Tres verdiblancos en los banquillos de Qatar

Con más o menos éxito, los tres seleccionadores pasaron por El Sardinero y dejaron su huella. Lionel Scaloni cumplió con una gran temporada a las órdenes de Miguel Ángel Portugal (2006-2007) antes de marcharse el siguiente curso a la Lazio; Walid Regragui aterrizó por Santander en 2004 y se fue en el 2007. Una grave lesión le impidió tener regularidad en su primer año y el rendimiento del argentino en el último le mandaron al anonimato. Finalmente, Diego Alonso se vistió de racinguista en 2002, recién ascendido el Racing a Primera División y su llegada fue una sorpresa ya que cambió las rayas rojiblancas colchoneras del Atlético de Madrid, con quien había sido pichichi en Segunda División el mismo curso en que ambos, Racing y madrileños, se dieron la mano para llegar a Primera.

De todos ellos el que más tardó en colgar las botas fue Scaloni, que después de dejar Santander aún jugó, además de en la Lazio, en el Mallorca y el Atlanta. Por su parte Regragui fichó por el Grenoble, Mogreb Tetuán (Marruecos) y el modesto US Fleury-Merogis francés y se retiró, mientras que Diego Alonso vistió los colores del Málaga y el Murcia, en España, regresó a Uruguay para jugar en el Nacional y Peñarol y se marchó de aventura asiática al Shanghái Unificado antes de pisar los campos de Argentina en el Gimnasia y Esgrima de La Plata. Los tres tratan de hacer historia con su país en este improvisado mundial de invierno catarí, pero también todos ellos forman parte de la modesta memoria racinguista.

Scaloni es quizás el más carismático. El pundonor y coraje del que hizo gala en sus nueve temporadas en el Súperdepor fue su carta de presentación cuando Portugal le dio el lateral derecho para él aquella temporada (06-07). Jugó treinta partidos, todos de titular, y marcó un gol. Tenía 28 años y se convirtió en el papá de su compatriota Ezequiel Garay, quien también apareció aquel año por Santander. «El negro será algún día capitán de la albiceleste», decía cuando le preguntaban por el talento del joven central. ¿Quién hubiera imaginado que él sería seleccionador?

Walid Regragui no tuvo tanta suerte en sus tres temporadas de racinguista (04-07); jugó 17 y 9 partidos en sus dos primeros cursos como verdiblanco y la última campaña pasó completamente inadvertido compartiendo posición con Scaloni, el preferido de Portugal. Aún se recuerdan los gritos del marroquí en el verano de 2004 en La Albericia, cuando en un lance del entrenamiento de pretemporada se dejó el tobillo atrás y tuvo que ser intervenido de urgencia por el doctor Cruz. Era uno de los fichajes de aquel proyecto liderado por Lucas Alcaraz y tardó en debutar cinco meses más. No tuvo tampoco protagonismo en su siguiente campaña y finalmente abandonó el Racing de mutuo acuerdo con el club. Por su parte, Diego Alonso solo estuvo una temporada y pese a que se esperaba mucho de él apenas participó en 23 partidos, cinco de ellos como titular. Tan solo marcó un gol, fue en Balaídos en el último minuto y sirvió para empatar ante los gallegos (2-2). Aquel tanto fue vital para la permanencia.

Tres exracinguistas que estos días piden cita para un sueño. Llegan con 'mili' en los banquillos. Alguno más que otro. El más curtido es, precisamente, el charrúa que dirigió a siete equipos, en Uruguay, Paraguay, México y el Inter Miami (USA) antes de hacerse con las riendas de la selección uruguaya. Regragui también se ha curtido, casi siempre en Marruecos (FUS Rabat y Casablanca), pero también, precisamente, en Qatar, donde dirigió un año al Al-Duhail SC antes de coger los destinos del combinado marroquí absoluto recientemente.

Todos tienen su parte de presión, como no podía ser de otra manera, pero quizás el banquillo de Argentina, con Messi en el que puede ser su último Mundial, pueda ser el súmmum. Scaloni siempre estuvo a la sombra de Sampaoli, primero en el Sevilla como ayudante y luego en la selección con otros cargos técnicos. La salida del ahora entrenador del Sevilla le dio el bastón de mando de la albiceleste al que fue interior derecho del Racing. Un trío de exracinguistas en busca de la conquista futbolística.