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Papel en mano. Corretea de un lado a otro. Pantalón largo y camiseta térmica debajo de otra corta. De riguroso negro, como el resto del cuerpo técnico. Se le distingue por las botas azules y porque es el que vocifera. Al que más se ... le escucha en una Albericia sin aficionados. Iván Ania volvió ayer a los entrenamientos sin cambiar ninguna rutina. Saltó al campo después de sus jugadores, al filo de las 11.00 horas y hasta pasadas las 12.30 horas no regresó al vestuario. Propuso un trabajo táctico, se le vio intenso -como casi siempre- y charló con algunos de los futbolistas de manera individual en algún lance del entrenamiento. El entrenador no se mostró distinto a otras veces durante su primer día de trabajo en la semana en la que un resultado negativo puede mandarle al paro.
Sacó del bolsillo una hoja. «Ritchie y Aitor, aquí. Nuha y David, allí...». Formó dos equipos, después de que los jugadores colocasen las porterías móviles y montarán un campo de dimensiones reducidas. Conversó con sus compañeros del cuerpo técnico y antes de empezar la parte intensa del trabajo llegó el susto. Enzo Lombardo se acercó al míster y tras una pequeña conversación, el francés se retiró al vestuario. Mejor prevenir; notó molestias y Ania le mandó a la ducha. «¡Vamos, venga, vamos!» les gritó el técnico a los demás. En la grada, en una esquina, primero acompañado por el médico del club, el doctor Mantecón, y después en solitario, seguía las evoluciones del grupo el director deportivo, Chuti Molina. Cuando el equipo saltó al campo allí estaba. No perdió detalle. Tampoco era nuevo, ya que el manchego es de los casi fijos en La Albericia.
Al cierre de las taquillas ayer en los Campos de Sport quedaban 46 entradas, de las de 25 euros cada una, para el partido del domingo ante el Alcorcón. El club madrileño mandó 150, de 20 euros, que se agotaron, y otras tantas de 25, de las que cuales se han vendido 104. La afición, mayoritariamente los peñistas, ha vuelto a responder a la llamada del equipo y estará acompañándole en el estadio de Santo Domingo. El desplazamiento no es de lo más sencillos, puesto que implica alrededor de cinco horas por carretera y el horario, las 18.00 horas, obliga a regresar de la capital de España de madrugada. No obstante, los incondicionales han vuelto a ser los primeros en acercarse a las taquillas por lo que todo indica que en los próximos días se agoten las localidades para el duelo.
Varias de los colectivos aprovecharán los días que quedan hasta el partido para la preparación del viaje en autocares, como es costumbre.
En una portería Luca Zidane y en otra Iván Crespo. En un equipo Jordi Figueras, en el otro Alexis; en un Mario Ortiz, en el otro Kitoko... En definitiva, todos mezclados con una finalidad que sólo el propio Ania es capaz de descifrar. Lo de los partidos en tres cuartos cancha y posteriormente en apenas quince metros de espacio es lo habitual. En otras palabras, si alguien esperaba que el entrenador planeara una revolución para el partido en Alcorcón del domingo todo apunta a que tendrá que buscarla en otro sitio.
Ania se llevó una buena noticia al ver a Iñaki Olaortua, a quien tuvo que retirar del campo el domingo tras sufrir un fuerte golpe en la cabeza entre mareos. El vasco descansó hasta ayer y parece recuperado. Durante el entrenamiento probó a Nico Hidalgo de lateral, colocó a Yoda por dentro, a Cejudo en una banda y a David Rodríguez en posiciones de punta y por detrás del delantero. Utilizó a Sergio Ruiz y Nkaka en un equipo como pivotes, a Mario y Kitoko también los hizo coincidir en diferentes momentos y diversas pruebas más. Mientras se ensayaron las distintas pruebas, Ania se colocó en la banda y corregía las posiciones a la vez que animaba. Nada que no haya hecho durante las diez semanas anteriores. Durante este tiempo en el que su equipo lleva contra las cuerdas sin ganar un asalto, pero sin caer a la lona.
En Alcorcón tendrá que introducir varios cambios; de entrada no podrá contar con Dani Toribio, cedido por el equipo madrileño y en cuyo contrato figura una cláusula por la que el Racing tendría que pagar una cifra con muchos ceros para que jugase el partido. El catalán se había hecho con el puesto de pivote y había incluso mandado a la grada a Kitoko, otro de los predilectos del entrenador. Este domingo se producirá el mismo movimiento, pero a la inversa, ya que según lo visto sobre el campo el congoleño regresará al once titular.
Hay quien pensaba que Ania podía atrincherarse tras una defensa con tres centrales ante los problemas que tiene para evitar que le marquen goles. Nada de nada. Este dibujo es -salvo sorpresa- el que más descartado tiene el asturiano. Hasta la fecha, salvo en algún lance muy puntual, nunca ha planteado un partido desde el inicio con este sistema. Ayer ni tan siquiera se intuyó algo así. Si apostase por algo similar debería darle un gran protagonismo a los laterales y probablemente no le encajarían los tres futbolistas que no quiere que falten nunca: Yoda, Lombardo y Cejudo. A Ania se le vio tranquilo, intenso como suele ser, pero tranquilo. Como si quisiese parapetarse contra la ansiedad tras una imagen aparente de normalidad para con ello evitarles más presión añadida a los futbolistas.
Álvaro Cejudo es de los que más experiencia en la élite tiene del equipo. Sabe lo que es luchar por la parte alta de la clasificación y aunque menos, por evitar el descenso. Por eso quizás ayer restase importancia y evitara el dramatismo. «¿Ansiedad? Ahora mismo no es el caso. Distinto sería en la jornada 38 en la que ganas o vas al hoyo. El Dépor estaba parecido a nosotros y fue justo el empate». El cordobés se afanó en mandar un mensaje optimista. «Este equipo tiene condiciones para sacar los partidos. No se ve un equipo a la deriva, con mala sensación. Sí es cierto que nos cuesta ganar». Cejudo añadió que «el otro día parecía que estaba cerca. Ójala sea esta semana. Hay mucha igualdad, pero también es muy difícil ganarnos».
El futbolista, que cuando aparece marca la diferencia y del que su equipo sale mal parado cuando se muestra intermitente, dio por bueno el empate ante el Dépor. «El otro día daba igual lo que hiciéramos. Cuando un equipo va con esa inercia... En Tenerife, a la contra, si dura tres minutos más ganamos el partido. No piensas en lo que pasó antes. Ellos estaban en esa posición y con el agua al cuello dieron un paso adelante». Cejudo se expresó en los mismo términos que Ania tras el partido ante los gallegos. «Desde dentro no sabría qué decir qué fue lo que no pasó. El otro equipo también juega; en la primera parte fueron ellos los que no acertaron. A raíz del gol de ellos dimos un arreón, pero no pudimos. Ya digo que fue hasta positivo sacar un empate».
Insistió en tomar conciencia de lo que será la temporada y en lo importante que serán algunas variantes como el público, al afición, el ambiente... «Hay que ser inteligentes, tanto la afición como nosotros. Venimos de un ascenso y no es fácil con el presupuesto que maneja el club. Ojalá que a falta de cinco o seis jornadas las podamos jugar tranquilamente, pero hay que estar preparado para que no sea así. No se trata de buscar un culpable. A dos puntos hay cinco equipos ahora mismo». Elogió el apoyo incondicional de la grada de El Sardinero que «con el empate la gente se vino arriba. Ves que te animan e intentas ir. No podemos tener una queja del público». Finalmente, con respecto a cómo se debe afrontar el partido en Alcorcón, Cejudo lo dejó claro. «No se trata de ser el equipo de Huesca, tenemos que ir más allá. No nos vale el ir a por el 1 a 0 o el 0 a 1 porque nos pueden empatar. Hay que ser ambiciosos», sentenció.
Ayer volvió a destacar con el pie Luca Zidane, que sale reforzado siempre de estos ensayos con el campo reducido. El portero maneja esta disciplina de tal manera que demuestra porqué el Racing lo busca en numerosas ocasiones para salir de presión. Por contra, Iván Crespo no tiene ese don. Es más portero que jugador. Con el riesgo que conlleva descifrar lo que Ania prepara cada semana, en Alcorcón no habrá cambios en defensa: Buñuel -el que más entonado estuvo ayer-, Olaortua, Figueras y Moi jugarán juntos. Kitoko y Mario Ortiz volverán a juntarse en el centro del campo. Yoda, Cejudo y Lombardo se repartirán la línea de tres y Nuha, nuevamente ocupará la punta de lanza. La posibilidad de que el equipo inicie el partido en Alcorcón como lo terminó ante el Dépor el pasado sábado es la otra alternativa. Si Mario, Ortiz, Kitoko y Sergio Ruiz forman un trivote, entonces Lombardo o Cejudo, uno de ellos se iría al banquillo. Que sea Yoda el que se siente parece más complicado, lo mismo que Barral o Dani Rodríguez quiten el puesto a un Nuha que hace siete partidos que no marca. Sorprendería, pero en algún momento tiene que llegar, que Jon Ander fuese titular y con ello volviera siete meses después de caer lesionado. Al vasco se le vio ayer como si el calvario que le ha tocado sufrir estuviera más que olvidado.
Ania salió del campo de los últimos, como siempre. Chuti Molina no bajó al verde y abandonó la grada por dentro del edificio. Como casi siempre. No se les vio hablar -al menos en público-, como suele ser habitual. Los futbolistas hicieron las bromas que hicieron falta. Como un día normal. Reina en el ambiente esa necesidad de aparente normalidad para restar ansiedad. Como siempre. Todo casi casi igual.
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