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De la instalación de un sistema de nieve artificial en Alto Campoo comenzó a hablarse a inicios de los noventa. Pasaron años y décadas sin que se materializara sobre el terreno. En el fondo muy pocos creían en que fuera a convertirse en solución ... al eterno problema de la estación cántabra de esquí, que dependiente de los caprichos del clima, podía cerrar temporadas redondas y otras realmente catastróficas. Así fue hasta enero de 2017, cuando comenzaron a funcionar los cañones para la fabricación de nieve. Han pasado ya seis años de aquella primera vez y el tiempo ha demostrado la rentabilidad de aquella inversión cercana a los once millones. Ahora las temporadas arrancan en noviembre y se prolongan hasta Semana Santa y las cifras de visitantes crecen cada año. Todo un éxito.
Antes de los cañones, todo dependía de la suerte. De que el invierno fuera invierno, de que las precipitaciones quisieran aparecer y de que el viento sur no hiciera de las suyas; pero nada de eso estaba garantizado porque esto es Cantabria.
El gran empujón para la innivación artificial llegó en 2014, cuando el Gobierno del PP presidido por Ignacio Diego adjudicó el proyecto a la UTE Casli-Copsesa, que empezó pronto a trabajar con la idea de que los cañones estuvieran listos para la temporada de 2015; pero cuando la adjudicataria comenzó la construcción junto a Las Hoyas de una balsa de almacenamiento de 80.500 metros cúbicos de agua -un elemento imprescindible de la instalación-, la Confederación Hidrográfica del Ebro dictó una resolución para detener las obras. El bache no se salvó hasta pasado un año, cuando la balsa se trasladó unos metros, lo que desbloqueó la construcción de los cañones, que funcionaron por vez primera el 13 de enero de 2017.
En total, 85 grandes bocas comenzaron a escupir nieve artificial a las cuatro de la tarde de aquel viernes en que la temperatura y la humedad fueron las adecuadas para su puesta en marcha. «Tampoco puede soplar mucho viento, porque de lo contrario la nieve producida caería donde no queremos que caiga», explicaba por aquel entonces el que era director de Cantur, Javier Carrión.
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Marta San Miguel
A finales de aquel año el nuevo proyecto de Brañavieja sumaba un nuevo fichaje, el del catalán Juan Antonio Font como nuevo director de la estación. «Con las nevadas de estos últimos días y las posibilidades que ofrece la nieve artificial, podemos garantizar que estaremos abiertos el próximo uno de diciembre», confirmaba entonces.
Abril 2014 El Gobierno del PP, presidido por Ignacio Diego, adjudica el proyecto de instalación de los cañones de nieve artificial a la UTE Casli-Copsesa por cerca de 11 millones de euros. Se construye una balsa de agua de 80.500 metros en Las Hoyas.
Mayo de 2014 La Confederación Hidrográfica del Cantábrico dicta una resolución que advierte de que no se pude continuar con las obras.
Abril de 2016 Cantur rectifica la construcción de la balsa, que se desplaza alrededor de 50 metros de su localización original. Se continúa con la instalación para fabricar nieve de manera artificial.
Enero de 2017 Los 85 cañones se prueban por vez primera el viernes 13 y se confirma que funcionan a la perfección.
17 de abril de 2022 . La estación echa el cierre a la mejor temporada en cuanto a visitantes de la última década 150.000 personas. Los cañones de nieve se han convertido en garantes de la continuidad del servicio con independencia de los caprichos climáticos.
Se sentaba de aquella manera un nuevo precedente: las temporadas durarían a partir de entonces cerca de cinco meses, de finales noviembre a mediados de abril. Los copos fabricados permitían alargar el servicio y mantener las pistas a punto durante más tiempo. La lógica siempre ha sido conservar la nieve natural; pero también ha habido episodios en que la estación ha fabricado de cero, en cuyo caso podría llenar los siete kilómetros de pistas esquiables con una fina capa de nieve en sólo 50 horas. «La clave es el suelo de césped que tenemos. En otros lugares es rocoso y no se puede hacer; aunque lo idóneo continúa siendo que haya una fina capa de nieve natural», ha aclarado Joan Font en varias ocasiones a lo largo de estos años. De modo que los copos generados con innivación artificial, que son más resistentes al clima porque son más secos y densos, se colocan sobre la capa existente y ayudan a conservarla.
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Los cañones más potentes están en las cotas bajas, en la zona de Calgosa; y arriba, en El Chivo (1.840 metros), Cuchillón (1.900 metros), donde hace más frío, son más ligeros. Lo idóneo para su puesta a punto es que la temperatura sea inferior a -3,5 grados y que la humedad media de la zona ronde el 60%.
Son condiciones que se dan con facilidad en el invierno cántabro; aunque no siempre vienen acompañados de precipitaciones, condición indispensable para que nieve. La temporada de 2021-2022 cerró este pasado domingo con récord de visitas (150.000) y ya nadie duda de que los cañones han sido la clave que ha conducido hasta este éxito.
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