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Las cuevas infinitas del Alto Asón
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El Alto del Tejuelo, en Ruesga, se convierte en el sistema subterráneo de galerías más largo de España, por delante de Mortillano y Gándara, también en esta comarcaLos espeleólogos han vuelto a confirmar que el Alto Asón es una referencia en lo que al mundo subterráneo se refiere. Sus cuevas son las más largas del país, y ocupan los primeros puestos del ranking europeo y mundial. La carrera por sumar metros de galerías arranca en el verano de 2009, cuando la Agrupación Espeleológica Ramaliega (AER) aupaba a esta comarca y a Cantabria a lo más alto del ámbito de la espeleología gracias a sus exploraciones y sus hallazgos, alcanzando en el Mortillano (Soba) los 114 kilómetros de longitud. De esta forma superaba por poco al mítico Ojo Guareña, de Burgos, y sus 110 kilómetros. En la actualidad, el complejo sobano ha seguido creciendo y cuenta ya con 145 kilómetros de extensión documentada, pero ya no lidera el primer puesto, ya que ha sido superado por el Alto del Tejuelo en Ruesga. Este último cuenta con más de 173 kilómetros de galerías y se ha convertido ya en el sistema subterráneo más grande en extensión de la Península. Pero no es más que un suma y sigue para la zona, que también ostenta el honor de tener la tercera cavidad más larga, el sistema del Gándara, que mide más de 116 kilómetros.
Los datos permiten sacar pecho, no solo a los habitantes de los pueblos del Alto Asón, sino a todos los cántabros, pero es que al orgullo de tener las tres cavidades más grandes del país se suma el hecho de que, según los expertos, no parece que vayan a desbancar del podio a las cuevas cántabras, al menos a corto plazo. Así lo sugiere el presidente de la Fundación Espeleosocorro Cántabro (Esocan), Martín González Hierro, que apunta que el título de sistema de cuevas más largo permanecerá de momento en la comarca. «En España no nos van a superar, porque no hay por ahí ningún otro sistema en el que se estén acercando», afirma González Hierro. A escala de Europa, el Alto del Tejuelo es la tercera más extensa, y la duodécima del mundo con más desarrollo.
La clasificación por desarrollo de las grandes cavidades españolas de la Confederación de Espeleología y Cañones anota para el Alto del Tejuelo 173 kilómetros de extensión, pero Miguel Ángel González Gallego, del grupo Secja, apunta que llevan 174,5 kilómetros topografiados. Junto a esta agrupación se encuentran indagando y abriendo camino Proteus, ACE Mataró y Spekul, entre otros compañeros que de vez en cuando se dejan caer por las profundidades de este conjunto subterráneo. Estos cuatro son los fijos, los que tienen permitida la zona de exploración en este entorno y algunos de ellos desde hace mucho tiempo, «casi 30 años», indica Miguel Ángel. En cuanto a la procedencia, hay belgas, valencianos, madrileños «y de todos los sitios».
El hallazgo es de todos, dice, «porque somos varios grupos y, como hay muchas cavidades, estamos unos en unas, otros en otras, colaboramos unos con otros...». Entre todos van sumando y alargando el grupo de galerías, todo topografiado según van explorando. De otra manera, si no se publica, «es como si no existiese, porque con el tiempo se pierde y aunque tú hayas pasado por allí, si no lo has catalogado y no le has dado registro, no vale de nada». Los espeleólogos publican sus trabajos en revistas y, posteriormente dan traslado de sus informes a la Federación Cántabra de Espeleología, que pronto sacará a la luz el boletín con las últimas exploraciones, y al Gobierno de Cantabria.
La extensión actual del Alto del Tejuelo viene a ser aproximadamente la distancia entre Santander y Gijón (175 kilómetros) y, como es natural, pasa por varios municipios, como San Roque de Riomiera o Arredondo, si bien la mayor parte del complejo, formado por 14 cavidades, pertenece a Ruesga. Miguel Ángel González Gallego explica que estas 14 cuevas han ido 'creciendo' individualmente «y después las hemos ido conectando». Un trabajo de décadas dedicando días libres y vacaciones. «Hará unos treinta años que empezamos y los belgas han estado con nosotros, vienen aquí, pasan sus vacaciones con nosotros y se dedican a explorar». Todos los años van sumando kilómetros en el subsuelo, pero en la actualidad hay dos cavidades, la Torca de los Escalones y la Torca Grande de la Mazuela, donde se encuentran dos de los principales grupos espeleológicos, que están aportando más desarrollo.
«Nosotros hemos terminado con la Torca del Canto Encaramado y estamos con otra cavidad que está muy próxima al sistema y podríamos añadir casi diez kilómetros más si conseguimos conectar». En realidad, hay pendientes dos, que son Aitqen y el sistema del Canal del Haya y «en total sumaríamos casi veinte kilómetros más. Están muy muy cerca», señala el espeleólogo. La primera la exploraron los franceses y, una vez finalizado su trabajo, fue retomado por el grupo de Miguel Ángel, «porque está en nuestra zona y estamos volviendo a reexplorarla y ver si conseguimos su conexión».
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El trabajo de topografía es vital para los espeleólogos de práctica deportiva y lúdica, porque «sin eso es tan laberíntico que sería imposible», asegura Miguel Ángel, pero además, para estos grupos exploradores, que abren camino y descubren, que llegan los primeros, está la satisfacción de ver lo que nadie ha visto, de pisar un espacio virgen, y de ser los responsables de colocar estas ciudades subterráneas en la lista de las más importantes del mundo. Todo un hito, que asumen en silencio y con humildad, compartiendo sus hallazgos con los compañeros y las Administraciones. «Cuando empecé a hacer espeleo, hace unos 40 años, no me imaginaba que iba a estar metido en este proyecto, dentro de la cueva de mayor desarrollo de España y posiblemente de Europa. Es algo increíble», relata Miguel Ángel. Admite el espeleólogo que son «unas personas privilegiadas por haber encontrado esto, porque hay sitios que yo he pisado a los que seguramente no vuelva nadie».
Miguel Ángel destaca del Alto del Tejuelo la particularidad de que no tiene entradas horizontales, son todas verticales, y aun así se sorprende de los restos óseos y los animales que han encontrado a mucha profundidad. El Alto del Tejuelo tiene 622 metros de caída desde su entrada más alta, que es Bernallán, hasta la parte más baja, que está en la Torca del Pasillo.
El atractivo espeleológico del Alto Asón no tiene competencia. «Es un sitio muy peculiar, porque aquí se junta todo, un índice de cavernamiento enorme, y hay de todo, cuevas con muchísimo desarrollo», destaca Miguel Ángel. «En desarrollo hay una barbaridad, y salas y galerías enormes, pozos gigantes, como el MTDE». Otro de los atractivos es que todos estos recursos del subsuelo se encuentran a muy poca distancia los unos de los otros.
Esta exploración del Alto del Tejuelo «pone a Cantabria en el primer punto internacional en la práctica de la espeleología», según el presidente de Espeleosocorro Cántabro, que habla de «referente europeo» cuando se refiere a la región en este contexto. Hay otras zonas importantes en Francia, Eslovenia e Italia, pero «no tenemos nada que envidiar». Basta echar la vista atrás. Martín González Hierro recuerda la época de esplendor del Alto Asón que, entre las décadas de los setenta y los ochenta, acogió importantes expediciones internacionales.
El presidente de Esocan pone en valor el trabajo de estos clubes en los rescates de las cavidades, y da un tirón de orejas al Gobierno de Cantabria, al que «llevamos años pidiendo que se moleste en documentar y solicitar información a estos clubes para tener los datos a mano cuando hay un accidente, pero ha ignorado sistemáticamente nuestras peticiones», lamenta.
González Hierro destaca también su importancia a nivel turístico, que pone a la comarca en el mapa y contribuye a fijar población, valor importantísimo en estos municipios rurales del interior. En este sentido recuerda el compromiso de la Fundación Espeleosocorro Cántabro, que colabora en el proyecto de Geoparque Valles de Cantabria, aspirante a obtener este reconocimiento mundial y marca de la Unesco, que «intenta poner en valor nuestro patrimonio kárstico y con ello evitar el despoblamiento de nuestros valles», resume.
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Almudena Santos y Lidia Carvajal
Rocío Mendoza | Madrid, Álex Sánchez y Sara I. Belled
Jesús Lastra | Santander
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