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Lidia Huayllas y Elena Quispe con sus polleras y sombreros, ayer en Madrid.

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Lidia Huayllas y Elena Quispe con sus polleras y sombreros, ayer en Madrid. J. R. LADRA

Cinco cholitas en el Aconcagua

Estas mujeres aymaras hicieron cumbre sin quitarse sus tradicionales polleras. «Allí te sientes lejos de las penas»

Lunes, 9 de marzo 2020, 19:12

El sueño era coronar la cumbre del Aconcagua para flamear la pollera, dice Elena Quispe, una mujer aymara de 24 años, vecina de La Paz, que sólo viste de la forma tradicional de las vecinas de esta ciudad a 3.650 metros de altitud. Hace ... cinco años Elena aceptó la invitación de una amiga, Lidia Huayllas, que le dobla la edad para escalar el Huayna Potosí, de 6.090 metros de altura. «No quería hacerlo solita», recuerda Lidia, ama de casa y madre, cuyo marido se gana la vida como guía de escalada. «Él y yo tuvimos la idea loca de que yo subiera. Yo quería, pero no teníamos las botas ni el equipo, que son caros. Cuando tuvimos la oportunidad, yo estaba muy animada y le dije a mis amigas». Poco a poco se apuntaron once mujeres y todas iban con sus tradicionales polleras, ese vestido abombado con blusas coloridas y sombrero de hongo y ala corta. Después de coronar la cima, formaron un club de excursión, ahora conocido como las «cholitas escaladoras», que reunía experiencia con retos cercanos a la capital boliviana. Sin embargo, ellas miraban siempre la cúspide más alta del hemisferio sur. «Soñar no cuesta nada», afirma Elena, la más joven del grupo y porteadora ocasional de alta montaña.

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