El pragmatismo de Nadal le mete en cuartos de final

Dos estilos muy diferentes sobre la pista dieron lugar a dos actitudes completamente distintas. Nadal salió a comerse el partido y Kyrgios a verlas venir. Sin movilidad, sin actitud y sin ganas se presentó Kyrgios ante una Manolo Santana que rozó el lleno. Con aparentes molestias físicas -requirió médico en su debut-, el australiano hizo gala de un gran servicio esporádicamente, con hasta golpes de 225 kilómetros por hora, pero poco más.

Cedió su saque en el cuarto juego y, aunque salvó dos bolas de set en contra en el séptimo juego, acabó por entregar la primera manga sobre el saque de Rafa. Suficiente pareció pensar Nick. El segundo set fue poco más que un entrenamiento para Nadal. Volvió a la arcilla con la moral comida sobre el australiano y no hubo más lucha. Las continuas subidas a la red y dejadas de Kyrgios fueron contrarrestadas por ovacionados passings.

Nadal levantó a los espectadores de la grada con algún golpe espectacular, pero finalmente estos se cansaron y dedicaron silbidos y abucheos a Kyrgios por el pobre espectáculo que ofreció. En rueda de prensa Kyrgios aclaró que la reciente muerte de su abuelo no le permitió preparar de manera correcta este torneo, aunque manifestó que Rafa jugó muy bien. No entrené durante una semana y media antes de este torneo. La verdad es que no esperaba jugar bien aquí, subrayó Kyrgios.

Nadal supo no entrar en la desidia de Kyrgios y con un juego práctico se coló en los cuartos de final de Madrid. La victoria 377 sobre tierra batida para él y la duodécima consecutiva este año le llevan a enfrentarse por un puesto en semifinales al belga David Goffin, a quien ya derrotó hace unas semanas en Montecarlo. Creo que aún tengo margen para hacerlo mejor contra Goffin, será un día para dar el 100 %, explicó Rafa.