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Contra viento y varillas −las que pusieron en el campanario de Bolmir para evitar que volvieran a formar su nido− tuvieron que luchar esta temporada la pareja de cigüeñas que desde hace tres años cría en lo alto de la iglesia románica de San Cipriano. ... Y una vez más lo han conseguido, trayendo al mundo a dos cigoñinos que todavía no han alzado el vuelo. Toda una hazaña teniendo en cuenta que los orgullosos padres cuando regresaron al pueblo en febrero se encontraron su casa por los suelos, ya que justo por San Blas el Ayuntamiento retiró −a petición del cura y con el preceptivo permiso de la Dirección General de Biodiversidad− el nido por el riesgo existente de desprendimientos de piedras de la espadaña.
En febrero, unos días después de eliminar el nido, el Ayuntamiento para resarcir a las dos aves dispuso una posadera justo en frente de la iglesia, con vistas a su campanario. Pero son animales de costumbres, y tan siquiera valoraron la opción de la mudanza. Por ello, y pese a que se colocaron varias varillas custodiando la cruz que corona el templo para evitar que intentaran asentarse de nuevo en su emplazamiento habitual, haciendo gala de una inquebrantable obstinación, rama a rama, las cigüeñas fueron formando de cero su hogar justo donde estaba el anterior. Y poco a poco ganaron terreno a las varillas hasta que el Consistorio, viendo su ineficacia, optó por retirarlas.
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A las semanas, la cigüeña fue a visitar, valga la redundancia, a la pareja de cigüeñas con dos huevos que eclosionaron a finales de abril, tal y como trasladan los vecinos, que recibieron con alegría la buena nueva dado que llegaron a temer que los contratiempos con los que tuvieron que lidiar terminaran por imposibilitar una puesta fructífera. A estas alturas, los dos cigoñinos siguen cogiendo fuerza en su nido, construido al amparo de la cruz del campanario de San Cipriano, donde también criaron sus padres a sus hermanos y hermanas mayores en temporadas anteriores.
«Esta vez van más tarde porque, claro, tuvieron que empezar a construir el nido de cero y después de lo habitual», dicen los vecinos del pueblo, que no pierden ojo de este proceso de crianza de altos vuelos. Además, en muchos casos destacan que les extraña que llegaran a sacar adelante dos polluelos ante las adversidades. No obstante, expertos consultados por este periódico consideran que «cuando se trata de primerizos sí que suelen hacer el nido la primera vez sin poner huevos, pero en este caso, al ser una pareja experimentada, no es raro que hayan conseguido criar».
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En vistas al revuelo que causó la retirada del nido en San Blas, el alcalde de Campoo de Enmedio, Pedro Manuel Martínez, asegura que no está entre sus intenciones el volver a tocarlo. «No vamos a crear un problema donde no lo hay», apostilla. No obstante, dado lo rápido que transcurrió todo en febrero, no se llegó a poder hacer ningún tipo de actuación para asegurar la españadaña de San Cipriano, que según el párroco presenta un evidente riesgo de desprendimientos al haber algunas piedras sueltas. Eso sí, lo que podemos dar prácticamente por seguro, en vistas a la tenacidad y firme decisión que han demostrado, es que la pareja de cigüeñas volverá la temporada que viene de nuevo a su campanario de Bolmir para sacar adelante una nueva tanda de polluelos. Y lo harán encuentren o no su nido donde lo dejaron.
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