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«Me hubiera gustado quedarme en el Racing. Me sentía como en casa, pero la oferta no la podía rechazar». A Karim Yoda no le dio tiempo este jueves a despedirse de sus compañeros, lo tuvo que hacer con un mensaje de whatsapp ... en el chat del equipo. Su traspaso del Racing al Al Hazem de Arabia Saudí fue tan repentino –pese que se llevaba gestando alrededor de tres semanas– que este jueves a primera hora voló a Madrid para desde allí tomar un avión hasta la ciudad saudí de Ar Rass. Su nuevos jefes tenían prisa, «quieren que juegue este viernes ya en la Liga», le reconocía a El Diario este jueves, mientras embarcaba en el aeropuerto Adolfo Suárez rumbo a su nuevo destino. Yoda se ha comprometido dos años y medio con su nuevo equipo tras cerrarse una operación que para él tiene sus pros y sus contras. «Estoy contento por el salario y la oportunidad que se me presenta, pero lo siento por el Racing; tengo una sensación agridulce porque me hubiera gustado quedarme en Santander».
El interés del Al Hazem por el futbolista francés surgió como consecuencia del conocimiento del actual entrenador, Damiel Isaila, que coincidió con Yoda en el equipo rumano del Astra Giurgiu, hace seis temporadas. Los dirigentes árabes acudieron al Racing con la intención de fichar al futbolista, pero su primera intención fue la de pagar la clásusula del goleador –un millón de euros– en plazos anuales. El club santanderino se negó en un primer momento aludiendo como condición que el pago se hiciera este año. Finalmente se cerró un acuerdo con el pago en dos cuotas y ambas en 2020.
A través de estás líneas, Yoda quiso mandar un mensaje de despedida a la afición. «Estoy muy agradecido del cariño que me han dado. Muy orgulloso de jugar en el Racing y espero que logre la salvación y que nos podamos volver a ver». El francés comienza así su quinta aventura futbolística, después de haber jugado en Suiza –donde se formó–, Rumanía, Ucrania y España, donde reconoce «he vivido la mejor experiencia porque el fútbol español es el mejor». Además, en sus apenas cuatro meses en el Racing, el aún máximo goleador verdiblanco admite haber vivido su «mejor etapa como futbolista».
Con Yoda fuera, el escenario racinguista es totalmente distinto. El primero al que le afecta la salida del francés es a Cristóbal Parralo, que después de refirse hace una semana a la posible venta del francés como «destrozar el equipo», este jueves se tuvo que tragar lo que piensa. «Ya veremos... Espero que pueda llegar alguien que nos ayude. No puedo pensar más que en los que están», confesó. No quiso aportar muchos detalles más, al margen de ser muy lacónico con la noticia. «Me llamaron el miércoles y me dijeron que habían pagado su cláusula». Es evidente que el técnico se queda sin el que hasta ahora había sido el jugador con mayor rendimiento de la plantilla a cambio de la posibilidad –esa es la opción más probable– de reforzarse con el dinero que el club ingresará por el francés.
Cristóbal volvió a remitir a la prensa a Chuti Molina cuando se le preguntó por esos refuerzos que podrían llegar. «No soy la persona adecuada. Yo he dado mi opinión de lo que le hace falta al equipo, pero no ahora, hace ya tiempo. Soy el primer interesado en sacar esto, pero no soy el que marca los tiempos», añadió. Con su habitual educación, pero con una mezcla de resignación e incredulidad, el entrenador no añadió más, aunque sí que reconoció que «este año nos están pasando muchas cosas». Y es que después de quedarse sin su mejor jugador se enteró de que el fichaje que le trajeron para sustituirle, Papu, se había lesionado para un mes. Difícil de creer.
Una vez que el Racing se ha asegurado el ingreso de un millón de euros –por la cláusula de Yoda– dentro de este año en curso, Chuti Molina amplia sus posibilidades para reforzar la plantilla. De poder contar con apenas 90.000 euros el pasado miércoles por la mañana, a manejar en la actualidad más de 800.000 euros. No podrá utilizar todo el dinero que ingrese el Al Hazem porque en el límite salarial ya estaba contabilizada una partida por venta de jugadores de alrededor de 500.000 euros que ahora se dobla con el traspaso de Yoda. La cantidad con la que Chuti Molina podrá acudir al mercado se completa con los picos que el club se ahorra al no tener que abonar la ficha del francés hasta final de temporada, al igual que con Óscar Gil –cedido al Atlético Baleares–, Nuha –que ahorró al Racing su parte de la nómina, además de una pequeña cantidad por traspaso– así como la parte de los honorarios de Berto Cayarga que cerrará este viernes su marcha al Cartagena.
Con todo ello, la dirección deportiva tratará de fichar a un delantero, un centrocampista y un central, las carencias fundamentales de su plantilla descompensada. Quedan por delante siete días.
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Sergio Herrero
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