«Ahora me toca ayudar al equipo de otra manera», dice Íñigo Sainz-Maza

El Racing anunció el veredicto ayer: rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha y lesiones asociadas. Entre siete y ocho meses de baja. La temporada de Íñigo Sainz-Maza se cortaba en seco. El pronóstico de la lesión es duro, muchos meses fuera de juego, pero el capitán mira hacia adelante. El canterano ya se ha pronunciado sobre la rotura de ligamento cruzado anterior que sufre en la rodilla derecha y que le hará perderse toda la temporada. «Buenas noches, racinguistas. Hoy me ha tocado vivir un día muy duro, pero aún así me habéis hecho sentir muy afortunado y querido», escribía el capitán en su cuenta de Instagram.

El fútbol es así a veces, cruel, pero el de Ampuero quiso agradecer a los suyos —la afición, sus compañeros y el club— que hayan rodeado en este momento difícil de ese calor que cura más que cualquier vendaje. «Gracias a todos mis compañeros, cuerpo técnico, club y afición por vuestro apoyo incondicional desde el primer momento», continuaba Íñigo. En sus palabras no hay una pizca de derrotismo. Es otra otra cosa: la certeza de que volverá, y lo hará más fuerte.  No será fácil, pero no hay excusas. «Ahora me toca ayudar al equipo de otra manera. Vosotros seguid como hasta ahora ¡Siendo los mejores!«, escribió. Y remató con un: »Arronti Racing. ¡Un día menos para volver!«.

Íñigo se lesionó el pasado miércoles en El Sardinero durante el partido ante el Córdoba. En una caída, su rodilla habló por él. Un chasquido seco y su cuerpo en el suelo. Theo Zidane lo cazó en la medular y, como si fuera una película de la que ya se adivina el final, el gesto de dolor del capitán y la reacción de Aldasoro lo dijeron todo. El de Ampuero abandono el campo asistido por los sanitarios del Racing, que lo ayudaran a caminar sosteniéndolo uno por cada flanco.

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