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Apenas tiene unos minutos para hablar. Y eso mientras sigue haciendo mil cosas. Se diría que al día de Diego Botín (Santander, 1993) le faltan unas cuantas horas. Hay que poner el 49er a punto para que ese barco en el que navegan él ... y su ya alter ego Iago López, enseñe la popa a los demás desde este martes en la 'Santander Test Event Trofeo Autoridad Portuaria'. Pero ese ajetreo físico y mental no resta ni un ápice a su buen humor y su optimismo. Porque está convencido de que él y Iago han hecho la mejor preparación posible para lo que ya está cerca en el horizonte, los Juegos Olímpicos de Tokio. Santander será casi la última piedra de toque, la última oportunidad de medirse con los demás. Entre ellos, los neozelandeses Peter Burling y Blair Tuke. Los campeones de todo y siempre favoritos. Pero que no se confíen. Hace tiempo que un santanderino de mente rapidísima se fijó una meta, el ser junto a su amigo gallego los mejores del mundo. Y en el último Mundial, sólo los neozelandeses fueron mejores que Diego y Iago.
–¿Cómo va el año?
–Muy bien. Con muchos entrenamientos, aunque pocas regatas. Pero nos ha venido bien para hacer cosas que de otra forma, no hubiésemos hecho. Hemos trabajado mucho en la técnica y en la velocidad del barco.
–¿Dónde han estado entrenando?
–Hemos pasado el invierno en Lanzarote. Ha sido todo un descubrimiento, porque no sabíamos que fuese un sitio tan bueno. Las condiciones son brutales para entrenar. Además, hemos estado con los compañeros alemanes con los que ya llevamos tres años compartiendo entrenamientos.
–Es un año en el que no hay grandes competiciones, debido a la pandemia, hasta los Juegos de Tokio...
–Hemos tenido un campeonato allí en Lanzarote, en el que se ha repartido la plaza europea que quedaba para clasificarse para los Juegos, y que se la ha quedado Irlanda. Y luego, intentamos organizar nosotros 'regatas', con los equipos de otros países. Y ahora llega esta, en Santander, con equipos de mucho nivel. Se van haciendo estas cositas para intentar simular las condiciones de las regatas.
–Este Santander Test Event Trofeo Autoridad Portuaria, ¿estaba previsto o ha surgido hace poco?
–Ha surgido hace poco, cosa de un mes. Todo el mundo está en 'stand by' y mucha gente ha decidido venir a Santander a entrenar.
–Le hará ilusión, porque en 49er ha competido muy poco en casa...
–Sí, exacto. Estar en casa, con tu gente, compartirlo con los de aquí, sí que me hace mucha ilusión. Y en 49er sólo he competido aquí en el Mundial de Clases Olímpicas de 2014 y en la prueba de la Copa del Mundo que se celebró en 2017.
–En esta regata están los neozelandeses Peter Burling y Blair Tuke. Ya se vieron las caras en aquel Mundial de 2014, que ganaron, y en el que usted era demasiado joven por entonces. Esta regata será muy diferente...
–Será muy distinto a aquella vez. Está claro que nuestro nivel es bastante más alto. Lo daremos todo para ganar, obviamente, pero también es una regata que se usa para poner en práctica cosas. El objetivo es llegar lo más preparado posible a Tokio. Medirnos ante ellos, sí, pero sin volverse locos. Aunque es importante coger confianza, porque hay tan pocas regatas de cara a los Juegos... Es importante saber qué estás haciendo y por qué y que no te influya en la confianza.
–Seguro que usted piensa que se les puede ganar.
–(rotundo). A todo el mundo se le puede ganar. Nadie es invencible. Nadie lo es.
–¿Y qué hay que hacer para ganarles?
–(risas) Muchísimas cosas bien. Si flaqueas en un punto, te pillan. Hay que salir rápido y bien, tomar buenas decisiones, navegar con consistencia, y que ellos fallen.
–¿Qué hacen Burling y Tuke que no hagan los demás, qué les convierte en los campeones que son?
–Tienen todo un punto más que el resto. Más velocidad, más control del barco, de maniobra, de conocimientos meteorológicos –saben mejor dónde va a soplar el viento–... Nosotros hemos estado trabajando en todo eso. En esa constante búsqueda de la perfección a la que no se llega nunca (más risas).
–¿Regatear en Santander es una ventaja sobre sus rivales?
–Yo creo que sí, que puede ser una pequeña ventaja. Pero el resto de equipos sabe muy bien cómo aprender de los sitios y adaptarse lo más rápido posible. Influyen muchos otros ámbitos. Pero un poquito de ventaja, sí. El apoyo de los tuyos... Te despiertas con la sensación de que hay que ir un poco más rápido.
–¿En qué se parecen las condiciones de Santander a las de Enoshima, donde se desarrollarán las regatas en Tokio?
–Santander tiene una variedad de condiciones brutal. Fuera de la bahía, con olas y mar de fondo, las condiciones son similares a las de Enoshima. Se parecen en la ola y en el viento que viene de fuera.
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–¿Cómo cree que llegarán a los Juegos en cuanto a preparación?
–Creo que la preparación está siendo muy buena. Yo estoy muy contento por cómo ha ido el año, no cambiaría mucho en cuanto a la preparación y la planificación. Creo que ha sido bueno para nosotros el tener un año más. El trabajo ya está hecho y ahora, a llegar lo mejor preparados posible. Nos queda por ver cómo llegará el resto.
–Además de prepararse para los Juegos, Iago y usted compiten en la SailGP, esos barcos que vuelan más que navegan ¿Va por ahí el futuro de la vela?
–Yo creo que sí. El SailGP es un circuito que cumple muchos requisitos para que la vela, un deporte súper difícil de retransmitir, se acerque más al público. Pero eso no quita para que la vela olímpica también sea el futuro. Tienes que hacer vela olímpica para poder regatear en otras cosas. Al final, a unos Juegos es donde mejor preparada llega la gente. Siempre van a ser la cúspide. Pero estos circuitos, como la SailGP, serán el futuro. Pueden llegar muy lejos.
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