante lluvia caída en los dos terrenos de juego de hierba natural de las instalaciones. Planteó ejercicios tácticos con interioridades numéricas en las defensas para exigir a los zagueros. No se vio una propuesta clara, pero todo apunta a que jugará con una defensa de cuatro y dos líneas de tres por delante. No apostará por dos delanteros y sí por tener el balón y ser protagonista en el campo contrario. Viene con la lección muy aprendida y de la mano de quien es la voz y la imagen de este proyecto de cantera, por lo que el peso de los canteranos no se verá reducido salvo que los chavales bajen el nivel. Los Ceballos, Mantilla, Pablo Torre, Íñigo Sainz-Maza, Marco Camus y Martín Solar parten con mucho camino andado por lo demostrado y por la hoja de ruta que trae Solabarrieta. En esto no parece que vaya a encontrar ningún problema dado que en su corta trayectoria ya ha trabajado con los chavales de casa; queda saber cómo se manejará con futbolistas como Figueras, Cejudo, Cedric... Efectivos con mucha experiencia y de los que necesita sacar su mejor versión en aras del juego colectivo.
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