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Ovación cerrada. Aplausos y más aplausos. El último entrenamiento del Racing con las puertas abiertas al público antes del vital partido del domingo en Mallorca terminó con los aficionados en pie animando a los jugadores para el duelo ante el Atlético Baleares. Los futbolistas ... se retiraban en fila, mientras alzaban la vista. Hay quien los saludó, como David Barral, que nunca esquiva el gesto. El gaditano sabe que la unión hace la fuerza y por eso el pasado domingo en El Sardinero fue el que más se preocupó de que la intensidad de la grada no decayese. Por intensidad no será. Antes de que Ania diera por finalizado el trabajo, el equipo se apretó como debe en la que puede ser la última semana en el camino. No hubo experimentos, como es lógico. El grupo se esforzó en seguir el mismo plan que le ha servido durante todo el año; calentamiento, balón y después, más balón. «¡Vamos, vamos!» se escuchaba de fondo. Primero fue Sergio Ruiz, pero después Aitor Buñuel. Dani Segovia repitió varias veces la misma retahíla, que no es más que el mensaje universal de ánimo. No se puede decir más en tan poco. «¡Venga, venga, tu allí y y tu aquí!».
El de Ania era una versión más personal. Vestido con ropa deportiva, con un pantalón pirata de esos que tapan las rodillas, el entrenador asturiano se mostró tan intenso como siempre ¿Cualquiera diría que es el entrenador? Su físico sigue siendo el que lució cuando jugó al más alto nivel. Su filosofía del fútbol, en cambio, ha mutado. Siempre fue un fino estilista y desde que le toca dirigir en el banquillo le gusta ganar con estilo, pero sin dejarse nada en el empeño. Quizá por eso se muestra aún más motivado para lo del domingo. Porque sabe que lo va a necesitar y afortunadamente lo ha trabajo desde que llegó a Santander. Señalaba, corregía, iba y venía... Volvía a corregir. De repente: quieto y pensativo. Conversación en corto con su segundo, César Negredo. Los dos con el mismo gesto: piernas separadas y una mano que acaricia la barbilla. «Apretamos, apretamos, recuperamos el sitio», insistía una y otra vez el ovetense. Si se escapaba el balón de alguno de los jugadores él mismo era el que iba a buscarle. Iván Crespo y Jagoba, por un lado, los demás todos mezclados.
Han pasado más de diez meses desde que echó a andar el Racing, un equipo diseñado para no fallar esta semana. Durante todo este tiempo no se ha desviado en nada de la dirección marcada. Nada. Por eso tampoco estos días ha cambiado un ápice; desde el punto de vista táctico no enseñó ninguna de sus intenciones. A los defensas los entremezcló, los pivotes, los 'jugones'... Si nunca se dieron pistas tampoco lo iba a hacer el último día y menos en público. Hoy el trabajo será a puerta cerrada y a partir de mañana en Palma de Mallorca el mismo guión. No existen muchas dudas, más bien ninguna, de cara al planteamiento. Han sido seis las veces que el Racing ha jugado sobre un campo de hierba artificial esta temporada -Llodio, Gernika, Durango, Estella, Guecho y Langreo- y tan solo salió derrotado en una ocasión, Langreo. Durante esas semanas, el cuerpo técnico apostó por no entrenar sobre la misma superficie para evitar cualquier imprevisto en forma de lesión, esta vez ha sido igual. Barral, Kitoko, Cejudo, Segovia... La experiencia ha hecho que Ania haya preferido pagar el tributo de no asemejar las condiciones de entrenamiento a las que tendrán el domingo y así no arriesgar lo más mínimo.
«Adaptarse». «Cambiar el chip». Estas dos expresiones fueron utilizadas por el propio Ania durante toda la temporada cuando a su equipo le tocó jugar en esos campos. Hoy lo repetirá en su última rueda de prensa antes del partido en Son Molferit. Porque eso es lo que tendrán que hacer, el resto ya lo hicieron.
Chuti Molina, el director deportivo del club, siguió el entrenamiento desde el banquillo -como en otras ocasiones- junto a Pedro Ortiz, el vicepresidente de la entidad. También estaba con ellos el doctor Mantecón. El primero de ellos acompañó a los técnicos cuando se retiraron al vestuario. A todos se les nota concentrados y muy mentalizados. Huyen de cualquier atisbo de euforia y tienen la tensión programada al mínimo, para desatarla cuando toque y no antes. Cuestión de experiencia.
A Jordi Figueras se le vio completar la mitad del entrenamiento de ayer y después retirarse.Todo hace indicar que el catalán apura su recuperación para llegar a tiempo el domingo al partido. Nadie quiere que arriesgue ni lo más mínimo. Ese ha sido el plan todo el año y más ahora que llega el partido decisivo. Ania tampoco quiere desvelar del todo si podrá contar con él. Quedan tres días aún y las previsiones son buenas. A los que se les vio en perfectas condiciones fue a Kitoko y Tresaco. El congoleño va a llegar para jugar contra el Atlético Baleares, la duda está en saber si su ritmo será el idóneo. Sus características son perfectas para la batalla que se prepara en Son Molferit y se trata de un jugador que a Ania le gusta. Tresaco, por su parte, podría entrar en la lista de convocados.
El que ha aprovechado para mejorar sus prestaciones es Álvaro Cejudo, que apuró para estar presente el pasado domingo en el choque de ida y ahora, con varios entrenamientos, se encuentra al cien por cien para ser de la partida si el entrenador lo estima oportuno.
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