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Apenas media docena de personas compone la directiva del Textil Santanderina. El flamante campeón de la Copa del Príncipe. Organizar un sarao de tres días de voley sobrepasaba toda su capacidad -aunque es mucha- de esfuerzo. «Pusimos un anuncio en las redes sociales pidiendo voluntarios para que nos ayudasen en esa Copa del Príncipe», relata José Manuel Alonso, secretario del club. «Al llegar al pabellón me encontré a una treintena de personas que me decía: 'Dime qué hago».
El Día de Cantabria, Los 10.000 del Soplao, un equipo que ha estado y ahora bordea la élite del voley español... La clave de tanto éxito en un municipio tan pequeño, apunta Alonso, es «la mentalidad que hay en Cabezón de la Sal de hacer trabajo desinteresado». Miguel Ángel González, al que todos apodan 'Lete' y es uno de los más estrechos colaboradores de la directiva, lo resume con un punto de emoción. «Lo hacemos porque estamos orgullosos de ser de Cabezón».
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Todo ese trabajo desinteresado y sin límites es lo que ayuda a entender cómo un club que ronda los 200.000 euros de presupuesto se pega con Ibiza, Tarragona, Leganés... El apoyo de Textil Santanderina, ininterrumpido desde hace medio siglo en un caso que a buen seguro será único en el deporte español, es el principal soporte. «A veces hace hasta de 'banco', hasta que nos llega el dinero de una subvención», admite con un agradecimiento inmenso Alonso, directivo desde hace tres décadas y durante 15 años presidente. Ese presupuesto, al que echa una mano en la medida de sus posibilidades el consistorio de Cabezón, no permite casi ningún dispendio. «El jugador que más cobra está sobre los 800 euros al mes», afirma. Eso sí. No les falta de nada. La antigua casa de los maestros en Ontoria y un piso en La Cabroja sirve de vivienda para los jugadores. Los extranjeros, en este caso los argentinos Javier Vega y Luis Brunaccio y el venezolano Juan Miguel 'Pantera' Vasquez, son los que se suelen dedicar en exclusiva al voley. «Aunque en principio toda la plantilla viene con dedicación exclusiva», indica Alonso. «Todo el mundo está al día», añade 'Lete'. Pero luego van surgiendo trabajos que en algunos casos, como el del capitán Fran Calzón, acaban con una vida ya montada como un cabezonense más desde hace muchos años. En la plantilla del Textil también hay mucho joven que se dedica a sus estudios. Pero aunque la cantera del Textil ha crecido exponencialmente y ahora cuenta con 110 niños, en la plantilla «solo hay un oriundo de Cabezón, Víctor Rubín», comenta Alonso. «Somos un equipo escaparate y los jugadores buenos que han salido de Cabezón están fuera».
Uno de los apoyos que tiene el Textil es en especie. Así, varios restaurantes de la zona -Mesón Paraíso, Bar Avenida, El Portalón. Bar El Saja, Hotel Valle de Cabezón y Restaurante El Bracho- ofrecen comida durante todo el año para que la manutención de la plantilla sea completa. Se cobrará poco, pero que al menos, no gasten más que lo imprescindible. En otros apartados, también recibe facilidades. «El Ayuntamiento de Mazcuerras nos paga la retransmisión por streaming de todo el año y nos deja del pabellón de Ibio. Y el de Valdáliga nos da algo de dinero», añade el secretario del club.
José Manuel Alonso, Domingo Cossío, Miguel Posadas, Felipe Merino y Demelsa Sánchez componen una directiva que preside Javier Maestegui «desde el mes de junio», en su primera incursión como directivo del equipo de su pueblo. Junto a ellos colaboradores como 'Lete' y su esposa, Asun Bedoya, que se ocupa de las cuentas del club. Aunque hay tareas asignadas, en realidad hay que hacer de todo. «Yo, lo mismo pongo una valla que estoy en la puerta vendiendo entradas», afirma Maestegui, hijo del alma mater de Los 10.000 del Soplao, Chuchi Maestegui. En esta Copa del Príncipe, en el primer partido José Manuel Alonso estuvo de recogepelotas. Obviamente, en la directiva nadie cobra un euro y en los viajes se paga su propia comida, además de hacer los bocadillos para los jugadores para el regreso.
Y todo, aderezado con varias máximas. «Se valora al fichar jugadores que, ante todo, sean buenas personas», indica 'Lete'. De que se sientan cómodos ya se encargan en Cabezón, como cuando Vega y Vasquez, lejos de sus casas, «comieron y cenaron en las fiestas navideñas con Javi y Chuchi Maestegui», comenta Miguel Ángel González.
El buen ambiente, el trabajo desinteresado de muchos y la calidad de plantilla y cuerpo técnico permiten que club de un pequeño municipio cántabro con un presupuesto mucho más que modesto, gane títulos a nivel nacional y haya estado varias temporadas en Superliga, la máxima categoría. «El orgullo de ser de Cabezón», presume 'Lete'. Que da para mucho.
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Ana del Castillo
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