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Un joven excursionista sobrevive 10 días perdido en las montañas comiendo pasta de dientes: «Me sentí aterrorizado». Weibo
Sobrevive 10 días perdido en las montañas de Qinling comiendo pasta de dientes

Sobrevive 10 días perdido en las montañas de Qinling comiendo pasta de dientes

Sun Liang, de 18 años, se perdió en una zona especialmente peligrosa de la cordillera china de Qinling. El equipo de rescate escuchó sus gritos cuando hicieron una fogata para calentarse y el joven, al sentir el olor del humo, comenzó a gritar pidiendo ayuda

J. Herrero

Jueves, 13 de marzo 2025, 14:56

Las montañas, con su imponente majestuosidad, han sido desde siempre un símbolo de desafío y aventura para quienes buscan conquistar sus cumbres. Sin embargo, su belleza también encierra un peligro latente: cambios climáticos impredecibles, terrenos traicioneros y la posibilidad de perderse sin los recursos necesarios para sobrevivir. Es en esos momentos de desesperación cuando el instinto de supervivencia empuja a las personas a hacer lo impensable. Este fue el caso de Sun Liang, un joven excursionista de 18 años que logró mantenerse con vida durante diez días en las gélidas montañas de Qinling, en el noroeste de China, recurriendo al agua de los ríos, la nieve derretida y a su tubo de pasta de dientes.

Según informó el medio chino Jimu News, el pasado 8 de febrero Sun emprendió en solitario una ruta de senderismo a través de la cordillera de Qinling, una de las más prominentes del país. Esta zona, caracterizada por su altitud media de 2.500 metros y su gran biodiversidad, atrae a excursionistas en busca de retos extremos. Cuando llevaba dos días de ruta, su familia perdió contacto con él cuando sus dispositivos electrónicos se quedaron sin batería. A partir de ese momento, el joven quedó completamente aislado en un entorno hostil.

Desorientado y sin posibilidad de comunicarse, Sun decidió caminar río abajo siguiendo un arroyo en un intento por encontrar ayuda. Sin embargo, la travesía resultó más dura de lo que imaginaba y, en el camino, sufrió varias caídas. La más aparatosa ocurrió el quinto día, cuando cayó desde una gran altura y quedó inconsciente. Al despertar al día siguiente, descubrió que había perdido sus suministros de comida, sus dispositivos y que se había fracturado la muñeca derecha.

Sin refugio y expuesto a temperaturas extremas, tuvo que improvisar un lugar donde resguardarse. Según reveló a los medios, se acomodó detrás de una gran roca, donde construyó una cama con paja seca y hojas para intentar protegerse del viento helado que azotaba la montaña. Además, al no contar con alimentos, tuvo que ingeniárselas para sobrevivir. Para evitar la deshidratación, bebía agua del río y nieve derretida, pero lo más sorprendente fue su decisión de consumir pasta de dientes, pues temía enfermar al ingerir hongos silvestres o musgo de la montaña. Una solución desesperada, pero que le permitió resistir hasta que los agentes le encontraron días después.

El equipo de rescate, movilizado por la familia del joven, se adentró en las montañas en su búsqueda. Sun, al percibir el olor del humo de una fogata encendida por los rescatistas, comenzó a gritar pidiendo ayuda. Sus gritos fueron escuchados, y finalmente fue localizado y trasladado a un hospital para recibir atención médica.

Imágenes compartidas por Sun Liang.

Una ruta mortal

La ruta que Sun había elegido, conocida como la línea Ao-Tai, es considerada una de las cinco más peligrosas de China. Con 170 kilómetros de extensión, une la montaña Ao con la montaña Taibai y se caracteriza por su clima impredecible y su terreno extremadamente difícil.

En las últimas dos décadas, más de 50 personas han desaparecido o fallecido intentando recorrerla. De hecho, en 2018, las autoridades prohibieron el acceso a esta ruta y advirtieron que quienes la transitaran podrían enfrentarse a sanciones administrativas.

Sun, que en el último año había desarrollado una gran pasión por el senderismo y había escalado tres famosas montañas nevadas en China, desconocía la prohibición de la ruta Ao-Tai. Su motivación, según explicó, era simplemente «aceptar el desafío». Sin embargo, la experiencia que vivió lo llevó a reflexionar sobre los riesgos de aventurarse en zonas peligrosas sin la preparación adecuada. «Me sentí aterrorizado después del incidente», escribió en redes sociales tras su rescate.

«Esta zona no es apta para hacer senderismo en absoluto. El viento era tan fuerte que apenas podía mantener el equilibrio, incluso con dos bastones de alpinismo como apoyo. La nieve era tan densa que apenas podía abrir los ojos. En resumen, recorrer esta ruta es extremadamente difícil. Además, no hay vistas pintorescas. El clima cambia abruptamente. Insto a todos los alpinistas que estén pensando en abordar la línea Ao-Tai: no vayan en absoluto, ya que la vida es invaluable», señaló, recordando a sus seguidores que, aunque las montañas pueden representar un reto apasionante, también pueden convertirse en trampas mortales para quienes las subestiman.

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