Vuelta a empezar

Con las bajas de Cedric, Pablo Torre y Eneko Satrústegui confirmadas, la pizarra de Romo estaba tiesa, por lo que las entradas de Soko y Medina alivian un tanto la incertidumbre. Las características tan explosivas del camerunés invitan a ser cautos, no vaya a ser peor la prisa que los remedios, mientras que lo del lateral vasco es casi un hecho después de cuatro partidos en el dique seco.

Los antecedentes permiten pensar que aquellos espectadores que entre que echan la persiana en sus negocios o le dicen adiós al jefe llegarán tarde a El Sardinero no se perderán gran cosa. Los primeros compases de los partidos últimamente suelen estar de más. Son el mismo repetido. Aunque en esto del fútbol... Romo necesita que vuelva a salir cara cuanto antes. En León, su forma de encarar los duelos, la misma que había colocado al Racing líder de la categoría -con otros tres equipos- salió cruz. Planteó el mismo partido, pero se encontró con un gol cuando más duele, en el minuto 45, y con un golazo en contra para aplaudir. Con esos borrones en la partitura era normal que desafinase la orquesta. Chirrió más que otra cosa. Pero en realidad, el Racing no hizo nada peor ni nada mejor que en ocasiones anteriores, tan solo que en el Reino de León esa servidumbre atrevida de madurar el partido hasta lograr tener la mejor ocasión no salió como de costumbre.

Aquello podría servir de toque de atención, pero es pronto como para prever un cambio radical. De hecho, aquella derrota, ya lo dijo Romo, fue «de las que son fáciles digerir». El míster vino a decir que se era muy consciente de lo que se había hecho mal y entonces, con hacerlo bien, solucionado. A otra cosa.

El Racing hoy recibe a un equipo en horas bajas. No gana desde hace más de mes y medio, pero tampoco la Cultural Leonesa carburaba. Lo de hacer planes en esta categoría es como ir de vacaciones a Galicia. Lo mismo no sales del hotel. En realidad no importa mucho quién sea el rival y sí cuál será la versión de un Racing que anda a tientas en busca de esa estabilidad que propicia buenas dinámicas, excelentes sensaciones y credibilidad. En los Campos de Sport, el equipo de Guille Romo ha estado certero: cuatro victorias y un empate, este, ante el Dépor, con lo que supone de estima.

Resulta significativo que ninguna de las tardes salió reforzado del todo, ni siquiera cuando le ganó al Talavera 5 a 1. Quizás pueda tener razón el míster cuando tilda de «exigentes» a los que no acaban de disfrutar con lo que pasa. Puede ser. En cualquier caso, el partido de hoy tiene un componente añadido, puesto que el Racing lo debe ganar -como todos- y Guille Romo no puede contar con alguna de las piezas de su guarda pretoriana. Así las cosas, a Miquel Parera, que desde la jornada 7 es el dueño de la portería, él custodiará una defensa con cambios obligados. El míster prepara dos laterales nuevos, Unai Medina, que regresa en la derecha, e Isma López, que lo hará en la izquierda. El primero regresa después de superar una lesión y el segundo, como sustituto de Satrústegui, sancionado. En el centro, Pol Moreno -único jugador que ha disputado todos los minutos de Liga- y Pablo Bobadilla tratarán de estar a la altura y hacer olvidar los fallos puntuales, pero decisivos que se cometieron en León.

Hasta aquí, no hay muchas dudas. Casi por inercia se le hace la alineación a Romo. Sin embargo, para el resto del equipo existen infinidad de posibilidades. La primera, que Íñigo Sainz-Maza y Borja Domínguez repitan -la más factible- y la segunda, que la tendencia del entrenador de confiar en Fausto Tienza pueda abrirle las puertas al extremeño.

Todo puede ser posible. Sobre todo porque necesita hacer encajar las piezas siguientes, las que tienen la difícil misión de paliar las ausencias de Cedric y Pablo Torre. En principio, si Patrick Soko juega de inicio, Manu Justo podría volver a la mediapunta, con Álvaro Bustos en la izquierda. Si el camerunés no está para entrar, Romo medita colocar de nuevo a Manu Justo en la banda derecha -sería la cuarta vez en la que el asturiano juega en un sitio en el que aún no ha dado una nota- y vestir de mediapunta o bien a Borja Domínguez o bien dar entrada a Sergio Marcos. Ambos pueden jugar en esa posición de enganche, en la que se necesita buen manejo de balón y sin ser ninguno de ellos un especialista, tampoco sería nada nuevo.

Y en la delantera, por eliminación: Jack Harper. El malagueño no llegó al Racing con el carné de '9', pero tampoco se tiene claro a día de hoy en qué posición se siente cómodo. ¿Será la hora de Harper? En Irún más que la hora fue el instante; salió y a los doce segundos marcó el gol de la victoria. Bingo. Hoy no hay más. Jugará, sí o sí, salvo que Romo tome una decisión inesperada. Tendrá su oportunidad de hacerse un hueco en un equipo al que le urge tener fondo de armario para un viaje tan largo como el que se avecina.

Es evidente que se trata de un examen en toda regla, más que por la necesidad de ganar, por la demostración de que este equipo no sólo tiene la imaginación de Pablo Torre y la eficacia de Cedric. El resto de jugadores necesita reivindicarse tanto como el equipo, tras el pinchazo de León, y hasta su entrenador para seguir ganando adeptos.