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Fernando J. Pérez
Lunes, 3 de abril 2023, 15:04
La imagen que el común de los mortales tiene de una persona que ha ascendido una quincena de ochomiles, dos de ellos en pleno invierno, enfrentándose a temperaturas que hielan el aliento, paredes de hielo y nieve y vientos huracanados, es la de un ser ... duro en lo mental y curtido en lo físico. Con una fortaleza casi sobrenatural. Pero en el caso de Alex Txikon, esa percepción se derrumba inmediatamente. El alpinista vizcaíno es una persona cercana, que disfruta con el contacto con la gente.
En un reciente acto en Bilbao, Alex saludó uno a uno personalmente a todos los presentes, se sentó a horcajadas en la silla y habló de la importancia que tienen las marchas populares para iniciar en la montaña a los más jóvenes y mantener viva la afición en los no tan jóvenes. «La gente nos ve a los ochomilistas como personas casi con superpoderes, pero somos como ellos y creo que no exagero si digo que todos nosotros nos acercamos en su día a la montaña de la misma forma, de la mano de nuestros padres o hermanos mayores, participando en marchas populares... Luego, cada uno cogemos nuestro camino. Unos siguen haciendo montaña cerca de casa, otros empiezan a correr por ella y algunos miramos más allá para intentar subir las montañas más altas del mundo. Pero todos empezamos igual. Los paseos familiares que de pequeños hacemos por el monte son la esencia del montañismo, la semilla a partir de la cual luego surgen los alpinistas, escaladores o corremontes del futuro», explica Txikon.
Alex incide en un tema importante a la hora de ir al monte con los más pequeños. «Para ellos tiene que ser un juego. Tienen que ir a divertirse, no a sufrir. Eso ya les tocará más adelante si deciden segir el camino del montañismo o el alpinismo». Y lo ilustra con su experiencia personal. «Cuando era pequeño –Alex es el menor de 13 hermanos– eran mis hermanos mayores los que me llevaban al monte. Pero iban a su ritmo y yo les seguia a duras penas con la lengua fuera. Eran otros tiempos y hacías eso o te quedabas en casa», recuerda.
Hoy, que tiene un hijo de poco más de tres años, sabe que el día que le lleve por su propio pie al monte, «los ritmos serán los que marque el pequeño, quiero que sea un juego para él y que disfrute desde el primer momento».
Las recomendaciones del alpinista tuvieron lugar en la presentación de la Bilbao Mendi Trail, que tendrá lugar el próximo 23 de abril y en la que tiene previsto participar, según aseguró en una charla en el Aula de El Correo.
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