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«Picos de Europa es un territorio único». Lo decían a finales de verano los viajeros de Lonely Planet cuando otorgaron a la zona la calificación de 'Mejor Parque Nacional'. El territorio, repartido entre Cantabria, Asturias y León, es el más ... antiguo de los espacios naturales protegidos del país, ya que en 1918 fue declarado parque nacional como Montaña de Covadonga y se ha ido ampliando con el paso de los años hasta alcanzar las 67.000 hectáreas protegidas con las que cuenta en la actualidad.
Hay muchas formas de recorrer sus montañas y conocer su belleza, y las rutas a caballo por la zona es una de las actividades más especiales de hacerlo. Basta con teclear en Google 'rutas a caballo por Picos de Europa' para encontrar más de tres millones de referencias. Que los animales estén bien herrados es básico para que no sufran al pisar, y en el vídeo que acompaña este artículo podéis ver cómo se ponen las herraduras y cómo hay que cuidar los cascos para que los caballos no sufran. Los cascos de sus pezuñas crecen un centímetro al mes, por lo que es imporante recortarlos cada cierto tiempo para que sus tendones y músculos no sufran y conserven la pisada. Esta operación se hace en las dos manos -las patas delanteras- y las dos patas traseras. Es toda una técnica, tal y como nos explica el herrador de Cieza, Fernando Pérez Castañeda, que junto a su compañero Javier Buenaga, han estado en Liébana 'poniendo a punto' los caballos de una de las empresas multiaventura.
Lo primero que nos explica es la diferencia entre herrador y herrero. El herrero hace trabajos en hierro, y el herrador aplica el hierro a las patas de los caballos u otros animales. Fernando tarda una media de 50 minutos en poner las cuatro herraduras a un equino y reconoce que para hacerlo bien hay que estar tranquilo porque los caballos son muy sensibles.
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Estos son los pasos que da Fernando para poner las herraduras a este ejemplar:
1.Ver el aplome del caballo observando la pisada que tiene.
2.Se coge la tenaza y se limpia el casco, como si estuviéramos cortando las uñas.
3.Con la escofina se quitan las impurezas y se deja liso el casco para que cuando se ponga la herradura está no tenga irregularidades y esté bien sujeta.
4.Coger una herradura (elaboradas con acero dulce) para ver la medida en el pie del caballo.
5.La herradura lleva una pestaña delante y para que quede encajada se tiene que quitar un trozo de casco con las tenazas.
6.Una vez puesta la herradura en el caballo de manera superpuesta se va al yunque para darle la forma correcta antes de ponerla definitivamente. Se irá probando la herradura hasta ver que queda perfecta en el casco del caballo.
7.Una vez queda perfecta, antes de ponérsela al caballo, se coge la herradura y en unos unos agujeros que lleva se meten unas vidias, conos de tungsteno, para que el caballo cuando camine por carretera o zonas resbaladizas no patine.
8.Subir la mano al entrepie para trabajar desde arriba el casco del caballo y así darle un buen acabado con la escofina para que quede una angulación del casco con la cuartilla, algo muy importante porque así el caballo reparte bien el peso.
9.Clavar la herradura en el caballo con los clavos, importante; estos no se suelen poner de cuartas partes hacia atrás de la herradura porque el caballo cuando pisa el casco en esa zona suele expandir, si se le ponen todos los clavos no dejaríamos que eso sucediera y el caballo andaría mal.
10.Cortar las puntas salientes de los clavos en el casco.
11.Dar la vuelta a los clavos para que no se salgan.
12.Cerrar la pestaña de la herradura, que tiene como función el evitar que se mueva la herradura en el casco del caballo.
13.Se vuelve a subir la pata del caballo al entrepie, se coge la mortajera y se le hace el nicho al clavo, es hacer un hueco en el casco del caballo para embutir el clavo. Esto da mucha sujeción, resistencia al herraje y se evita que el caballo se raspe una mano con otra o se enganche con cualquier otra cosa.
14.Para rematar se coge la escofina y se deja plano la parte del casco donde sobre salían las puntas de los clavos.
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