Nadal logra su ansiada décima en Montecarlo

La sonrisa del campeón, al levantar los brazos bajo el cielo monegasco, es la sonrisa de todo un país, que ve en el manacorense el reflejo del mayor campeón de su historia. Ante una pista Rainiero III llena y entregada, Rafa volvió a vencer a un español en la final de su torneo predilecto, al menos en el número de entorchados. Como ya le pasó a Verdasco en 2010 y a Ferrer en 2011, Nadal fue una muralla infranqueable, un mar imposible de cruzar, que se vuelve más temible aún cuando su derecha suelta fuego.

A Rafa le hizo falta un primer set excelso para derretir los ánimos del tenista que mejor semana había jugado. Una derecha paralela, su golpe más temible cuando está caliente, un saque potente y ese revés que actúa como segunda derecha. Todo combinado para que Rafa rompiese dos veces el saque de Ramos y cerrase con su servicio una manga capaz de desesperar a cualquiera.

Ni los aplausos de un público que supo reconocer la espectacular semana del catalán, que venció a Andy Murray y Marin Cilic, consiguieron que Albert alcanzase el nivel de Rafa, pero claro, pocos podrían siquiera acercarse a él. La comunión de Rafa Nadal con la tierra batida es comparable a pocas cosas, y es nada dentro de una pista de tenis tiene la música de su derecha aterrizando sobre la línea de fondo. Nadal rompió en el quinto juego y tras recibir Ramos atención médica, volvió a quebrar el saque del catalán, con una doble falta, que recordó a la que Novak Djokovic cometió para entregar a Rafa su noveno Roland Garros, para conquistar su décimo Montecarlo y volver al top 5 de la ATP. Una gloria que no debe empequeñecer a Albert Ramos, que tras la mejor semana de su vida estrenará ranking histórico (18) y siempre podrá contar, que vivió lo más cerca posible la increíble historia del mejor tenista sobre polvo de ladrillo.

Esta victoria, el título número 70 de su carrera, sitúa a Nadal por encima de un récord que él mismo ya poseía, el de tenista con más títulos en un mismo torneo. Los diez entorchados en Montecarlo superan los nueve en Barcelona o Roland Garros, pero estas líneas pueden quedarse anticuadas en las próximas fechas, ya que este triunfo dará deja a Nadal como favorito indiscutible para conseguir el décimo Conde de Godó y soñar con el décimo trofeo en París. Además, Rafa rompe la mítica y siempre creciente rivalidad con Guillermo Vilas y se convierte en el tenista con más títulos en tierra batida, con 50, por los 49 del argentino. Muy por detrás quedan el austriaco Tomas Muster con 40 trofeos y Bjorn Borg con 30. Es 2017 y Nadal continúa ganando finales en tierra batida, un sueño del que parece que los aficionados al tenis nunca se despertarán.