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La estación cántabra de Alto Campoo acogerá este fin de semana la II Copa de Esquí Alpino para personas ciegas o con baja visión, organizada por la Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC) y en la que participarán 30 parejas de deportistas de Andalucía, Cataluña, Aragón, País Vasco, Madrid, Valencia y Cantabria.
Serán dos días de competición en los que se disputará una prueba de eslalon el sábado y una prueba de gigante el domingo. Se trata de la segunda cita de la temporada de competiciones, que será clave para definir el ranking de los participantes que asistirán a los Campeonatos de España de Esquí Adaptado 2022 que se celebrarán en Formigal (Huesca) en el mes de abril.
El esquiador ciego o con baja visión no es diferente a otro con la única particularidad de que presenta una discapacidad sensorial y, por ello, debe ir acompañado de un guía, que se convierte en una figura imprescindible. El guía siempre va delante del esquiador con discapacidad visual y suele utilizar un intercomunicador inalámbrico, en el caso de tener resto visual, para que el esquiador siga su voz e instrucciones. Cuando se trata de esquiadores ciegos totales, el guía porta un megáfono a la espalda para que pueda ser seguido por el corredor.
En 2021 el campoenato de España de Esquí Alpino para ciegos se celebró en la estación granadina de Sierra Nevada y la cántabra Celia Gramse, la madrileña Inés Gortázar y el catalán Marc Albors fueron los ganadores en sus respectivas categorías. Gortázar, junto a su guía Alba Villamediana, conquistó el título en categoría absoluta tras vencer con claridad en las dos pruebas de gigante y el slalom femenino. Entre los juveniles destacaron Marc Albors junto a su guía Marc Coll, y la santanderina Celia Gramse, que estuvo acompañada de Pepo Barreiro. Todos ellos también consiguieron la primera plaza en las pruebas programadas en este Campeonato de España de Esquí Alpino.
Al igual que en otros deportes, las personas ciegas (categoría B1), las que tiene bajo resto visual (B2) y aquellas que poseen un gran resto visual (B3) compiten en una misma categoría con la diferencia de que se aplica un coeficiente corrector al tiempo real conseguido, según la categoría.
La competición cuenta con el apoyo de la Consejería de Industria, Turismo, Innovación, Transporte y Comercio, a través de la empresa pública Cantur, poniendo a disposición de la FEDC la estación cántabra y sus instalaciones como sede de la prueba.
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El esquiador ciego o con discapacidad visual grave no es diferente a otro esquiador. La única particularidad es que presenta una discapacidad sensorial y, por ello, debe ir acompañado de un guía, que se convierte en una figura imprescindible.
El guía siempre va delante del esquiador con discapacidad visual y suele utilizar un intercomunicador inalámbrico, en el caso de tener resto visual, para que el esquiador siga su voz e instrucciones. Cuando se trata de esquiadores ciegos totales, el guía porta un megáfono a la espalda, para que pueda ser seguido por el corredor.
Al igual que en otros deportes, las personas ciegas (categoría B1), las que tiene bajo resto visual (B2) y aquellas que poseen un gran resto visual (B3) compiten en una misma categoría con la diferencia de que se aplica un coeficiente corrector al tiempo real conseguido, según la categoría.
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